Y tuve que dejarlos y salir, para poder admirar el bonito espectáculo de la paz, aquella noche de fiesta. Allí quedaron ellos y su intransigencia, su estupidez patriotera y populachera, su "oye, tú, pues anda que tú". Allí se quedaron ellos, sin más argumento que la "razón de las bestias" Allí quedaron lloriqueando y dándose golpes de pecho como los gorilas. No tienen remedio. Y se creen los listos, los amos del mundo. Unos y otros. Otros y unos. Siempre lloriqueando y dándose la espalda. Monocromáticos. Nunca conformes con nada.
Ufff Los monocromáticos, ¡qué pesados son!
ResponderEliminar¡Qué bien que los dejaras afuera!.
Besos y abrazos,
jeje... síiiiii, como la canción "Ay que pesado" de Mecano. Tanto los unos como los otros, siempre con rencores del pasado. Que por un lado, da ganas de zarandearlos, pero por otro lado piensas que si así lo haces, como no tienen que tener las piezas muy ajustadas, lo mismos los desarmas. Mejor se desarmen entre ellos. Aunque también, arman tanto ruido, que no dejan vivir a los demás en paz. En fin...
EliminarBesaxo axuxao.