(Los nombres, fecha y situaciones aquí acontecidas son pura ficción. Cualquier parecido con la realidad, es pura y virginal coincidencia)
Jaén, 24 de Mayo de 2010
Querido Eduardo:
Enterado de la noticia, no me ha sorprendido en absoluto que me contaras en tu carta anterior que te casas y por la iglesia. Lo que si me ha extrañado es que sea con Paquita, aquella chica a la que odiabas tanto en la época del colegio (¿recuerdas?), y que solo te gustaba gastarle bromas pesadas y estar constantemente levantándole la falda... y eso que ya éramos mocitos; si no recuerdo mal, entre los 14 y 15 años, y un día te pilló la directora y nos dejó castigados 2 horas de estudio en clase, después de la salida, y digo “nos”, porque claro, Eduardo y el pánfilo de Guillermo (o sea, yo), siempre íbamos juntos, como los matrimonios, para lo bueno y lo malo... Eran otros tiempos y era un colegio privado. Lo de pánfilo lo digo porque... ¡no me jodas tío!, el de las ideas, casi siempre, eras tú, aunque la mejor de todas las trastadas que hicimos, y no lo digo porque fuera idea mía, fue cuando entramos al vestuario de las chicas mientras estaban en gimnasia, y les llenamos de “chubasqueros” las bolsas de deporte. ¿Te acuerdas de Soledad, la “chica monja”, que la llamábamos?, ¡no sabía lo que era!, y aun ahora, creo que tampoco. Ella sigue viviendo aquí, en Jaén. Es una buena chica que se dedica a las cosas de Cáritas y a cuidar a su madre enferma de Parkinson. Bueno, bueno, y la idea que tuviste de meter la culebrilla en la piscina, tampoco estuvo mal, sino fuera por la estampida y el resbalón que se metió la monitora al salir del agua,(que si bien recuerdo, estaba buenísima), y se fracturó el tobillo. Por cierto, tanto deporte tanto deporte, tanta vida sana de vegetarianismo, y hace un mes que salió su esquela en la prensa. Murió de cáncer de colon. También, repito, fue buena la idea, pero creo que nos pasamos un poco. Nuestros padres después de aquello, se pusieron de acuerdo y nos mandaron internos a aquel colegio de curas todo ese verano, que lo pasamos de p.m. haciendo de las nuestras. No quiero ni acordarme, cuando dejamos al pobre Higinio, el conserje, encerrado en el cuarto de la limpieza. Decía con voz de ultratumba: “¡cabrones, sacadme de aquí, cuando salga os voy a moler a palos!”... Lo jodido para nosotros fue después, y repito que no quiero ni acordarme, pero todavía me acuerdo de aquella vara de olivo (que para eso estábamos en Jaén...) que tenía el director. ¡Qué tiempos!
Ahora que me paro a pensar, hace ya muchas cartas, que no hablamos de nuestra adolescencia. Puede que por los años, que se nos echan encima, me traigan estos recuerdos. Los años Eduardito, que no paran.
Volviendo a tu casorio, veo que tu vida la estás aprovechando al límite. Y digo al límite, porque... ¡casarte con Pepita!... Creo, por lo que te conozco, que está en el límite de hasta dónde puedes llegar. ¡Golfo! Ella, en Valencia, jefa de personal de la clínica GARRIDO GROUP, propiedad de su papaíto Juan Garrido, el archiconocido cirujano estético de las “famosas” y tú, en Zaragoza, pudriéndote de hambre...¡jaja!... en un despacho de arquitectos...(pudriéndosete el dinero de no saber dónde gastarlo, sinvergüenza) Pues vale. Búscame un hueco por ahí, que un curapupas como yo, aunque sea para quitar vendas, dejo mi Seguridad Social y mi “pluri” en la privada, y me marcho rápido para allá. Es broma, ya sabes que adoro mi trabajo.
Bueno amigo, decirte solo, que mi rollito con Carla, la italiana que te mencionaba hace un par de meses, no ha llegado a ninguna parte. Terminó de montar la filial de su empresa aquí, y nada, pues que se fue. Me queda un bonito recuerdo.
