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domingo, 30 de noviembre de 2008

Solo eternos (de MadrugadaS de PapeL)

((Como todos los domingos, hoy publico poemas de mi amiga Madrugadas))
¡Ay de nosotros! que nos perdimos en los mil recodos del amor secreto. El universo entero era nuestro sin paciencia que apaciguase aquel ardiente deseo y nos perdimos en el requiebro de una góndola pasajera cuando probamos la delicia de aquel nuestro primer beso. Sin horizontes, sin fronteras, sólos TY y YO en el centro de la TIERRA. Nada nos frenaba para amarnos en silencio. Para siempre, desde siempre. TU y YO, sólo eternos.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Dos Cometas Sin Cordel




Y ahora... todos a volar! 

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Así Me Quiero




Enredado en tus cabellos. 
Prendido en tus pupilas. 
Reflejado en el espejo de tus ojos tristes. 
Cegado por el brillo del llanto de tus ojos. 

Así me quiero

Entre tus risas, 
tus alegrías e ilusiones. 
Entre el azul de tus pasiones. 
Entre la cálida brisa 
que tu andar provoca 
cuando caminas a mi lado. 

Así me quiero. 

Condenarme a tu existencia, 
es todo mi anhelo. 
Y extiendo mis brazos al viento 
para recibir tu presencia. 
Toda tú me envuelves. 

Así me quiero. 

Quierome así, 
en medio de tu vereda 
impregnado de rocío. 
Abrazado y muerto 
por tus besos de seda. 

Así me quiero
.….ooOoo……

lunes, 24 de noviembre de 2008

A Veces (La Otra)


A veces conservo el beso impertinente 
de tus labios en mis labios. 

A veces. 

A veces, solo a veces, 
conservo el frío traicionero 
del mirar de tus ojos a mis ojos. 

A veces. 

A veces, el contacto de tu piel a mi piel, 
a veces, me sabe a lejano. 

A veces.

A veces me das lo que no quiero: 
sexo, 
cuando lo que yo quisiera 
es que fuera amor. 

A veces, solo a veces, 
te encuentro indiferente 
y te rescato de reojo una sonrisa 
que resbala sinuosa 
por la comisura de tus labios 
hasta parar en tu pecho. 
Y sé que ahí no estoy yo. 

Siempre me acosas con tu amabilidad. 
Siempre solícito a mis caprichos banales. 

A veces, solo a veces, 
cuando tu sola presencia 
congela mis entrañas, 
desearía no ser yo. 

Nunca, tal vez, nunca, 
pueda ser quien no soy: La otra.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Ausencia (de MadrugadaS de PapeL)

Mutilado mi corazón
duerme hoy triste... muy triste.
En una tristeza otoñal
mientras la primavera se viste de seda
y pasa dejando su estela
que huele a nardos, azucena y a mar.
Entretanto, mis ojos se pierden
buscando en el cielo una señal
que me diga que es cierto,
que ya es primavera. Que pronto vendrá.
Y así, con una sonrisa en tus labios
de dulzura y eternidad,
te llevaste en susurro, en tus brazos,
una primavera que ya no florecerá.
Durmiendo se queda en mi pecho
una raiz seca que ya nunca crecerá.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Aquellos locos de las hojas de otoño




Como cada mañana, Ana salía de su chabola de cartones, maderas, plásticos y chapa; cruzaba el descampado y se dirigía junto a Braulio, su amigo del alma, el cual la esperaba, como de costumbre, todos los días, sentado en el banco que hacía el número cinco, en orden, según por donde ella venía. 

Todos los días a la misma hora, nueve de la mañana, se encontraban, se saludaban con un hola y un buenos días y se besaban. Un besito corto, amigable, cariñoso, sentido y en los labios. Un piquito.

Ana y Braulio, eran dos chabolistas de aquel barrio de almas descolgadas de los percheros de la gran ciudad. Eran entraditos en edad o, mejor dicho, algo más que maduritos. Él, con ochenta y tres. Ella... bueno, ella, la muy coqueta, jamás quiso decir su edad.

-¿Vamos?, -decía él. 

-Vamos -decía ella. 

Y así todos los días. Bueno, todos los que la salud les permitía, porque es que, habían días en los que él o ella faltaban a la cita y, entonces, él o ella, se dirigía a la casa del otro para ver qué pasaba y cuidarlo o cuidarla, según quién fuera.

