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En Mis Rincones (barra derecha, casi al final del todo, podrás encontrar los diferentes temas que trato.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cuando cesa la lluvia



Había estado lloviendo toda la mañana. Aquel domingo fresquito y lluvioso de finales de Agosto amenazaba con ir trayendo, poco a poco, al viejo otoño, e ir acomodandose en su poltrona de hojarasca. 

Un cielo plomizo de nubes lloronas había descargado plácidamente una buena lluvia para el campo. Allí, al borde del camino, entre el olor dulzón a hinojos y a tierra húmeda, podía uno levantar la vista y ver cómo las nubes se iban deshaciendo como algodón dulce deshilachado por las manos menudas de un niño en feria. Allí, junto al camino que dejó su polvoriento aspecto para ser cubierto por aquella bondadosa lluvia, un sol asomaba su acalorada narizota iluminando la vida y dando colorido y brillantez a todo lo que tocaba con sus finos dedos de fuego.


Agosto, en todo su esplendor, daba los últimos coletazos resistiéndose a morir para dar paso a Septiembre, no sin antes presentar batalla. 


No podía aguantar más. La tentación de salir a dar un paseo era totalmente irresistible. 



De repente, allá a lo lejos, se oyeron unas voces infantiles  que cantaban una sencilla y monótona cancioncilla, rompiendo bruscamente el canto de los pájaros: 

“caracol-col-col, 
saca-los-cuernos-al-sol, 
que-tu-madre-ya-los-tiene 
y-tu-padre-los-sacó”

Y sin pensárselo dos veces, el señor Caracol, salió de su casa de blanca concha y comenzó a pasear su brillante baba por el tallo de hinojo.


(Bueno, aprovechando entre lluvia y lluvia, he sacado este pequeño relato a pasear, el cual cree a finales de Agosto)

lunes, 28 de septiembre de 2009

Haiku 21

Hay un poema vacío de contenido. Verso escrito en el viento. Hojas marchitas cavando sus propias tumbas bajo las piedras del sendero que a ningún lugar lleva. Hay una palabra callada que no está escrita. Un grito interminable que no comienza. Un abrazo por dar. Dos cuerpos por enamorarse.



Llena mi espacio 
lumínica presencia 
acontecida

viernes, 25 de septiembre de 2009

Vivir Contigo Eternamente



Morir quiero, si no vivo eternamente contigo. 

Vivir en tu corazón pretendo, 

si un pequeño rincón encuentro. 
Con tan poco me conformo. Que solo el saber, 
que un cachito de tus pensamientos tengo, 
me basta para seguir viviendo.

.....ooOoo.....

Feliz Fin de Semana!!!

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Dos Palabras


Un hueco en tu alma es mi ideario, 
lo es el perfume de tu piel en las mañanas,
es, el rocío de tus besos en mis labios, 
la lánguida pasión de tu mirada. 

Tú rompes la oscuridad encadenada 
convirtiéndola en el sol del mediodía. 
Las tormentas de los cielos callarían 
al susurro de tus pasos por la escarcha. 
¿Qué son mis días sin tu amor, 
sin tenerte entre mis brazos abrazada? 
¿Qué, de mis sórdidas noches aciagas, 
lacradas por la desesperación? 

Mi vida sin ti nada sería 
si el calor de tu cuerpo 
no sintiera junto al mío 

Aquellas dos palabras a mis oídos 
arrancaron las puertas de los cielos, 
brotaron las aguas donde había seco 
y la tierra abrió sus entrañas al universo: “Te quiero”

.....ooOoo.....

lunes, 21 de septiembre de 2009

La espera


Apenas una pequeña brisa entraba por la ventana jugueteando con los visillos de encaje blanco, y un sol abrasador machacaba, uno a uno, los frágiles cuerpos que apenas si podían deambular por las calles. 

Juan, como de costumbre, solía ser bastante puntual, y entre las tres y tres y diez de la tarde, llegaba diariamente a casa, pero hoy, precisamente hoy, -se decía ella- eran las tres y media y aún no había llegado. Una impaciencia en desuso comenzó a correr por su cuerpo, pues no era habitual esa tardanza. En otras circunstancias no habría pasado nada fuera de lo común: él llegaría, abriría la puerta, colgaría la chaqueta en el perchero y ella saldría a recibirlo cariñosamente. Para eso, era el hombre de su vida. Si no hubiera sido por él, quién sabe qué vida le hubiera esperado.