Hace unos quince días conocí a una tunecina en el hospital. Pediatra ella, que ha venido en intercambio, y parece que no nos llevamos mal, por lo menos en el campo profesional. Táctica amigo mío, táctica. De aquí a unos días pasaremos al plan definitivo. Me lleva seis años de diferencia, pero me vale. Ya sabes que a mí siempre me han gustado de mi edad, y si un par de años o algo más, mejor.
Eduardito, te dejo. Poco más que contar. A ver si un día de estos te doy la noticia de que me caso, que pronto llego a la medianía de la centena y me voy a quedar para amortajar muertos. Bueno, claro, no van a ser vivos, aunque hay algunos que...
Por cierto, el otro día le cambié la tortilla de patatas a una R1, por unos suculentos sesos de uno de los cadáveres de autopsias. Estábamos en la cantina del hospital, y se levantó para hacer pipí...No lo pude evitar. Lo llevo en la sangre. Me miró fijamente a los ojos y dijo: “Don Guillermo, por favor, no desperdicie su materia gris, y vuélvasela a poner en su sitio, y asegúrese que no se le vuelva a caer”. Nos reímos todos, ella incluida. Es una chavala hija de un primo de mi mujer. A otra no se lo hubiera hecho. Buena chica. Tiene madera de médico. Aprende rápido, y lo que es mejor, tiene intuición racional.
Ya me despido, amigo. Un fuerte abrazo. Espero que me invites a la boda. Saludos a Paqui.
Jaén, 24 de Mayo de 2010
Querido Eduardo:
Enterado de la noticia, no me ha sorprendido en absoluto que me contaras en tu carta anterior que te casas y por la iglesia. Lo que si me ha extrañado es que sea con Paquita, aquella chica a la que odiabas tanto en la época del colegio (¿recuerdas?), y que solo te gustaba gastarle bromas pesadas y estar constantemente levantándole la falda... y eso que ya éramos mocitos; si no recuerdo mal, entre los 14 y 15 años, y un día te pilló la directora y nos dejó castigados 2 horas de estudio en clase, después de la salida, y digo “nos”, porque claro, Eduardo y el pánfilo de Guillermo (o sea, yo), siempre íbamos juntos, como los matrimonios, para lo bueno y lo malo... Eran otros tiempos y era un colegio privado. Lo de pánfilo lo digo porque... ¡no me jodas tío!, el de las ideas, casi siempre, eras tú, aunque la mejor de todas las trastadas que hicimos, y no lo digo porque fuera idea mía, fue cuando entramos al vestuario de las chicas mientras estaban en gimnasia, y les llenamos de “chubasqueros” las bolsas de deporte. ¿Te acuerdas de Soledad, la “chica monja”, que la llamábamos?, ¡no sabía lo que era!, y aun ahora, creo que tampoco. Ella sigue viviendo aquí, en Jaén. Es una buena chica que se dedica a las cosas de Cáritas y a cuidar a su madre enferma de Parkinson. Bueno, bueno, y la idea que tuviste de meter la culebrilla en la piscina, tampoco estuvo mal, sino fuera por la estampida y el resbalón que se metió la monitora al salir del agua,(que si bien recuerdo, estaba buenísima), y se fracturó el tobillo. Por cierto, tanto deporte tanto deporte, tanta vida sana de vegetarianismo, y hace un mes que salió su esquela en la prensa. Murió de cáncer de colon. También, repito, fue buena la idea, pero creo que nos pasamos un poco. Nuestros padres después de aquello, se pusieron de acuerdo y nos mandaron internos a aquel colegio de curas todo ese verano, que lo pasamos de p.m. haciendo de las nuestras. No quiero ni acordarme, cuando dejamos al pobre Higinio, el conserje, encerrado en el cuarto de la limpieza. Decía con voz de ultratumba: “¡cabrones, sacadme de aquí, cuando salga os voy a moler a palos!”... Lo jodido para nosotros fue después, y repito que no quiero ni acordarme, pero todavía me acuerdo de aquella vara de olivo (que para eso estábamos en Jaén...) que tenía el director. ¡Qué tiempos!
