
Juan, comandante de vuelo de Iberia, se disponía a salir de su casa en dirección al aeropuerto. Matías, el portero del edificio, atento y solícito, le saluda.
--Buenos días, don Juan
--Buenos días, Matías. Bonita mañana.
--Sí, don Juan. A trabajar, no?... A dónde vuela hoy?
--No, no, Matías, hoy no vuelo a ninguna parte. Hoy estamos en huelga.
--Qué suerte tienen ustedes, y uno aquí...
--Bueno, hombre, no te quejes, tampoco se está tan mal aquí, no?
--Hombre, según se mire, que esta finca no es una finca de seis u ocho pisos, sino más de...
--Ya, ya, pero tampoco hay que poner las cosas negras.
--Ya, y, si me lo permite... esto... por qué hacen ustedes esa huelga?
--El asqueroso dinero, Matías, el asqueroso dinero. Que se han creído que el título de pilotos comerciales lo hemos conseguido en una tómbola y que somos más o menos que taxistas... con todo mi respeto a esa profesión.
--Bueno, pero, usted se formó en el ejército y después se salió y...
--Matías, eso es otra historia...
--Sí, claro... esto... y entonces, no van a haber vuelos?
--Hombre, haber, sí, claro, pero de servicios mínimos. Ayer mañana lo debatimos. Por lo pronto hoy, ha un 50% menos.
--Madre mía!
--Matías, nada de madre mía, que si no es así...
--Pero ustedes se dan cuenta de los problemas que acarrean a las personas que están de vacaciones, de negocios, con asuntos familiares... Mire que me gustan más poco este tipo de huelgas...
--Matías, Matías... Es que, si no es así, no vamos a ninguna parte.
--Pues mire usted, don Juan, con todos mis respetos y sin ánimo de ofender... la persona que, por ejemplo, está de vuelta de vacaciones o al inicio de ellas, la van a, con perdón, joder bien jodida.
--Ya, ya, es algo terrible, pero, qué le vamos a hacer, también a los médicos... Ya le digo, ¿qué vamos a hacer...?
--Pues muy sencillo, algún tipo de huelga en la que no afecten a quienes no tienen culpa de nada.
--Por ejemplo, ¿una huelga de celo?... Saldría igualmente perjudicado el viajero... ¿huelga de hambre?... Qué tontería. Llegaría el momento que por seguridad no podríamos volar y se perjudicaría al viajero. A ver, diga usted, Matías.
--De amarillo.
--¿!De qué!?
--Que de amarillo, como los pollicos. Es fácil de entendr, ¿no?
--¿Disfrazados dice usted?
--Hombre, no se me había ocurrido a mí eso de disfrazarse, pero sí, también podría ser así. No, me refería a que, haciendo los vuelos, fueran todos ustedes de amarillo, informaran a los viajeros de su situación y, tal vez...
--Eso, eso, tal vez... Así no se consigue nada, Matías. Eso es una paparruchada y... perdone usted lo que acabo de decir, pero...
--No, ya, si ya sé por dónde van las cosas: “María, como no follemos esta noche, tiro al niño por la ventana” ... También perdone usted lo que acabo de decir.
--¿Pero qué dice? --No, nada, don Juan, que con los 1.200 euros que gano yo al mes, mujer y cuatro hijos... dígame a mí, ¿como llego a fin de mes?.
--Matías, no es lo mismo. O ¿es que va a comparar mis estudios, mi responsabilidad de comandante de un avión, con su oficio?
--Por Dios, no, no, don Juan, Dios me libre, pero sin basureros, electricistas, conserjes, botones, lavanderas, jardineros, mensajería, camareros, guardas privados de seguridad, carteros... porteros de fincas... y no quiero seguir más, a ver cómo se las apañaban algunos de estos que tienen un montón de años de carrera, dos o tres masteres, etc, etc.
--Matías,¿dónde quieres llegar? Me está ofendiendo.
--En ningún momento e insinuado nada respecto a su persona, don Juan. Si eso le ha parecido ofensivo, le pido me disculpe. ¿Sabe cuántas plantas tiene este edificio?, ¿viviendas por planta y la cantidad de mantenimiento que tiene, empezando por la caldera, controlar averías, caprichos de los inquilinos y propietarios... etc, etc... etc?
--¿Qué quiere insinuar? Si no está a gusto aquí, ya sabe.
--Pues que a lo mejor, es usted el que me está ofendiendo a mí.
--¡No diga usted tonterías!. No, si esto me pasa por darle confianza. Comentaré lo sucedido con don Julio, el presidente de la comunidad, a ver qué medidas se toman.
--Bueno, para su y mí tranquilidad, le comunico que toda esta conversación está guardada en el blog de un tal Guillermoeltravieso; es más, él es quien la está, ahora mismo, escribiendo... Hola, Guillermo!
---hOlA mAtÍaS
--¿Eh?, ¿qué?... ¿Con quién coño habla usted? No, encima loco! Me voy. Esto no quedará así. Ya volveremos a vernos.
--Sí, claro que nos veremos. Todos o casi todos los días, don Juan. Adiós muy buenas, hasta la vuelta.
--tE PaSaStE uN rAtO, nO, mAtÍaS?
--Lo tienes todo apuntao, ¿no Guillermo?
--hOmBrE, sOy Yo El QuE lO eStÁ eScRiBiEnDo...
--Pues nada, no te preocupes de más. Si me llaman a careo, los mando a...
--mAtÍaS...!
