Grande es el ser humano
en su maravillosa imperfección.
Será vano su esfuerzo
por ser perfecto.
Mas si vence miedos
y navega contra la adversidad,
por una absurda
y banal meta
de lograr la perfección,
en todo ese laberinto
brillará su intención,
su actitud y su constancia
en el día a dí.
Y eso es lo que le hará fuerte
ante los demás,
ante un mundo
que se conforma
con las migajas
de la rutina,
del materialismo
y la monotonía.
Fuerte,
sobre todo,
ante quienes limosnean
los afectos
y el "rabito" menean
"por conseguir el pan"
Y en ese camino,
en esa senda tortuosa,
nada fácil de andar,
para lograr
esa absurda perfección,
que jamás alcanzará,
aprenderá que se hará aún más grande
de lo que es,
de lo que jamás haya podido soñar.
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