Las cuatro y cuarto y sin llegar. La necesidad imperiosa de oír el sonido del ascensor, seguido del tintineo de las llaves en la cerradura, se estaba convirtiendo en un agobio exasperante. Las idas y venidas al balcón por ver si venía, se estaban transformando en pequeños caminos hacia el cadalso; caminos de desesperanza, de esperanzas rotas por ver que no venía.

Un estado de nerviosismo comenzó a agitar su cuerpo, tanto, que pareciera que se rompía a cada espasmo. Sus extremidades flaqueaban y, lo que es peor, sus fuerzas comenzaban a fallarle. No podía sostenerse más en pie, y ni por un instante, aquella situación. De un momento a otro sucedería, y querría morir. “Humillante” –pensó. Las cinco de la tarde. Pareciera que mil puñales le atravesaran las entrañas. Las cinco de la tarde: buena hora para morir.



De repente el cielo abrió sus puertas de gloria y una música celestial comenzó a sonar. El ascensor y el tintineo de llaves en la cerradura eran arpas y cantos de ángeles.

--¡Hola Ruska!... Vaya, qué alegría te da verme hoy… ¡Pero qué veo! ¡Dios mío, lo siento, no me acordaba!... Esta mañana, con las prisas, no hemos salido. ¡No, no te hagas… aguanta las gotas que ya bajamos! 

Y Juan, rápidamente sacó a Ruska a la calle, a los parterres del paseo frente a su casa. 

Y es que ese día, Juan, tuvo una comida de trabajo que le hizo regresar tarde a casa. Sí, precisamente ese día que no habían dado el paseo rutinario de las mañanas. Bendita Ruska, qué paciencia. ¿No es p´morderle, al Juan en los dos “cachetes”?

viernes, 18 de septiembre de 2009

Haiku 20



Un leve chisporroteo y crujir de leño, de vez en cuando, ponían la nota musical a nuestra danza de amor. La alfombra mullida olía a nosotros. Nuestro sudor penetraba hasta por las paredes.
tus manos labran 
en mi espalda desnuda 
surcos de amor

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Gitano

(imagen sacada de Google para Romancero Gitano. Si desean no verla publicada aquí, la quitaré al serme comunicado. Gracias)

Este poema es otro de los rescatados del olvido. De aquellos encontrados, los cuales compuse hace muuuuuchos añicos.

Gitano. 

Gitano tuyo, 
que no eres mío ni de nadie. 

Gitano. 

Gitano que tienes 
sangre de aire y pies de candela, 
manos culpables y pelo azabache. 
Piel de canela amarga, 
labrada en lumbre de estrellas, 
cincelada en cuna de cañas, 
con la vida enchabolada. 

Hoguera de luna y palmas. 
Canción ahogada en la mañana,
entre el chisporrotear de las brasas. 
 ----------ooOoo----------

(Ya digo, hace muchos años que compuse este poema)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Madrugada tres treinta.- Parte II y fin.


Aquella mano en la bragueta, comenzó a hurgar en la cremallera.

--Paso tía. –y le apartó la mano, que ya casi había bajado totalmente la cremallera- ¡Joder!, ¿es que he llegado hasta este puto antro para no poderme echar un puto cigarro a los pulmones?

Entonces vio que a su lado, un hombre corpulento fumaba mientras le sobaba las tetas a otra prostituta. Y sin pensárselo dos veces, alargó la mano y cogió del mostrador el paquete de tabaco que allí lo tenía junto con el mechero y el móvil.

--¿Se puede saber qué coño haces? –dijo aquel hombre girando la cabeza. 

--Si fueras un cagón de mierda te lo diría, pero creo que ya eres mayorcito para saber qué es lo que estoy haciendo. ¡No te jode! 

--Estás borracho, hijo de puta –contestó y lo miró con desprecio a los ojos. Le quitó su tabaco y su mechero de las manos y apartó la mirada sin hacerle más caso, dándole un pequeño empujón en el hombro. 