--A tu blog, a tu blog. jeje. Hasta la vista, Guillermo
--hAsTa La ViSta, MaTíAs.
--Buenos días, don Juan
--Buenos días, Matías. Bonita mañana.
--Sí, don Juan. A trabajar, no?... A dónde vuela hoy?
--No, no, Matías, hoy no vuelo a ninguna parte. Hoy estamos en huelga.
--Qué suerte tienen ustedes, y uno aquí...
--Bueno, hombre, no te quejes, tampoco se está tan mal aquí, no?
--Hombre, según se mire, que esta finca no es una finca de seis u ocho pisos, sino más de...
--Ya, ya, pero tampoco hay que poner las cosas negras.
--Ya, y, si me lo permite... esto... por qué hacen ustedes esa huelga?
--El asqueroso dinero, Matías, el asqueroso dinero. Que se han creído que el título de pilotos comerciales lo hemos conseguido en una tómbola y que somos más o menos que taxistas... con todo mi respeto a esa profesión.
--Bueno, pero, usted se formó en el ejército y después se salió y...
--Matías, eso es otra historia...
--Sí, claro... esto... y entonces, no van a haber vuelos?
--Hombre, haber, sí, claro, pero de servicios mínimos. Ayer mañana lo debatimos. Por lo pronto hoy, ha un 50% menos.
--Madre mía!
--Matías, nada de madre mía, que si no es así...
--Pero ustedes se dan cuenta de los problemas que acarrean a las personas que están de vacaciones, de negocios, con asuntos familiares... Mire que me gustan más poco este tipo de huelgas...
--Matías, Matías... Es que, si no es así, no vamos a ninguna parte.
--Pues mire usted, don Juan, con todos mis respetos y sin ánimo de ofender... la persona que, por ejemplo, está de vuelta de vacaciones o al inicio de ellas, la van a, con perdón, joder bien jodida.
--Ya, ya, es algo terrible, pero, qué le vamos a hacer, también a los médicos... Ya le digo, ¿qué vamos a hacer...?
--Pues muy sencillo, algún tipo de huelga en la que no afecten a quienes no tienen culpa de nada.
--Por ejemplo, ¿una huelga de celo?... Saldría igualmente perjudicado el viajero... ¿huelga de hambre?... Qué tontería. Llegaría el momento que por seguridad no podríamos volar y se perjudicaría al viajero. A ver, diga usted, Matías.
--De amarillo.
--¿!De qué!?
--Que de amarillo, como los pollicos. Es fácil de entendr, ¿no?
--¿Disfrazados dice usted?
--Hombre, no se me había ocurrido a mí eso de disfrazarse, pero sí, también podría ser así. No, me refería a que, haciendo los vuelos, fueran todos ustedes de amarillo, informaran a los viajeros de su situación y, tal vez...
--Eso, eso, tal vez... Así no se consigue nada, Matías. Eso es una paparruchada y... perdone usted lo que acabo de decir, pero...
--No, ya, si ya sé por dónde van las cosas: “María, como no follemos esta noche, tiro al niño por la ventana” ... También perdone usted lo que acabo de decir.
--¿Pero qué dice? --No, nada, don Juan, que con los 1.200 euros que gano yo al mes, mujer y cuatro hijos... dígame a mí, ¿como llego a fin de mes?.
--Matías, no es lo mismo. O ¿es que va a comparar mis estudios, mi responsabilidad de comandante de un avión, con su oficio?
--Por Dios, no, no, don Juan, Dios me libre, pero sin basureros, electricistas, conserjes, botones, lavanderas, jardineros, mensajería, camareros, guardas privados de seguridad, carteros... porteros de fincas... y no quiero seguir más, a ver cómo se las apañaban algunos de estos que tienen un montón de años de carrera, dos o tres masteres, etc, etc.
--Matías,¿dónde quieres llegar? Me está ofendiendo.
--En ningún momento e insinuado nada respecto a su persona, don Juan. Si eso le ha parecido ofensivo, le pido me disculpe. ¿Sabe cuántas plantas tiene este edificio?, ¿viviendas por planta y la cantidad de mantenimiento que tiene, empezando por la caldera, controlar averías, caprichos de los inquilinos y propietarios... etc, etc... etc?
--¿Qué quiere insinuar? Si no está a gusto aquí, ya sabe.
--Pues que a lo mejor, es usted el que me está ofendiendo a mí.
--¡No diga usted tonterías!. No, si esto me pasa por darle confianza. Comentaré lo sucedido con don Julio, el presidente de la comunidad, a ver qué medidas se toman.
--Bueno, para su y mí tranquilidad, le comunico que toda esta conversación está guardada en el blog de un tal Guillermoeltravieso; es más, él es quien la está, ahora mismo, escribiendo... Hola, Guillermo!
---hOlA mAtÍaS
--¿Eh?, ¿qué?... ¿Con quién coño habla usted? No, encima loco! Me voy. Esto no quedará así. Ya volveremos a vernos.
--Sí, claro que nos veremos. Todos o casi todos los días, don Juan. Adiós muy buenas, hasta la vuelta.
--tE PaSaStE uN rAtO, nO, mAtÍaS?
--Lo tienes todo apuntao, ¿no Guillermo?
--hOmBrE, sOy Yo El QuE lO eStÁ eScRiBiEnDo...
--Pues nada, no te preocupes de más. Si me llaman a careo, los mando a...
--mAtÍaS...!
--A tu blog, a tu blog. jeje. Hasta la vista, Guillermo
--hAsTa La ViSta, MaTíAs.