Siempre tomaban su cafelito, como lo llamaba ella, en "Casajuan" y después, con la parsimonia que su edad les recreaba, marchaban de la mano rumbo al parque de Santa Catalina, a visitar a las amigables plataneras junto al lago de cristal, como todos los días, con sus negras y grandes bolsas de basura, repletas de esperanzas. 

-Mirad, ya llegan -decían los jardineros municipales encargados del mantenimiento del parque.

-Trabajo que nos ahorran.

Y Ana y Braulio llegaban como niños ilusionados.

Junto a los árboles plataneras, ellos se sentían mágicos. Mágicos y a la vez agradecidos por aquel regalo diario que recibían de sus amigos los árboles. 

-¿Qué te parece Braulio? -le decía Ana mientras él, embobado, miraba el mecerse y el caer de las hojas al suelo.

-¿Vamos? -continuaba ella diciendo

-Vamos -asentía él. 

Y metidos en faena, una a una, con esmero y con cuidado, iban recolectando aquellas hojas caídas como si fueran bendición del cielo. 

Aquellos cuerpos, viejos cuerpos encorvados, aun más se encorvaban para llegar al suelo y recoger sus regalos.

-Un pincho, voy a tener que usar un pincho, Ana -decía Braulio- Cada día me cuesta más agacharme.

-No, Braulio, no. No las mates.

Y Braulio asentía condescendiente meneando la cabeza y seguía fatigado junto a Ana, en la tarea diaria. 

-Sí, así, que nos ahorren el trabajo -se decían los trabajadores del parque. 

Hacía días, unas dos semanas que ya, ni Braulio ni Ana aparecían. Dos semanas. Aquello extrañaba al personal del parque. Extrañaba a todas las gentes que, todos los días, por aquellas horas, pasaban por allí y veían cómo la peculiar pareja de ancianos, se atareaban en su faena de recoger hojas del parque. Pero aquel día no aparecieron, al igual que desde hacía dos semanas, día tras día no aparecían. Dos semanas. 

Dicen, que unos gitanillos, mientras jugueteaban por el interior de la finca “Casagrande”, a las afueras de la ciudad, vieron una chabola un tanto rara. Dicen, que les llamó la atención las hojas de palmeras entrelazadas formando figuras y arcos a la puerta y alrededores de la chabola. También dicen, que les llamó mucho la atención, la cantidad de cristalitos centelleando rayitos de sol, rotos y anudados en una larga cuerda que circundaba a la chabola ¿Y aquellas figuras tan raras, hechas con piedras sobre piedras?. Dicen que había una gran estrella reluciente, hecha de lata, coronando la chabola. ¡Aquello sí que era algo genial!. Dicen, que esos gitanillos entraron pero que, nada más cruzar el umbral de la entrada se asustaron, a la vez que se sorprendieron al ver dos cadáveres juntos de la mano, vestidos con gasas y linos de colores. Como novios. Amándose para toda la eternidad, como quienes se quieren de verdad, sin necesidad de palabras, porque así, con tanto amor, todo se sabe y se entiende, se comprende y se acepta. Pero lo que más les llamó la atención a aquellos desdichados y asustados chiquillos fue, que toda la estancia estaba forrada de hojas de árboles. El suelo era mullido y crujía. Y un olor a perfume de madera seca y tierra húmeda invadía el ambiente. Los gitanillos salieron corriendo de estampida llenos de miedo, y contaron a sus padres lo ocurrido. Todo el barrio chabolista se enteró de que, aquellos locos de las hojas de otoño, habían creado un mundo íntimo, personal y caprichoso, para dar su último adiós, a la Vida.


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Y es que, una mañana de esta semana, Yolanda y Guillermo, compañeros de trabajo, se dedicaron un ratico a recoger algunas-muchas hojas del suelo, de las que caen de las plataneras (que así se llama a ese árbol) que hay por los jardínes del centro de trabajo. Y es que, ella, presidenta del APA, las necesitaba para adornar el colegio.

-Guille, es que estamos en otoño y hay que hacer cosas para adornar los pasillos -y Guillermo y ella, recoge que te recoge. Qué vergüenza Guille. 

-¿Vergüenza, de qué?

Y más recoge que terrecoge con aquella gran bolsa de basura.