--Que si me das un cigarro, cacho cabrón 

Sin mediar palabra, aquel hombre se puso en pié, se giró y... ¡joooder!... parecía un armario con las puertas abiertas. Sin hacer comentario, le propinó un puñetazo en la cara y nuestro hombre rebotó en la barra cayendo al suelo junto con dos taburetes más, y la nariz reventada echando sangre como un cerdo acuchillado por un matarife. Casi grogui, como pudo, se levantó y replicó: 

--¿No sabes pegar más fuerte, hijo de la gran puta? ... 

...

Alas 21:45h del día anterior, sonaba el teléfono. Pedro esperaba ansioso la llamada de Belén, que regresaba de unas vacaciones en Huesca con sus padres . Riiing-riiiing-riiiing

--¿Sí? -descolgó él impaciente.

--Hola Pedro. 

--¡Belén, qué alegría!. Dime, ¿ya volviste de vacaciones? ¿Cuándo quedamos para vernos, cenar juntos y... bueno, echar un polvete?

--Pedro, lo siento, pero lo nuestro... Me jode decírtelo, pero creo que debemos dejarlo.

--¿Dejar? ¿el qué?¡Coño, Belén!, no sé a qué viene esto. ¡Joder, joder!, ¡que nos vamos a casar dentro de cinco meses!

--Por eso, Pedro, por eso. 

--¡Me cago en la puta, tía!... Vamos a ver, tranquilicémonos... 

--No, si yo estoy tranquila. 

--No, ya lo veo ¿Y me lo dices así, tan tranquila? 

--Lo de que cortemos no es una decisión que haya tomado en dos días. 

--Hombre, me alegra tu sinceridad, no te jode, pero yo acabo ahora mismo de recibir la noticia y sin anestesia ¿Y qué pasa con todos los preparativos de la boda, el piso, los muebles...? 

--De eso ya tendríamos que hablar para arreglar las particiones. 

--¡Belén, coño, no me jodas! Y lo que es más importante: ¿Qué pasa con nuestros sentimiento, por lo menos, los míos? 

--... Mira Pedro, estas vacaciones no las he pasado en Huesca con mis padres. Me fui con Ángel a los Pirineos. Llevamos viéndonos ya hace un año. 

--¿!Qué!? Nadando y guardando la ropita, ¿no?... Vamos, que si con el jilipollas de Pedro no salía la cosa bien... Eso se llama llevar una rueda de repuesto, aunque tú has usado un vehículo con cinco ruedas. 

--¿Qué dices de cinco ruedas? 

--Lo que faltaba. No, nada, cosas mías. Mira, lo que más me jode es que Ángel se haya prestado a este juego, conociéndonos los años que nos conocemos, aunque claro, ya se sabe que dos tetas... Bueno, vale, después de esto qué te voy a decir. Dime un día para que hablemos sobre la casa y las demás cosas a repartir... Por mí, como si le pegamos fuego.

--Pedro, lo siento de veras, ya te lo he dich… 

--Le dijo la araña a la mosca. Ya te llamaré –le contestó sin dejarla terminar la frase, y colgó el teléfono. 

Ahora, ya de nuevo en aquel antro, a altas horas de la madrugada, Pedro se encontraba con la nariz reventada y tirado por el suelo. ... 

--Repito, jilipollas: ¿No sabes pegar más fuerte, hijo de la gran puta? 

No, tampoco dio contestación verbal aquel gorila, sino que le propinó una patada en las costillas, tan fuerte, que pareciera que un martillo pilón le reventara todos los órganos internos. El silencio dominó por unos instantes todo el local. Una tos entrecortada con esputos de sangre se podía oír a ras del suelo. La oscuridad llegó a su cerebro. En las películas, seguramente que para tumbar a un tío hubieran hecho falta, por lo menos, diez o doce puñetazos en la cara y otras tantas patadas en las costillas, pero en la realidad, con un buen puñetazo en los morros y una buena patada en las costillas, es suficiente como para dejar medio ko y moribundo a uno. 

