
Hablar a estas alturas de lo que te quiero… Qué poco, pero
qué mucho, y tú y yo lo entendemos. ¡Hablar
de lo que te quiero! Y es que es tan fácil quererte, que todita tú te quiero y
te lo diría cientos y miles veces.
Sabes que te quiero de ajenjo y miel, bien lo sabes; que te quiero, de la
única forma que sé querer, hasta caer en los infiernos de la monótona
repetición de amor, en el trillar de la bella canción enamorada que navega a través
de los tiempos surcando corazones; en el verso etéreo y perenne del poeta.
Te quiero tal como eres,
¡y que el mundo se entere!
Que como amarte,
no hay nada;
que sin ti, la vida es nada.
Te quiero por tu mirada,
que se me clava en el alma
como alfileritos delicados de amor.
Te amo, por aquellos malos tiempos
que todos te sobran,
y trato de convertirlos en escombros
y ahogarlos en el océano.
Te amo por tus besos,
que me recuerdan al alba,
por tus pequeños abrazos
que abrigan mi cuerpo.
Por tu sonrisa que me enamora.
Te quiero,
porque a tu lado
me embriago
con tan sólo ver
tus caderas contoneando
al son de tus pasos.
Los mismos pasos
que van dejando la huella
que mis pasos quieren seguir
Quiero tu vida en la mía,
mi vida en tu vida quiero.
Quiero llevarte,
tan en mis adentros,
que al llegar nuestro ocaso
sea yo quien muera
por no estar tu
ya a mi lado;
por no tener,
porque me falten, frente a mí,
los buenos días
que cada mañana me dan
tus ojicos wapos.
…..ooOoo…..