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jueves, 23 de noviembre de 2017

Había una vez un juicio, que no es que alegrara mucho el corazón.


(Telón)

-¡Señoría, pero es que me robaron!

-Deje, deje y responda: ¿No es cierto que ud no opuso resistencia?

-Vamos a ver, Sr. juez, yo estaba llenetica de miedo, temblando, y macordé de cuando dice la policía que no opongamos resistencia cuando alguien nos atraca. ¡Y eran cinco! ¿Qué podía hacer?

-Ya, pero, ¿no es cierto que ud abrió su bolso y les ofreció que, ellos mismos, digamos, se sirvieran?

-No, sí. bueno, exactamente no es así, pero…

-¡Ni peros ni nada! ¿Y no es cierto también que, cuando fue a denunciar el “supuesto robo” a comisaría, estuvo ud bromeando con el agente que le tomó declaración, al respecto de que uno de los atracadores llevaba la bragueta abierta?

-Bueno, estaba viva.

-¿Qué quiere decir?


-Quiero decir que yo, allí, en comisaría, estaba viva. Quién sabe, si me hubiera opuesto o defendido, lo que me podría haber pasado. Ellos me arrinconaron en un callejón sin salida, eran las dos de la mañana, ni un alma por la calle y me pusieron una navaja en el cuello… Y digo que estoy viva, porque uno de ellos me dijo que si gritaba o me resistía, me metía la navaja por… por…

-¿Por dónde? Aclare

-”¡Por tó el coño!”, señoría. Palabras textuales del que me puso la navaja en el cuello. Es más, en la denuncia consta el pinchazo del cuello y la sangre en el cuello de mi camisa, y las muñecas marcadas de cuando me cogieron y me arrastraron al callejón. Mire, mire. Y hay un parte médico.

-Ya, ya, pero que no especifica ni prueba que fuera a causa de una navaja, además, ahora no estamos en eso.

-¡Valgame Dios! y si no estamos en eso, me puede decir ¿en qué estamos?

-A ver, a ver... Según la defensa de los acusados, ud, tras un primer forcejeo de violencia gratuita, cedió y no parecía ni nerviosa, ni alterada, ni nada de nada, ¿eh?.

-Aparentemente, señor juez, aparentemente, que tenía un miedo en el cuerpo que… Me quedé helada. Bueno, y además supongo, que hay personas que podemos soportar, aparentemente mejor que otras, las situaciones violentas en nuestra vida. En mi casa me dicen que soy una siesa, porque, mire ud que le cuente, resulta que, en mis cumpleaños, cuando me hacen una fiesta y me hacen regalos, no demuestro much…

-Bueno, bueno, dejemos su vida privada. Más bien me parece a mí, que más que un robo, ud ha obrado como el que hace una obra de caridad, y eso no es delito.

-Señoría, ¡me han robado!

-¡Ud a consentido, señorita!

-¡¿Será posible?! ¿Y el pinchazo en la garganta, las marcas en las muñecas...mi denuncia? ¿el parte médico?

-Sí, todo correcto, pero eso no demuestra que ud no haya consentido el robo. Además, tenemos un video de de uno de los móviles de los acusados que demuestra su pasividad y ofrecimiento de los enseres de su bolso. Ya le digo, más bien parece que es una obra de caridad, que es, al fin y al cabo, lo que alega la defensa junto con la total inocencia de los acusados. A ver que lea… Ah, ya, aquí: “que cinco individuos, los aquí presentes, se le acercaron a doña “bla, bla bla…” o sea, a ud, a eso de las 02:00 am, y cortésmente le pidieron, por caridad, les diera una ayuda para coger un taxi, ya que tenían que desplazarse a Montilla de la Apalancá, que distaba a unos 10 km aproximadamente del punto donde uds se encontraban, a lo que ud, presa del pánico, comenzó a chillar que “no” y a gritar pidiendo “socorro”, porque pensaba que le iban a robar...

-¡Mentira!, ¡todo mentira!

-¡Calle y déjeme terminar!

-¡Señor juez…!

-Shhhhhhh, comportese o la echo de la sala.
Sigo. Acto seguido, comenzó a propinarles varios golpes con el bolso y patadas, a los acusados, y como consecuencia, se le rompió el zapato y se dañó el cuello. Y en el forcejeo con dos de los acusados, para pararles ellos los golpes que ud les estaba propinando, se le hicieron las marcas en las muñecas” ¿Es que no es así, señorita?

-¡No!, Esto…

-¡No me rechiste!

-Joé, pero si má preguntao ud… ¿Pues sabe lo que le digo?, ¡pues que no! ¡No, no es así! Mi “no” y mis peticiones de socorro se produjeron cuando me agarraron de las muñecas y me amenazaron con la navaja . Lo único cierto en toda la farsa de la defensa es, que me dijeron que “por favor, les diera una ayuda para un taxi”. ¡Eso, eso, es lo único cierto en todo esto!. Acto seguido, y ante mi negativa, pasarona reducirme por las muñecas, enseñarme la navaja y arrastrarme al callejón. Allí me acordé de que no debía resistirme… y dejé que me robaran. Todo lo que se diga aquí de más, es mentira.