Amanecía. Un sabor salado en sus labios y un tremendo dolor asfixiante en la caja torácica le dieron los buenos días. Estaba en medio del descampado junto al poblado. No podía incorporarse. Como pudo, miró a su alrededor y pensó que el coche se lo habrían chorizado. Una sirena de ambulancia sonaba cada vez más cerca. Notó una frenada y un pequeño derrapaje de ruedas; un ruido de puertas abriéndose, unos pasos corriendo y una voz que decía: "Este debe de ser el tío". "Por lo menos  -pensó- estos hijos de puta han llamado a una ambulancia". De pronto, como en una visión, vio volar sobre su cabeza un enorme dragón rojo echando fuego por la boca. Él y aquella bestia voladora se miraron fijamente a los ojos, se sonrieron, y perdió de nuevo el conocimiento. 

Mientras, Belén dormía plácidamente entre los brazos de Ángel y, el sol, como de costumbre por aquellas tierras, comenzaría a iluminar las ilusiones y los fracasos de las pobres gentes que, como todos los días, sí, como de costumbre, se afanarían en ser un poco más felices que el día anterior.

......................................... FIN.................................................

viernes, 11 de septiembre de 2009

Madrugada tres treinta.- I Parte

Este relato consta de dos partes. La segunda la publicaré el Lunes... Espero no aburriros y que os guste.



El tic-tac de aquel reloj de pared, rebotaba macabro entre las paredes de la habitación apenas iluminada por un flexo del que colgaba un pañuelo de cuello, atenuando su luz azul. Sobre el sillón de cuero marrón con orejeras, descansaba una figura recostada, laxa, mortecina, con los brazos colgando por fuera y las piernas abiertas y extendidas. Una botella de wisky, a modo de perrito faldero, descansaba vacía medio asomando bajo el sillón. El reloj marcaba las 3:30h de la madrugada. La noche refrescaba sus calles con una suave brisa proveniente del mar, mezclada con cierto olor a azufre. 

--¡Hija de la gran puta! –dijo en voz alta. 

Aquella figura apoyó sus manos en los brazos del sillón y se impulsó hacia delante levantándose de un salto, no sin tambalearse por los efectos del alcohol. Sin apenas abrocharse la camisa, agarró de un manotazo las llaves del coche que estaban sobre la mesita de mimbre de la entrada, salió de la casa y bajó hasta el sótano donde tenía aparcado su coche. Subió al vehículo, arrancó y lentamente se dirigió a la salida. Paró al principio de una corta pero empinada cuesta donde, al final, se encontraba la puerta de acceso a la calle. Pulsó un interruptor rojo en la pared y aquella puerta subió hacia arriba. La luz de la farola de la acera le invitó a salir. Presionó varias veces el acelerador haciendo rugir el motor como si llevara búfalos desbocados en vez de caballos dentro de él. Apretó el embrague, metió la primera a la vez que pisaba el freno y el acelerador. Un fuerte acelerón mantenido y una suelta de embrague y freno a la vez, hicieron que literalmente el coche saliera como una bala y volara hacia la calle sin rozar la acera. Nada más tocar con las ruedas en el asfalto, frenó en seco dando un volantazo hacia la derecha y se perdió, hecho una exhalación, camino hacia la zona de bares del puerto. 

Aquella avenida rectilinea, a esas horas, era una tentación. Tres anchos carriles y dos kilómetros y medio de carretera solitaria, llena de intersecciones y semáforos, no era para menos, así que se dijo que por qué no, y comenzó a acelerar hasta poner el velocímetro a 220. Aquella aguja del demonio parecía que le marcara la dirección del infierno. ¿Qué tenía ya que perder? A su paso, las palmeras de las aceras se difuminaban, las luces de las farolas alargaban sus aces de luz como queriendo competir en aquella loca carrera. De repente, una sirena se oyó no muy a lo lejos. Sin duda, la policía municipal. Aminoró la velocidad hasta 120 k/h y, cuando ya casi tenía encima al coche policial, aceleró y salió de la avenida en la primera intersección hacia la izquierda por dirección prohibida, perdiéndose entre callejuelas, no sin golpearse en el costado con algún que otro vehículo estacionado. La persecución duró lo suficiente como para que la policía no pudiera alcanzarlo por aquellas callejuelas del casco antiguo. 

Estuvo vagando sin rumbo durante un tiempo indefinido. No tenía noción del tiempo. Sin saber cómo, ahora se encontraba parado en medio de un camino polvoriento. Era un descampado en una zona alta de las afueras. Desde allí se podía divisar toda la ciudad iluminada a sus espaldas. Una gran luna rielaba en un inmenso y oscuro mar. Delante, a unos pocos cientos de metros, un conjunto de pequeñas casas recibían luz con apenas unas pocas farolas. Estaba en el barrio de Santa Martica, donde ni la misma policía se atrevía a patrullar.

