Cascada de risas bajo el techado de palma. Allá, en la playa, rie la niñez de aquellos años que ya nunca volverán. Terminaron las clases. Los contemplo con ojos de recuerdos cómplices. Mi pensamiento los abraza y se consuela sabiendo, que aún queda una vida por delante. Por vivir. Al menos, todo un verano por vivir.
La limonada
irrumpe en crepúsculo
ante la sed
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