
Allí estábamos todos, ¿recuerdas?, sentados alrededor de la mesa y apurando un chupito de vino moscatel que acompañaba unas “milojas”, en esas tertulias largas, largas de familia. Yo, estaba algo distraído pensando en mis cosas, cuando oí a una de mis hermanas:
--Recuerdo, que siendo yo muy pequeña, entré a la cocina y pasé junto a mis padres que estaban sentados a la mesa, y jamás olvidaré lo que estaban hablando:
"Yo quiero morirme después que tú"
"No, yo" -respondía el otro-
Y es que -siguió diciendo mi harmana- se querían tanto, que no soportaban que a la muerte de uno de ellos, el otro sufriera.
Yo, te miré sin poder evitar una sonrisa llena de cariño, y te dije en voz muy baja:
--¿Oyess?, lo mismico que yo ya te he dicho en alguna ocasión. Es que lo llevo en la sangre. -y volví a sonreir- Lo llevo en mis genes.