Y así se me ocurrió esta historia.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Horizontes De Bruma... y V (Como dos gotas de agua a uno y otro lado del espejo)

Yo no quiero tu perdón 
ni tus palabras de lástima. 
No quiero, ni mucho menos, 
que me alces, de bandera, 
a tu propio beneficio. 

Que son tus ojos a mis ojos lo que quiero,
y no te enteras.
 
Solo eso: Que en mi te vieras. 

Y en esas noches sufrieras
desdichas entre tus piernas. 

Y que por mis venas corrieras hasta nunca parar.
 
Y que tus penas ahogaras en mi botella. 

Y que sintieras cómo explota tu pecho sin monedas. 

Sólo eso, tan solo te deseo. 

Pero, ¿sabes?,
en el fondo de mi alma
no es eso lo que realmente te deseo. 

Mírame a los ojos, anda, que te los regalo. 
Mis ojos tristes te los regalo.
 
Toma mi cuerpo desmadejado, 
Que también te lo regalo. 

Haz tuya mi alma, 
mis desdichas y mi historia,
mi desgraciada historia,
que también, todo esto
te lo regalo.

Te regalo, todo mi yo.
Todo mi ser te lo regalo.
 
Y ahora que ya eres yo,
¿sabrías vivir mejor? 

Aunque no queramos, 
somos como dos gotas de agua 
a uno y otro lado del espejo.

....ooOoo...



Jamás he pretendido con estos versos dar "penita", culpar o exculpara a nadie, ni mucho menos sentenciar. Simplemente dar una visión muy particular desde el cariño y el respeto, y tratando de meterme en la piel de cada uno de los personajes. Pero una cosa sí que quiero dejar bien clara: que las vidas de los demás a veces, solo a veces, no tienen una solución tan drástica como algunos piensan... o hemos pensado. Que la vida da muchas vueltas y... arrieritos somos y en el camino nos encontraremos...o vaya usted a saber... En un bareto con unas birritas, tal vez???  :)

martes, 18 de noviembre de 2008

Horizontes De bruma. IV



Luces y sonidos de ópera pachanguera
a mis oídos llegan
reclamando mi voluntad. 
Y un tintineo en mis bolsillos
bota y rebota reclamando a mi mente 
que se emboten mis manos
del reluciente metal, 
hasta lograr encontrar
aquella hendidura
por la que pueda huir
mi voluntad.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Horizontes De Bruma. III


Como pez en la pecera 
navego entre olas clandestinas
a la luz de una farola 
que me brinda su amistad. 

Como bocanada de aire espeso
me atraganto con el trago amargo 
del que solo encuentra soledad. 

Perfumadito de ti me acicalo
y a tu calidoscopio me abrazo
buscando la felicidad.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Horizontes De Bruma. II



Te mimo y te acuno como madre a su retoño 
cuando entras por mis venas a mi cuerpo. 

Te anhelo. 

Y en mi búsqueda diaria,
sustentarme quiero 
con el polvo de la Vida
que me arrastra sin remedio
hacia la muerte.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Horizontes de Bruma. I




Que yo desearía no querer lo que no deseo
mas, este infierno que me consume el alma,
me arrastra a lo profundo de la noche
resbalando la humedad por mis caderas. 

Me pesa este deambular por las aceras 
en cada paso que doy,
en cada paso que no quisiera dar. 

Y aun no deseándolo, 
por este miedo
al alambre de espinos que desgarra mi libertad, 
quiero.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Luna De Mi Dulce Noche



A la luz de la luna herida, 
por el cielo hecha jirones, 
me pediste con tus besos, 
mis amores. 
Y entre el cantar de aquel río 
y el acariciar de tus manos, 
la pasión nos hizo presa 
sucumbiendo a sus encantos. 

¡Maldita la luna herida! 
¡Así fuera muerta! 
¡Ay!, luna de mi dulce noche.
¡Ay, río, 
que me inquietas la sangre! 
¡Ay, junco, 
que en mi corazón clavaste 
sabor amargo del desamor! 

Costureritas de la vida, 
a mi vida voy a llamar, 
para en lo posible, remendar, 
los desgarros de mi alma, 
los rotos de este mal 
que hielan mis sentimientos negros, 
negros como la mar. 
Como la mar honda asesina, 
como la negra sima 
donde mi alma, recalará. 

