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En Mis Rincones (barra derecha, casi al final del todo, podrás encontrar los diferentes temas que trato.


domingo, 16 de febrero de 2020

Tu Amor A pequeños Sorbos

Eres tú
quien me enseña,
a pequeños sorbos,
saber apreciar
el buen caldo
del Amor.
Tú,
quien me ha hecho
olvidar
aquel mosto
que a mi mesa vino,
y bebí en su momento
creyéndolo
como el mejor de los vinos.

Pero es tu vino, amor,
el que me embriaga
ampara
en el mejor
de los amores,
en un sopor de paz
que solo la ambrosía
de tu dulce néctar
ha podido darme,
y nunca he tenido.

Es tu vino,
mi querido amor,
el que me ensueña
y en tus brazos me pierde,
y me hace soñar con paraísos
aún por descubrir juntos.

Y en este dulce vivir contigo,
me sigo dejando
escanciar tu vida
sobre la mía.

…..ooOoo…..

viernes, 14 de febrero de 2020

También hay tristes "Sanvalentín".

My Bloody Valentine. Fuente: Nerd Sloth

Hola. Hoy es San Valentín. Hoy, como cada Sanvalentín, se supone que me demostrarás que me quieres más que a nadie en la vida. Hoy, te derretirás en bondades, amabilidades y demostraciones de cariño hacia mi persona. Hoy, al despertarme, encontraré una nota en mi mesilla diciéndome cuánto me amas, incluso hasta puede que me hayas escrito un poema. Hoy, como cada Sanvalentín, cuando vaya al aseo, veré una nota pegada al espejo con un “Te Amo”. Y cuando vaya a la cocina a prepararme el desayuno, me encontraré una gran caja roja, con forma de corazón, y repleta de bombones. Cuántas veces me dices que no los coma, que engordan. Siempre. Hoy vendrás del trabajo con un gran ramo de rosas -este año tocan dieciocho, dieciocho años de matrimonio- me darás un beso y un abrazo y me dirás: “¿Te has maquillado bien que no se te note nada? Venga, vamos, que hoy tengo prisa porque…” vete tú a saber el porqué de tus prisas, pero siempre tienes prisa. Y en el restaurante, que como siempre será el que tú elijas y no aquel pequeñito coqueto e íntimo que sabes que a mí me encanta, a los postres, con el cava y una cara risueña, me regalarás una joya: un anillo o una gargantilla, o un juego de ambas. Terminaremos en el restaurante y, como siempre, me llevarás a casa y, con las mismas prisas de siempre en este día, te irás, no sin antes bajarte del coche y abrirme la puerta. Un beso y un abrazo sellará nuestra despedida junto con un “hasta la noche, amor, ya verás qué polvo te voy a echar” y tu clásica sonrisa que espera complicidad y aprobación por mi parte.

Y llegará la noche, y llegarás cansado y me dirás, como siempre, que te prepare algo de cenar. Nada nuevo que contarme. Y a la hora de acostarnos, me acariciarás como se acaricia a un perro en la cabeza, como recompensa por su fidelidad. Y te echarás sobre mi cuerpo vacío de sentimientos, tan vacío, como si me hubieran rebañado con una cucharilla. Y te saciarás, y ni siquiera me dedicarás una palabra cariñosa, como siempre. ¿Para qué? Y me dirás: “Qué, ya te dije esta mañana que te iba a echar un polvo que...” Y te darás la vuelta, como siempre, y te dormirás. Al poco, comenzarás a roncar.

¡Que gran día de Sanvalentín!

¿Y mañana? Mañana no tendrás que demostrarme que me quieres más que a nadie en la vida. Mañana, al igual que hoy y, como siempre, sentir amor, quererme, te vendrá tan grande, sí, como siempre. Que no me ames, vale, pero es que ni siquiera sabes quererme. Ni siquiera sabes quererme como se podría querer a un gato o a un perro, o a la maldita cotorra del vecino de abajo, que no para en toda la mañana.

Bueno, por lo menos hoy, mi cuerpo ha descansado de tus golpes. No, mi cabeza no descansa del sufrimiento que me causas por tus celos, tus caprichos, tus amenazas, tus gritos y tus grandes silencios, tu indiferencia, tus vejaciones, tus maltratos, tus golpes, tus golpes… que pareciera que te gusta maquillarme a golpes.


--¿Y mañana, Guille?, ¿qué va a ser de mi vida mañana?
--Mañana... Mañana o pasado, o dentro de unos días o semanas, ¿quién sabe?, es muy probable que haya otra asesinada. Lo siento, no puedo darte un final feliz. Por lo menos, y desgraciadamente, por ahora no. Eres una y todas a la vez.

lunes, 10 de febrero de 2020

Ya No Interesan Los Espejos






Cuando salga el sol por el horizonte,
bostezará la luna
y los pájaros de la noche
volarán a sus nidos.

Ahora será la luz del día
la que atraiga a las polillas,
y todo el encanto de la oscuridad
sucumbirá a la vorágine
de una actividad frenética
e incontrolada.

La mañana parirá
hombres y mujeres
que, como hormigas,
bullirán por la ciudad
y bramarán su exiguo
e insignificante poder
como elefantes;
y como gorilas
se golpearán el pecho;
como pavos se pavonearán
hinchando sus egos;
y como cruzados,
arrasarán matando por sus ideas,
que son las únicas que importan.

No hay espejos.
En nuestras vidas
ya no interesa que haya espejos.

…..ooOoo…..

miércoles, 5 de febrero de 2020

Te Amo En Tu Debilidad





Te amo en tu debilidad,
en tu respirar pausado y tranquilo
que te invita a sentarte y descansar,
mientras paseamos a la luz del mediodía
entre jazmines que huelen a ti.

Te amo, amor, en la debilidad de tu ser,
cuando veo volar a tus ojos,
perdiéndose en el horizonte
olvidándose de mí.

Te amo, mi amor,
en el lienzo blanco
de tus recuerdos marchitos,
de mi yo olvidado,
mientras hacemos el amor
y tus manos abrazan
a otro hombre que te ama,
como solo yo puedo amarte.

Te amo, amor mío,
en tus preguntas diarias
y casi siempre iguales,
en tus incógnitas por resolver,
en tus días tan iguales unos a otros.

Y te amo sin fronteras ni razones.
Te amo, sin ser yo,
porque soy tú,
y solo así puedo amarte.

…..ooOoo…..

(inspirado en uno de los textos que Manuel Brun repartió para interpretar, a quienes asistimos a su taller de teatro, bajo el lema “La mirada del personaje”,  los pasados días 24 y 25 de enero. Este texto, en concreto, es la escena “Memoria”, de “La reunificación de las dos coreas”, de Jöel Pommerat, y nos lo ofreció a Cristina Polo y a mi, ambos,  pertenecientes al Aula de Teatro el Desván, dirigido por José Salguero.
“Te Amo En Tu Debilidad” es la frase que empleé en uno de los ejercicios que hicimos para interpretar el personaje)