-¿Qué? ¿Se atreve ud a contradecirme? Mire que…En fin, que no estoy yo para tonterías de niña histérica.
Esto...Por favor, llamen al ujier que me traigan un cafelito bien cargado, que esta noche he dormido poco y...

-¡Señoría!

-¿Qué?

-Pues que estoy aquí, ¿sacuerda?

-No, si ya, ya la veo. -ejem- ¿Por dónde íbamos?

-Señoría, me asaltaron, eran las dos de la mañana, ni un alma por la calle, me amenazaron con pincharme ¿Es mi culpa que yo no me derrumbe en esos momentos en los que la vida te golpea duro, y una, a pesar de ser una víctima de las circunstancias, procure rehacer su vida lo mejor y más sanamente que pueda para su salud mental?

-¿Una? ¿Quién es esa una?

-¡Señoría, pues yo!

-Vaya, que yo sin mi cafetito mañanero… Digo… Bueno, basta ya. ¿Y qué más?


-¿Es que acaso tengo que ir por ahí, llorando por las esquinas como plañidera? ¿Quién no ha contado chistes en un tanatorio, en el velatorio de un familiar querido?

-¡Yo, no, señorita!

-Pues yo sí, y con mi misma madre, la hija de la muerta, ¿sabe ud?. Que una cosa no quita la otra.

-¡Qué barbaridad!

-No, si ya…

-Calle, calle, que voy a resolver.

-¿Ya?

-Sí, mire, mi mujer no sale del trabajo hasta las dos de la tarde y tenemos invitados en casa. Hay que comprar unas cosillas y... Esto… Oiga, que no le intaresa a ud mi vida…

-Ud ha empezado.

-Bueno, sigamos -ejem- Vistas las defensas y la acusaciones, y dada, señorita, nuestra charlita, yo resuelvo:
Que el día de autos, los cinco acusados, ni robaron ni perjudicaron físicamente a la denuncianta y que, dichas heridas y marcas, se las produjo ella misma a consecuencia del forcejeo que mantuvo con los cinco acusados, al creerse atacada por ello.

-Señoría, ¿qué iba a hacer? Me agarraron de las muñecas fuertemente y me arrastraron al callejón, me rompieron el tacón de un zapato en un primer forcejeo, me amenazaron con pincharme si no les daba todo el dinero, sangré por el cuello manchando el cuello de la camisa… Todo esto está en la denuncia. Y cuando terminé de hacer la denuncia, un agente me felicitó por no haberme resistido, porque si no, dijo, “quien sabe lo que hubieran podido hacerme”

-Ya, ya, ya...Ya estoy resolviendo. Callese, que sigo.
Quiero hacer constar, que la desaparición del teléfono móvil y las tarjetas de crédito de la denuncianta, se produjeron en el momento del forcejeo que, según testimonio de uno de los acusados, éste se abrió y cayeron objetos diversos tales, como el teléfono móvil, las tarjetas de crédito, barra de labios, tampones, pre-ser-va-ti-vos… que a saber… Bueno, etc, y que ellos mismos la ayudaron a recuperarlos, salvo los mencionados desaparecidos. Y a pesar de todo esto, hago constar, que “los acusados actuaron creyendo que su conducta, la de ellos, claro, era lícita”, porque, si bien de primeras la denuncianta se comportó con una actitud agresiva y una total y gratuita violencia…

-¡Mentira!

-¡A callar!


-¡Mierda!

 -Sigo... a ver... ya. Posteriormente, cuando se serenó al comprobar la bondad de los, supuestos atracadores y de que no la iban a atracar, les abrió el bolso, a lo que ellos, los acusados, interpretaron la buena voluntad de la denuncianta, encaminada a subsidiarles la carrera del taxi. O sea, que les daba total licencia para que cogieran lo que necesitaran. Así que, en todo caso, hubo un “error de prohibición”, lo que está amparado por el artículo 14,3 del Código Penal.

-¡¿Qué?!

-¡Shhhhh! ¡Calle, calle!

Por todo lo anterior, y dadas las escasas pruebas presentadas en defensa de la denuncianta…

(telón)

Y por supuesto, toda, digamos, coincidencia, con la realidad, es puro parecido –si, lo he escrito bien- Y es que, si no todo en esta vida, sí es cierto que hay situaciones que son, puritito teatro.



5 comentarios:

  1. ajajajajjajajajaja tas mas loco que una cabra....Me hiciste acordar el dia que casi me linchan en la sala de chat por decir que si una violación solo lo es si se disfruta o no...ajajajjajaja y es verdad pues...estoy de acuerdo con el juez...ha sido una donacion...pero de risas..muaaaaa

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  2. Todo parecido con la realidad es mera coinciencia, no?????

    Excelente el relato, Guille.

    Vengo a saludarte a mi regreso de las vacaciones, fue un viaje de 2 meses, pero ya estoy otra vez en el ruedo, digo en casita.

    Besotes

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    1. Yaaaa, siiiiií, ya te veo por ahí, viajera. Gracias.
      Besicos Grandes.

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  3. ¡Feliz Navidad y Próspero año nuevo!

    Besotes, Guille

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