Aquella mujer, traicionera, 
mató mi vida entre la luna y el río. 
Mas por ella desespero 
en el deseo de en sus brazos morir. 

..........ooOoo..........


lunes, 10 de noviembre de 2008

Diario de Libertad (a Rosita)



...
y esta mañana me he levantado como las otras mañanas. El sol bañaba mi viejo cuerpo con sus rayos calentitos, y los alegres pajarillos gorgojeaban incansables en sus ramas. 

Hace un día esplendido. Un punto fresquito. Entre las piedras de la noche anterior, recaliento el último café que me queda. Lo bebo como en un ritual sagrado, pensando hasta cuándo podré beber otro. Me guardo la taza de aluminio en la mochila, me atuso los cabellos con las manos sucias, me pongo el sombrero y comienzo a caminar. Atrás queda el samaritano y viejo árbol que me ha cobijado esta noche pasada. 

Llevo tres horas caminando. La carretera es rectilínea, monótona, insulsa, pesada. Pesada como la pesada carga de la soledad. Pero no me arrepiento. De vez en cuando, algún que otro vehículo pasa a toda velocidad haciendo sonar el claxon que, ensordecedor al principio, va perdiendo la vida conforme se aleja. Prefiero el silencio a ese tipo de ruidos. Otras veces, las menos, algún que otro amable camionero para junto a mí invitándome a subir, para hacer más ameno su recorrido... y el mío, y llevarme... ¿llevarme a dónde?... Les digo que no. 

Me escapé, sí, me escapé. Hace cinco días que me escapé de la residencia. Tres meses y no soportaba más la vida allí dentro. Lo siento por María, porque era la única cuidadora que me trataba como un adulto que soy. El resto de auxiliares y personal sanitario, o me trataban como a un tonto e infantil, o con frialdad pasmosa. Y de mis colegas... en fin, para que hablar, pues adaptados al sistema. 

Rosita, no me preguntes, hija, si ya sabes cómo escapé con mis setenta y dos años. Sabes que se lo debo a que nunca he perdido la buena costumbre de hacer mis ejercicios diarios. Correr y ejercitar el cuerpo es algo importante, al igual que ejercitar la mente, sobre todo a mis años, y leer, leer... y hacer crucigramas, muchos crucigramas. Que tú ya no sabías donde ponerlos... Toda la casa te la llenaba de crucigramas, ¿recuerdas? 


Te voy a contar una anécdota de mis ejercicios matutinos en la residencia. Te vas a reir mucho.

Recuerdo un día, que me pillaron con medio cuerpo debajo de la cama, a los pies de ésta, haciendo... levantamiento de “pesas”, quiero decir cama. Aquello fue un escándalo en toda la residencia. Desde entonces me llamaban el “musculitos”. ¡Vaya mierda de nombre! Pero bueno, qué le iba a hacer, si no me dejaron que llevara mis pesas. Ahora, por estos mundos de Dios, el verdadero problema lo tengo con el dinero. No llevo un chavo ni tarjeta de crédito. Ya se las han apañado mis hijos para que no pueda acceder a la cuenta corriente. Cría hijos, desvélate por ellos. Trabaja como un perro toda tu vida... para llegar a esta situación. -"Papá -me decían– ahora que te has quedado viudo, lo mejor para tu situación es que ingreses en una residencia. Allí podrás estar con gente de tu edad, con un buen servicio a tu disposición y buenos médicos. Ganarás en calidad de vida"

¿Calidad de vida? Qué sabrán ellos lo que es calidad de vida. Por supuesto, de la mía, nada...Calidad de vida ellos. ¡Qué jodidos!... Y es que, lo que más me duele, es que con la excusa de que yo podría vivir mejor, verdaderamente, lo que deseaban en realidad, era su propio bienestar y no el mío. ¿Te acuerdas Rosa, cuando hablábamos del día en que quedáramos viudo alguno de los dos? Tú me decías que nuestros hijos nos cuidarían... y ya ves... No se lo tomes en cuenta, al fin y al cabo ya he aceptado la situación... bueno, por lo menos eso creo, aunque a veces pienso que me engaño a mi mismo. Yo, Rosita, lo único que quería era disfrutar de mis hijos y mis nietos. Nuestros hijos, nuestros nietos. Y sentirme en familia. Dar y recibir cariño. Sí, ya sé que el casado casa quiere pero, llegados a esta situación, solo, sin ti, lo único que deseaba era sentir el calor de la única familia que me quedaba. Ni siquiera en estos tres meses han venido a verme a la residencia, ni siquiera el día del padre. Sí, claro que me telefonearon para felicitarme, y por supuesto que no les faltaron excusas para no venir personalmente a verme: o iban sus amigos a sus casas, o salían de viaje... ¡yo qué sé!, siempre las malditas excusas. 