--Vaya puta mierda- se dijo y puso lentamente en movimiento el coche, dirigiéndose al poblado. 

 Una vez allí, entre aquellas chabolas, paró frente a una fachada roja, alumbrada por un luminoso verde en el que se leía “Bar La Buena Vida”, y se paró.

–¿La Buena Vida? –se preguntó- ¿Qué jodienda!- se dijo en voz alta.

Bajó del coche dejando las llaves puestas y sin cerrar la puerta. Miró nuevamente el luminoso verde, esbozó una sonrisa irónica y se encaminó hacia el interior del local. Una puerta de doble hoja, de madera vieja, que pareciera necesitar más de una y dos manos de pintura, daba paso a una pesada y roída cortina granate de imitación a terciopelo. La apartó y entro en una amplia sala medio a oscuras con unas cuantas mesas bajas rodeadas de pequeños sillones. Unos cuantos reservados se encontraban a izquierda y derecha de aquel espacio. Al fondo estaba la barra con algunas cuantas chicas, las cuales conversaban o sobaban a sus clientes, o eran sobadas por ellos. Un ambiente espeso de humo y olor a alcohol agrio, impregnaba el ambiente. Se encaminó a la barra y, conforme avanzaba, se notó observado. “Solo ante el peligro”,pensó. Se sentó en un taburete junto a una chica rubia, alta y de ojos claros. Ella, como el resto de chicas, mostraba la misma sonrisa comercial que pudiera presentarnos un director de banco al saber que íbamos a hacer un ingreso millonario en su entidad. Ella, al igual que el resto de las chicas, mutilaba su vida poco a poco en la máquina trituradora de vidas. Ella, queriendo morir, se aferraba a la esperanza de que, cualquier día, pudiera llegarle su príncipe azul... Pero queriendo morir. 

--Hola cariño. ¿Me invitas a una copa? –dijo ella con un acento claramente del este de Europa- 

--Y tú, ¿me das un cigarro? 

--No fumo. Hace un par de años que lo dejé. 

--Joder, hasta aquí ha llegado la concienciación hacia la salud pública. Vaya ironía de la vida. Por lo menos podrías llevar en el bolso para ofrecer a la clientela, vamos, digo yo. 

Ella lo miró con desprecio de arriba a bajo. Inmediatamente volvió a sonreír y se le acercó, tanto, que podría mordérsele aquel asqueroso perfume barato. 

--No tengo porqué, pero si quieres... -y sin más, comenzó a meterle mano en el “paquete”-  Si quieres, nos echamos un polvo arriba. Allí sí tengo tabaco.
...
Continuará el lunes próximo... Buen fín de semana.
Besibrazos.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Haiku 19

Bajo La Luna: Una historia de amor y celos en tres Haktos.



Hakto 1º

luna y estrellas,
entre aromas a flores
dos cuerpos se aman

besos con dueño
bajo la luna dados,
besos robados


Hakto 2º
locura y celos
derramando la muerte,
puñal de luna


luna sangrienta
de puñaladas dadas,
lamento y llanto


Hepíloko
negra la luna,
como la noche negra
entre negrura


luna quebrada,
duerme la luna nueva
sobre el estanque 



Fihnk



lunes, 7 de septiembre de 2009

Un Rosal A Mi Puerta Llamó... (poema para ponerle música y cantarlo... Vale?)

(Lienzo perteneciente a María Ruiz, nacida en Almeria y residente en Barcelona)


Este poema, verdaderamente lo creé para ponerle música... Bueno, pues no la tiene, pero os propongo que lo leais, si os atrevéis, cantándolo... Vale?... No, no hace falta escandalizar a la familia o a los vecinos... podéis cantarlo bajito o solo en la mente... jeje...Pues eso.)

Un rosal a mi puerta llamó, 
llorando por no encontrarte. 
Su corazón destrozaste, 
a cambio del amor que te dio. 