Ahora que me paro a pensar, hace ya muchas cartas, que no hablamos de nuestra adolescencia. Puede que por los años, que se nos echan encima, me traigan estos recuerdos. Los años Eduardito, que no paran.
Volviendo a tu casorio, veo que tu vida la estás aprovechando al límite. Y digo al límite, porque... ¡casarte con Pepita!... Creo, por lo que te conozco, que está en el límite de hasta dónde puedes llegar. ¡Golfo! Ella, en Valencia, jefa de personal de la clínica GARRIDO GROUP, propiedad de su papaíto Juan Garrido, el archiconocido cirujano estético de las “famosas” y tú, en Zaragoza, pudriéndote de hambre...¡jaja!... en un despacho de arquitectos...(pudriéndosete el dinero de no saber dónde gastarlo, sinvergüenza) Pues vale. Búscame un hueco por ahí, que un curapupas como yo, aunque sea para quitar vendas, dejo mi Seguridad Social y mi “pluri” en la privada, y me marcho rápido para allá. Es broma, ya sabes que adoro mi trabajo.
Bueno amigo, decirte solo, que mi rollito con Carla, la italiana que te mencionaba hace un par de meses, no ha llegado a ninguna parte. Terminó de montar la filial de su empresa aquí, y nada, pues que se fue. Me queda un bonito recuerdo.
Hace unos quince días conocí a una tunecina en el hospital. Pediatra ella, que ha venido en intercambio, y parece que no nos llevamos mal, por lo menos en el campo profesional. Táctica amigo mío, táctica. De aquí a unos días pasaremos al plan definitivo. Me lleva seis años de diferencia, pero me vale. Ya sabes que a mí siempre me han gustado de mi edad, y si un par de años o algo más, mejor.
Eduardito, te dejo. Poco más que contar. A ver si un día de estos te doy la noticia de que me caso, que pronto llego a la medianía de la centena y me voy a quedar para amortajar muertos. Bueno, claro, no van a ser vivos, aunque hay algunos que...
Por cierto, el otro día le cambié la tortilla de patatas a una R1, por unos suculentos sesos de uno de los cadáveres de autopsias. Estábamos en la cantina del hospital, y se levantó para hacer pipí...No lo pude evitar. Lo llevo en la sangre. Me miró fijamente a los ojos y dijo: “Don Guillermo, por favor, no desperdicie su materia gris, y vuélvasela a poner en su sitio, y asegúrese que no se le vuelva a caer”. Nos reímos todos, ella incluida. Es una chavala hija de un primo de mi mujer. A otra no se lo hubiera hecho. Buena chica. Tiene madera de médico. Aprende rápido, y lo que es mejor, tiene intuición racional.
Ya me despido, amigo. Un fuerte abrazo. Espero que me invites a la boda. Saludos a Paqui.
Siempre es interesante echar la mirada atrás ¿verdad?. Recordar personas, situaciones, amores, amigos, amigas. Lo que uno pretendía ser, lo que ha conseguido, lo que hemos dejado atrás y, sobre todo, esa etapa complicada y rara que todos pasamos, la adolescencia y que luego, cuando ya somos mayores, es la que mas experiencias nos ha dejado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que gamberritos eh?
ResponderEliminarjajajajjajajajaja
Besicos
Aunque sea pura ficción la carta se puede aplicar a la realidad, existe complicidad y palabras de amistad entre dos personas que cuentan sus peripecias y rollitos en tiempos pasados, y qué bonito es volver a recordarlos.
ResponderEliminarUn beso, amigo.
LoyLoLos recuerdos pasados... unos buenos, otros malos, pero son nuestros... somos nosotros mismos.
ResponderEliminarNuesra historia, nuestra vida.
Besibrazos.
Belén... Jejejeje... gamberretes a todo trapoooooo.
Creando esta historieta, me iba recordando la mía. La mente se me volaba por el espacio infinitoooooo.... jejejeje.
Besicos.
Maríaaaaa... que has aparecido cuando terminaba de responder a Loylo y a Belén.
