Si me guías por el camino no tropezaré, pero guíame tú con tu dulzura. Si me abrazas, tendré tranquila el alma, pero abrázame tú. Si consuelas mis heridas, sanaré, pero que sea tu consuelo el que pare el brotar de mi sangre. Calma mi agonía, o moriremos los dos.
Perdón, ¿quién soy yo para pedirte todo esto? ¿Acaso bombardean mi casa?, ¿matan a mi gente?, ¿ violan a mi mujer o a mis hijas?, ¿destruyen y arrasan mi ciudad...?
lágrimas dulces
en tu rostro tranquilo,
corazón roto