Quiéreme,
por nuestro tiempo
de ausencia,
por aquellos días
en los que la luz
desapareció
del brillo de tus
ojicos wapos.
Así, empecé a quererte.
Quiéreme,
por cada espina
de aquellas rosas malditas,
ahora en pétalos convertidas
por nuestro amor rescatado.
Así, te seguí queriendo.
Quiéreme al ritmo lento
que marcan las llamas
de la eterna fragua
de la eterna fragua
de nuestro amor.
Así te estoy queriendo.
Quiéreme,
con toda tu grandeza,
porque así eres tú.
Y brindemos,
bajo la tenue luz de la luna,
bajo la tenue luz de la luna,
por los dos.
…..ooOoo…..
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