Y aquel triste rosal,
de espinas de sangre manchado,
recitaba esta canción:
¡Maldita flor! 
Te entregaste en brazos 
de un nuevo amor. 
Y sabes, que como yo, 
nadie podrá amarte. 

¡Ay, espinitas negras,

negras, de rota pasión! 
No tuviste el valor, 
de despedirte si quiera. 
Dime tú, si yo, 
merezco esta condena. 
Si por vida, la quimera,
por carecer de tu amor. 

De tí no quisiera acordarme 

ni mereces mi perdón. 
Mas sabes que mi perdición, 
es no poder olvidarte. 

Deseo hacer de esta canción, 

un himno para evocarte. 
Seguir pensando que me amaste, 
que hubo amor entre los dos. 
Y ahora que tú ya sabes,
lo que siente mi corazón, 
no quiero decirte adiós, 
pues mi intención es perdonarte. 

Un rosal a mi puerta llamó, 

llorando por no encontrarte. 
Su corazón destrozaste,
y a cambio él, 
te ofreció su amor.

 .....ooOoo.....

domingo, 6 de septiembre de 2009

Respecto al fallido intento de estrablecer un enlace en CARTHAGINESES Y ROMANOS del post de abajo, comunico que ya mespabilao... bueno, fue Aldi... jeje... y ya tengo bien hecho el vínculo. Todo o toda que quiera verlo, pues que pique allí.... Sí, al final del post anterior, repito. Bueno, y ya aprovecho para comunicar el restablecimiento de mis publicaciones como siempre: a las 21:00h los Lunes, Miércoles y Viernes, lo que no quiere decir que, esporádicamente pueda haber algo por medio, o cuelgue colaboraciones otros días. Besibrazos.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Septiembre no se lleva el calor


Septiembre regresó 
cabalgando y saludando 
a un agosto que en su huída marchó. 

¡Gracias a Dios!

 ¡Qué calor! 
-¿Pero, es que del todo marchó?, digo, el calor- 

Septiembre florido 
que comienzas a marchitar la hoja 
y a olvidarla entre aceras 
y el asfalto de la ciudad. 

Septiembre de cuesta 
de subir p´riba, 
de mochilas a las espaldas, 
de depresión postvacacional, 
de vuelta a empezar sin mirar atrás. 

Y te atreves a extender tu rima 
hasta diciembre, 
como queriendo joder 
con tu presencia inexistente; 
pero en octubre, ya ves, 
no estás aunque lo intentes. 

Septiembre que al otoño traes, 
agarrado a tus hojas del almanaque, 
intentando arrancarlas, 
…y caen tres. 
-Que el invierno se encargue 
de las otras tres.
Que el verano y la primavera, 
arranquen las suyas 
para hacer un bouquet- 

Septiembre de amenazante calor
que no se quiere ir,
-ni a empujones se quiere marchar-, 
de esta tierra espartaria de seca tez 
y costa de cálido mar. 

Ay, que me quieres engañar 
y aún de verano te disfrazas 
con tu vestido soleado de calor. 

Ay, Ay, Ay, 
veranillo del membrillo 
y de moscas folloneras, pegajosas, 
cojoneras a más no poder.

Ay, veranillo de septiembre 
que no quieres desaparecer 
y te atreves a no olvidarte de mí. 
Pero te irás 
como se marchan los amantes. 
Como se borra el carmín de unos labios. 
Como aquel beso olvidado. 
Te iras como la ira 
da paso al abrazo. 
Como el destello 
de aquellos ojos enamorados. 

Si, ya: 
Y regresarás y volverás a dar el coñazo. 

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 No sé, pero nunca me ha caído simpático septiembre. Ya, sí... de vacaciones en el campo o en la playita donde ya queda poca gente... Sí, pero como no puede ser, pues... Pues eso. Bueno, no va a ser malo todo en septiembre ya que hay un lema en Cartagena que dice: Y DESPUÉS DEL VERANO: CARTHAGINESES Y ROMANOS ... Sí, nuestras fiestas milenarias... -que no milenarias, digo, por el tiempo que llevan, sino por nuestra historia-... y que corresponde a la última semana de este mes... Ja!, ya ves... p´despedirlo.

martes, 1 de septiembre de 2009

A tiro pasado (Noche de lluvia, relámpagos, truenos y una taza de caldo)