¿En qué nos equivocamos? A veces me lo pregunto, Rosita, y le doy vueltas y vueltas a la cabeza, pero termino pensando que si no hemos sabido hacerlo, no es culpa nuestra... que por mucho que uno quiera y se preocupe... y aprenda de libros y consejeros... pues que cada hijo es cada hijo, y que nosotros, los padres, siempre intentamos hacerlo lo mejor que sabemos... o que podemos. No, no me culpabilizo de nada, pero sí me responsabilizo. 

Y aquí me ves Rosita, por la carretera, como un perro vagabundo y pidiendo por los pueblos. Cinco días ya que vago por caminos y senderos, y por carreteras como ésta. Quiera Dios que no caiga enfermo... si antes no me encuentran y me devuelven a la residencia, porque supongo que habrán dado parte de mí a los hijos, y me estará buscando la guardia civil. En estos días he llegado a pensar en tirarme desde algún risco, pero el amor a la vida, a pesar de todo, me hace seguir adelante, y sobre todo, tu recuero. 

Hecho en falta el cepillo de dientes; con las prisas se me olvidó junto con la pasta de dientes y la cartera con algunos euros y tu foto. 
Tengo que frecuentar menos las carreteras e ir más por senderos y caminos. Que el Señor me asista y que tú me acompañes... No quiero ni pensar que yo hubiera muerto antes que tú. Le doy gracias a Dios. Mañana, si puedo, te seguiré escribiendo.
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De unas hojas encontradas bajo un árbol, en un lugar cualquiera.

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Dicen de Cosme, que así se llamaba, que ingresó de nuevo en la residencia, a los doce días de su fuga. Dicen, que entró sonriente y saludando a todo el mundo, acompañado por sus tres hijos. Y dicen que, hasta los noventa y cinco años en que murió, se escapó... unas pocas veces más, pero que antes de los quince días, en su fuga, siempre volvía de nuevo acompañado por alguno de sus hijos... Las últimas veces, acompañado solo por algún asistente social. Dicen de Cosme, los ancianos más jóvenes que lo recuerdan, que era de carácter afable y jovial, aunque a veces, tras la puerta de su habitación, se oían algunos lamentos y sollozos, pero solo de vez en cuando. Y dicen por último, de Cosme, que murió lúcido a las siete de la tarde de un lunes, y que la noche anterior solo decía: “Rosita, ya voy"

domingo, 9 de noviembre de 2008

Buscando el color (de MadrugadaS de PapeL)

Quise apagar, irisando, el dolor agudo de aquel día. Buscando entre los colores el azul fuerte del mar y la luz brillante del sol amanecido. Y entre los ocres puros de la tierra, mullir mis dedos hasta hundirlos. Para borrar el negro luto que rompía mi pecho. De aquella mezcla corrompida, brotó un paisaje florecido. Pero entre el óleo, el lienzo y mis manos, quedaron entremezcladas amargas lágrimas de dolor y silencio. Tanto ardía mi pecho, que no había espacio para tanto sufrimiento. Y quise crear un cielo para tí, para mí. Para borrar la muerte que te apartó de mí sin yo quererlo.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Hoy, de cenar....


1 Ensalada 4 Estaciones o similar :) (de las que venden en esa gran- mediana superficie que empieza por Mer y termina por cadona)
Aceite de oliva sabor intenso. 
Limón o vinagre de Módena (mejor limón) 
Sazonador de spaghetti 
Queso rayado emmental 
Sal. 

 Preparación: En un bool, se echa el sobre entero de la ensalada, a continuación, y al gusto, se echa el aceite, el vinagre o el limón, el sazonador de espaghetti (todo según el gustos), y la sal. Se mezcla todo. Por último se echa el queso rayado, al gusto. y se remueve de nuevo.

