
Me han robado
mis recuerdos.
Ya no los tengo.
Como animal
que acecha entre sombras
para devorar a su presa,
así se los llevaron.
Arañando
mis manos,
los precipitaron
por entre mis dedos
al vacío eterno.
Tan sólo me quedan
aquellos fantasmas
que deambulan
sin hacer ruido
entre brumas
de años vividos.
Robar recuerdos
es robar vida.
Y eso no está bien.
Apropiarse
de toda una vida de
recuerdos
es,
robar todos los tiempos
verbales,
desde el pretérito más
absoluto
al futuro imperativo
imposible de llegar.
Y este único presente
que me queda,
a veces
se convierte
en mariposa triste y negra,
como luna nueva
que ansía brillar.
Me han robado
mis recuerdos,
y
eso,
no está bien.
…..ooOoo…..
¡Qué no sea verdad, que sólo sea un mal sueño!. ¡Qué vuelvan los recuerdos a poblar tu alma!.
ResponderEliminarBesos
Es un juego entre la realidad y la ficción. Ya sabes. Cuando escribimos hacemos danzar a ambos en el escenario. ;)
EliminarBesibrazos.