Aquella noche el cielo llovía amargamente sobre las calles adoquinadas de la ciudad portuaria. Un relámpago iluminó ferozmente las fachadas anulando las luces que tímidamente asomaban por alguna que otra ventana o balcón. Las ratas, asustadas huían por las alcantarillas. Aquella figura de sombrero alado, gabardina y manos en los bolsillos, caminaba encorvado por el asfalto, pisando los charcos de junto a la acera. Como un crío pateaba el agua ayudandola a calarlo aún más. Se paró junto al portal, sacó la llave, y una puerta antigua, bonitamente labrada y barnizada, se abrió al empujarla. Un ascensor antiguo, de puertas manuales, lo subió hasta el tercer piso. Cuando entro en su vivienda, sin quitarse ni siquiera el sombrero, se encaminó al baño, preparó el agua de la ducha a una temperatura caliente, digamos al “body”, y se metió debajo de aquella reconfortante lluvia artificial calentita. Se desnudó allí mismo bajo el agua y amontonó todas las prendas en el otro extremo de la bañera. Se enjabonó y disfrutó lo más que pudo sintiendo el agua caer, ahora por la espalda, ahora por el cuello, ahora por la cara. Un buen rato estuvo allí hasta que consideró el momento de cerrar el grifo. Se secó con el albornoz, se puso el pijama y se preparó una taza de caldo caliente. El hombre del tiempo no se había equivocado. El pronóstico de tormenta proviniente de la mar, había sido acertado. Encima mismo de la ciudad se dieron cita los dioses escandalosos del Olimpo. Zeus y Thor, no paraban de dar el coñazo con los rayitos y el martillito de las narices; no obstante era un espectáculo precioso ver toda aquella luminosidad en aquel cielo negro como la boca de un lobo. Se aparto de la ventana y se dirigió al ordenador, entro a su blog “Marianoelformal” y se dijo: “voy a echarle un vistazo a mi perfil” Ni siquiera pasó a ver los comentarios que le hubieran dejado sus amistades virtuales. Nada más entrar en su perfil notó una sensación extraña; algo pasaba y no sabía el qué. Buscó y rebuscó arriba y abajo, leyó y releyó una y otra vez. Nada, no lograba saber qué o qué cosa pasaba. Solo notaba algo extraño en su interior a causa de un “algo” que no sabía qué pasaba en su perfil. Un nerviosismo, un desasosiego increcendo que no cesaba, se iba apoderando de su cuerpo. La taza de caldo que se había preparado, ya casi ni humeaba. Un buen sorbo y pareció como si se tranquilizara, pero cá, aquella sensación le oprimía el alma. Una intranquilidad interior le corría por todo el cuerpo haciéndose más y más incómoda y molesta a nivel de las extremidades. Llegaba ya a un punto en que casi ni podía pulsar las teclas de las flechitas. De repente, algo llamó su atención: “53” Aquel sonido ensordecedor retumbó por toda la casa; pareciera que los cristales se desharían en añicos. Aquel trueno asolador llegó a sobresaltarlo a la vez que…

--Cincuenta y trés, ¡coño!... ¡cincuenta y tres!... Si yo juraría que ayer estaba el cincuenta y dos. ¿Cómo coño ha sucedido?... y yo sin darme cuenta. Maldito ordenador. Ni siquiera la decencia de avisarme. 

 De repente, toda agitación cesó. Ningún estado de ansiedad. Todo en calma. Sosiego. Sin nerviosismos ni nada de intranquilidades interiores a nivel de las extremidades. De nuevo, un fuerte y gran rayo, casi al unísono con un gran estampido de un tremendo trueno -la tormenta estaba totalmente encima- provocó un apagón de luz. Mariano se levantó del ordenador, tomó la taza de caldo, se encaminó al balcón, apoyó su hombro derecho sobre las cortinas descorridas, y observó cómo se iluminaba toda la ciudad con aquella preciosa tormenta. Preciosa y magnífica tormenta. 

--Feliz cumpleaños, aunque sea a tiro pasado –se dijo y continuó a sorbos con su taza de caldo.

Sí, el día 30 ppdo. fue mi culple y esta mañana se me ha ocurrido esta historia, a propósito. Espero que ya este viernes que viene, me estabilice blogueramente hablando.