No tiene nombre, si quereis se lo poneis.
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 Otra: 

1 Ensalada, que puede ser la de antes u otra. 
Aceite de oliva sabor intenso. 
Vinagre de Módena 
Pasas sultana. 
Miel. 
Sal. 

Preparación: Al igual que antes, se echa la ensalada en el bool, y a continuación el aceite, el vinagre, y la sal.- Se mezcla todo y después se le echan las pasas y un chorrito de miel. 

Nota: el aceite, el vinagre, la sal y la miel se pueden echar todo junto en una pequeña taza, emulsionarlo y echar cantidad al gusto..
Tb., si quereis, podeis ponerle (a las 2 ensaladas) tomates cherri (o como sescriba) Esta última ensalada es una variación de la ensalada de crujientes que se hace con canónigos y lleva nuez (yo la caramelizo en un cazo, pero no mucho, pues junto con la miel y las pasas, la ensalada puede resultar un pelín empalagosa)

 Bueno, podéis ponerle nombre tb. ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

Bien, ahora, que sepáis que no soy cocinero ni adicto a la cocina… simplemente que se me ha ocurrido. Y es que, por semana suelo cenarme unas 3 ensaladas de estas yo solito… jejejeje… una cada día. Bueno, y ahora despedirme, pues marcho a pasar el finde a la playita.

(Este post estaba programado) besicos y buen finde.

===podéis seguir comentando en el post anterior, que dice María que da mucho de sí ;) ===



  Os gustó Tacones Lejanos???... Pues iros para abajo, abaaajo del tooooodo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Estrado Azul.- (La Cara Oculta De La Luna)

Paseaba por el parque, y cuando me acerqué al árbol del estrado azul, vi la caja y un par de hojas clavadas en la corteza. Comencé a leer.

Hoy he visto a un hombre llorar. No he visto sus lágrimas pero sí sus suspiros. Hoy he visto la cara oculta de la luna. Ni siquiera ella le ofrecía un poco de su luz, de su luz robada, para hacer sendero de esperanza. 

 No es el llanto en sí lo que me preocupa, que por llorar, y en todas las épocas, ha llorado el ser humano y por diferentes motivos. Lo que me preocupa son los motivos, los mismos por los que hace años no se lloraba, o sí se lloraba, pero menos… creo 

 Como siempre, hay y han habido lágrimas que se lloran hacia adentro, cuando la Vida te apuñala tu propia vida por la espalda, bien sea por la falta de un ser querido, un ser amado... o por una enfermedad inesperada, por un desamor... Por tantas cosas se llora y se ha llorado. Pero el llanto de hoy día acalla los llantos del ayer. El silencio de este llanto envuelve y ahoga los Ay! de los años pasados... Por lo menos, a mí me lo parece. 

 Hoy no se llora de tristeza... que también se llora, claro. Que lo que quiero decir es que, hoy se llora de amargura. Que también se lloraba hace años... pero menos. Hoy, el llanto es vital, que no de vitalidad. 

 El llanto vital que yo me refiero, te sumerge en la muerte, en tu propia muerte, apropiándose de tu propio pellejo para hacerte la mortaja... Y lloras. Y lloras por tu debilidad frente a este mundo que te aprisiona y te exige, en el día a día, cada vez más. 

Todos te exigen: tus padres, tu familia, tus amigos, tus profesores, tu mujer, tu marido, tus hijos... Tú mismo, para agradar a los demás... Pero nadie te ha enseñado a sufrir. Nadie te ha enseñado a amar. Y cuando digo amar, no quiero decir “follar”... bueno, a eso, tampoco nos han enseñado... (?!) 

 Valemos algo?... No vales para nada, porque no satisfaces las expectativas de los demás. No vales nada, porque todo lo que haces, sale mal. “Eres un perdedor, o una perdedora”… ¡Mierda pa quien inventó esa frasesica! 

 No vales nada porque nadie te ha enseñado a valorarte... Y tú, no tienes culpa de ello, ni tienes porqué ser igual que ellos. Tu persona es grande por sí misma. Tienes tu propia espiritualidad, tus propios sentimientos. Tú, quizás, no sepas de esas cosas que aquel o aquella saben, pero ellos, a su vez, nada saben de lo que tú sabes... Y nadie te ha enseñado a amar. Nadie te ha enseñado a sufrir, a coger el toro por los cuernos, a acercarte nariz con morro y notar el calor húmedo que sale de su hocico. Nadie te ha dicho que a un toro bravo se le puede acariciar en el campo y darle de comer en tu mano... Que lo que ves en la plaza no es él, sino una burda caricatura de él mismo... Él mismo manipulado… Una caricatura grotesca.

