Llegó al parque, se pidió un cafetito en el kiosco, lo sorbió despacio y, al terminarlo, con paso tranquilo se dirigió bajo el árbol, puso su cajón azul y comenzó a hablar:
Ya ha pasado
la Navidad; para unos ¡Feliz Navidad!, para otros, feliz navidad, para otros
simplemente Navidad. Pero lo terrible es, que para muchos, más de los que suponemos
o quisiéramos, ha pasado “la nada” ,o lo que es peor: ha pasado el “sinamor”.
Ese sentimiento que se agarra a las entrañas y no te suelta hasta destrozarte
el corazón.
“Sinamores”,
hay muchos: la falta de misericordia, la falta de humanidad, la falta de
bondad… si, la falta de amor.
Ahora que
corren tiempos de “globalización”, cojamos esos pequeños grandes cachitos de
amor, juntémoslos y llamémoslos: Amor. Sí Amor con mayúsculas.
Entramos en
un nuevo año: 2015, un año que para muchos, tal vez no se diferencie mucho del
2014, o sí, ¿quién sabe? pero lo cierto es, y lo sabemos, que si
queremos, sí podemos hacerlo diferente. Cada año podemos hacerlo diferente al anterior
si queremos. ¿Queremos? ¿Podemos o no nos da la real gana?
Amemos,
porque Amando es la única manera de cambiar el mundo. El mundo cambia si la
persona, si nosotros cambiamos. No nos engañemos, sabemos positivamente que,
por mucha edad que tengamos, nunca es tarde para cambiar. Si no cambiamos es porque
no queremos cambiar.
Tenemos toda
una vida por delante para cambiar pero, unas vidas son más cortas o largas que
otras. Si dejamos para mañana las "cosicas"… tal vez no lleguemos a lograrlo.
Sí, un nuevo
año llega cargado de incógnitas, de proyectos, de sospechas, de intrigas… , de posibilidades de practicar la bondad, de ser más humanos, más sensibles al
sufrimiento de los demás, más activos por acción de hechos o acción de palabra
por denunciar la injusticia, aún sabiendo que podemos ir contra corriente de
los intereses de la grey, pero sabiendo que estamos en el camino correcto.
Tenemos la posibilidad de hacer… ¡tantas cosas buenas para nosotros y para los
demás! y lo mejor de todo es, que hay cosas bellas, bonitas, agradables, para
los demás, ¡que no cuestan dinero!. Sí, de verdad, es cierto, existe la posibilidad
de hacernos felices a nosotros mismos y a los demás sin dinero, ¡sin gastarnos
un euro!.
Amemos, sí,
lo he dicho antes, amemos. Rompamos las barreras que nos impiden darnos a los
demás, esas armaduras que nos refugian de cualquier demostración de cariño, de demostrar nuestra bondad, nuestra humanidad.
Jajajajajajaja… sí, ya, claro que sí existe la posibilidad de que sigamos
jodiendo al personal, consciente o inconscientemente, pero por lo menos,
pisemos la senda, aunque sea con un solo pie y de vez en cuando, del buen
hacer. Seamos conscientes de lo que podemos aportar con una sonrisa, con una “palabra
regalo” –“vecina, ¡qué wapa estás esta mañana!". Y la pobre vecina va hecha un
adefesio- Demostremos el cariño y el afecto con un: “Amigo, Te Quiero”. ¿Os acordáis de aquel libro que estudiábamos allá por los años 60?... Seeeeeeeeee... jajajajajaja... se llamaba "libro de Urbanidad! -si no recuerdo mal.
No nos dé
miedo a mostrarnos sensibles ante los demás, a demostrar nuestro lado oculto de
la bondad. No somos pedazos de granito, somos pedazos de humanidad y, la
humanidad, debiera destilar Amor.
Si no podemos
ganar guerras, sí que podemos ganar batallas.
No debiéramos tener miedo a los
sentimientos de amor. No debiéramos guardarlos para nosotros solos.
¡FELIZ 2015!
Se bajó de su estrado, perdiéndose entre los pequeños rayos de sol que atravesaban las copas de los grandes ficus.
Y yo, mis queridos amigos blogueros, Guillermo Elt, aprovecho este post para, tb,felicitaros el Nuevo Año venidero
Se bajó de su estrado, perdiéndose entre los pequeños rayos de sol que atravesaban las copas de los grandes ficus.
Y yo, mis queridos amigos blogueros, Guillermo Elt, aprovecho este post para, tb,felicitaros el Nuevo Año venidero