ResponderEliminarSí, es bonito recordar y cuando tienes, como tú dices a ese amigo cómplice... joder, es la leche... puedes reir hasta hartarte y llorear de gusto... y hasta ni te hacen falta las mujeres... jajajajaajajaja.
Creo que es el único momento en que no pensamos en vosotras... jejejeje. Somos así de simples. :))
Besicos.
...y también así de bonicos.
ResponderEliminarOtro beso.
Pues si que eras "pelín" gamberro, yo lo mas que hice una vez, fue desatornillar todas las sillas, y disfrutar desde la puerta del patio de una "sentada general", ... en el suelo. Fue como un culetazo en masa, y me costó un mes en una mesa aparte de todos los dannificados, y al ladito del profe, para controlar mis gamberradas. Un beso
ResponderEliminarEsta buenísimo miraratrás para estetipo decosas...sea verdad o ficción.... excelente!!...
ResponderEliminarUn cálido abrazo!!
Es lindo recordar las cosas del pasado , pues los recuerdos son lo único que realmente nos vamos a llevar el día que ya no estemos más en este mundo terrenal ! Es un placer volver a leerte amigo!
ResponderEliminarBesitos Guille que tengas un bello día:)
Muy buena tu carta!!
ResponderEliminarYo he sido muuuu wena jajajajaja, pero recuerdo a mi hermano que una vez acabaron las monjas de colocar todo un armario de zapatos, llego el niño y con su mano hizo una barrida impresionante, corrian detras de él con los faldones remangados jajajajaja.
Besitosssssssssssss
Hola Guillermo, que me has dejado de una pieza con eso de "unos suculentos sesos de uno de los cadáveres de autopsias" parece un cuento de esos que dan escalofríos.
ResponderEliminarSaludos
Isabel... Vaya con la niña, le gustaba el espectáculo, eh?... sentada en palco...bueno, en "patio" de butacas :))
ResponderEliminarBesicos.
Kalista... Siempre es bueno recordar los viejos y agradables momentos o hacerles un homenaje, aunque no sean los mismos.
Besicos.
Pato... y un gustazo el tenerte por aquí.
A la tumba... lo puesto, que ya se encargarán los que sobrevivan de repartirse nuestras cosicas... :))
Besicos.
Mar... Anda y anda... alguna cosilla habrás hecho por esa vida tuya de joven o adolescente.
Besicos.
Sinespacio... Es que, con este medicucho, puede pasar de todo y si toma confianza, más. :)
Besicos.
¿¿Sesos??, me muero si me hacen algo así!!, menudo c.....!!
ResponderEliminarPor cierto, al submarino llegamos andando y mucho más allá, llegamos hasta el fuerte de Navidad y dimos la vuelta porque lógicamente no pidíamos ir más allá. Es verdad que somos muy andarines. Me encantaría lo del submarino, anoto la propuesta para cuando esté menos liada, me quedo con tu mail. Un abrazo,
Elimary... No me digas que nunca has comido una tortillita de sesos, o sesos con limón...??? Riquísimos.
ResponderEliminarPues nada, cuando te venga bien vemos la posibilidad de la visita... (sois 2, no?)
Besicos.
Me ha dado mucha nostalgia esta carta,querido Guille, me ha llevado a recordar a mi amiga, compinche, ahora tan lejos de mi.
ResponderEliminarsiempre es lindo leerte, amigo, tienes el don...
Besitos y que tengas un hermoso día.
Joo..pues yo de peque fuí muy, pero que muy buenina. Ahora sí que me apetece hacer trastadas, no puedo resistirme, ya ves... una que debe estar haciendo el recorrido a la inversa.
ResponderEliminarMe ha encantado tu carta y el rápido recorrido vital que nos cuenta, so-calavera infantil! jajaja..
Besines de colores, querido guille.
Marysol...Linda y con don, tú... que tienes unos poemas preciosos.
ResponderEliminarBesicos.
Mariposa...Jajajajaja... quesque ya se sabe, cuando uno va cumpliendo añicos... como que va haciéndose cada vez mas niño... niñaaaaaa.
Besicos.