 Los años van pasando y a manotadas vamos apartando las telarañas que la Vida teje a nuestro alrededor. Y han sido muchos los momentos en los que ni siquiera el llanto ha venido a visitar nuestro corazón... Y qué?... pues que a fuerza de sufrir, hemos ido aprendiendo una lección. Nuestra lección. Y poco a poco llegamos a unas edades, ya avanzadas, maduras, con lágrimas en los ojos, que ya ni son lágrimas de adolescente ni de niño contrariado por aquel globo que se te rompió y rápidamente el papá nos compró otro para que no llorásemos más: "Toma, niño, otro globo y cierra la boca y no molestes"

 No hay menosprecio ni desprecio en mis palabras, pero sí sentimiento por lo burro que somos... y yo el primero. Qué delito tiene el que, a sabiendas, no hace lo que a bien debiera hacer. Todos sabemos, llegado el caso, cómo aprender a manejar una máquina, por muy torpes que seamos... a dar un mamporro, si fuera necesario, a quien nos agraviara en lo personal o en el “honorrrr”... todos, potencialmente, podemos utilizar un arma y pegarle un tiro a alguien... Una cuchillada en el centro del corazón. Pero, y amar?... quien sabe amar? Me refiero a amar, para enseñar al otro. Amar a los demás... y a amarse a uno mismo; que quizás sea esto último lo más importante. No me interpretéis mal... Sé de quienes, aun sin ser amados o sin ser amados lo suficiente, han nacido con el precioso don de convertir el desamor en un inmenso amor. Y sí saben, perfectamente, amar a los demás... o por lo menos, esa es su sana y buena intención que,... en el mundo en el que vivimos... con eso, de sobra ya es suficiente. Y así, también se enseña a amar: con la buena intención. 

 No idealizo, porque tanto el bien como el mal, existen... Idealizaría si mi meta fuera extensiva a todo el planeta. Como digo casi siempre, no pretendo ganar guerras, pero sí dar un poquito la monserga y, si alguien está de acuerdo conmigo, aunque sea una persona, pues ya he ganado una, si no batalla, sí una escaramuza. A los que venís al parque y me escucháis alguna que otra vez, perdonad, hoy no tenía ganas de hablar. Por cierto, si podéis, respetarme la caja, que ya sabeis que es mi estrado, no os la llevéis, aunque si cuando venga a por ella no la encuentro, supondré que alguien la necesitará más que yo. Ni se le ocurra a nadie tirarla a un contenedor... eh?! 

 Hoy, mi caja, permanece sola, como homenaje al hombre al que he visto llorar.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Dónde Tus Amores

Quién te viera y quién te vio. Ayer, dulces fragancias perfumaban tu vida engalanada. Hoy, triste estiércol amontonado al sol del mediodía. Y ahora, quién te ve. Muñequitas rotas de tanto jugar al amor. Muñecas desbaratadas que en tu pecho, de tanto apretarlas, dejaron clavados dos ojitos de cristal para el recuerdo. Pedacitos de trapo adornan tu corazón cansado. ¿Dónde están tus amores? ¿Dónde tus amores grandes? ¿Dónde tus amores chicos? Dime donde quedaron Negros cuervos tejieron, para vestir tu vida, un sudario de abrojos y espinas, que a tu cuerpo se ceñía marcando heridas de amor. Amor enamorado, amor que todo lo cura. Locura de amor, por que te hubieran amado, como amaste tú. Y entre recuerdos y brumas, alma y corazón combaten, por desterrar la soledad. …..ooOoo.….

domingo, 2 de noviembre de 2008

Tiempo de silencio (de MadrugadaS de PapeL)

Tiempo de silencio
para sentir dentro de mí
la paz y la armonía
escuchando el latir
de mi corazón aún vivo.
Tiempo de silencio
para crear fantasías
que durmieron marchitas
en las angostas laderas
de un mundo hastío.
Tiempo de silencio
para soñar situaciones
que arrancan de mis sentidos
llamaradas de amor,
para cantarle al mundo
una simple canción.