Te estampas contra la realidad y crees que te sumerges entre fantasías. Tal es el trompazo?.
Sueñas los mejores sueños, entre sueños, y al llegar la mañana tu mente te arrebata ese pedacito de felicidad. Y te estrujas el cerebro... sin poder celebrarlo porque no se deja encontrar.
Y como por tañidos de campanas de iglesia, tu cuerpo... o el mío... queda preso entre sus sonoras ondas como una pequeña libélula dentro de un prisma de resina transparente, nítida, limpia, virginal... Y es ahí, que medio mundo nos contempla. Al otro medio le da igual nuestra existencia.
Medio mundo nos contempla?!... Ja!... Vanidad de vanidades.
(y que conste que este dibujo, le encanta a Aldi... si no, no lo hubiera puesto... jejeje)