¡Gracias!

 

Gracias,
por dejar que te robe la vida
para hacer latir la mía.
Por abrir tus brazos
para abrazar mis quereres
que por ti suspiran,
acunando este amor
que consume mi cuerpo
cada vez que te pienso,
cada vez que me miras.

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EL CABALLERO XII (De los humores del vino)

 

Consejos de EL CABALLERO, sobre “los humores del vino”

 
Pérfido es el buen caldo
que adormece los sentidos,
si en llevar te dejas
por los placeres del vino.
Que creyéndote bien cuerdo,
caes cual mancebo inexperto
por sus humores vencido.
 
Es al principio,
este néctar de dioses,
dama afable y lisonjera,
dama bella y complaciente
que observa, en medida, el pudor,
y con sus encantos entretiene.
Mas, si le das confianza
y se le permite cercanía,
esta dama, de principio educada,
se convierte en pícara y descarada,
y te embauca y te anima
a perder la cortesía,
la educación y la cordura.
Y hasta puede hacerte
trastocar el equilibrio
echando tus huesos por tierra,
perdiendo así tu condición...
la que a la sazón se tenga.
 
Por eso recomiendo,
si permiten mi atrevimiento,
el usar bien la cabeza,
aplicando la mesura
para tener buen acierto,
con según qué clase de damas,
si van con intenciones malas.

Mejor, saludarlas desde lejos.

Y con esto, para todos hablo:
para grandes y para chicos,

para damas y caballeros,

pobres y ricos, 

príncipes, princesas, 

doncellos y doncellas:
para todos ellos y para todas ellas.
Para todo el que se sienta 

gran experto o experta,
creyéndose con sobrada experiencia,
en vencer las consecuencias
de una desmesurada ingesta
de este  divino néctar.                   
 

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(Que ya iba siendo año y hora, que desde 2015 no desempolvaba a EL CABALLERO)

Haiku 58 (Mayo)

 Simiente protectora de mi simiente eres, amor en primavera, mirada cálida y complaciente, fuerte como el roble fuerte, perseverante como la muerte. Penetrante mirada que a mi corazón llegas, en el momento de la verdad. Toda tu te impregnas en mi ser. 

hueles a fresco

en mis mañanas claras,

luz y color