((Éste es otro de los que tenía por ahí olvidados))
¿Recuerdas nuestra primera cita?. Me sorprendió tu mano furtiva sobre mi mano firme, aquella tarde gris de primavera a la hora en que los pájaros regresaban a sus nidos. Yo quería sorprenderte y regalarte mi corazón y tal vez, quien sabe, algún día, con el tiempo, hasta mi alma.
El embrujo de aquella tarde plomiza acariciada por una pequeña brisa de sabor salado, nos transportó sobre las pequeñas olas de la playa, que iban y venía en un juego incesante del pilla-pilla y que nunca acababa. Yo pensaba: “Ahora es el momento”, pero cuando parecía que el “ahora” llegaba, el tiempo se alargaba y se alargaba y mi corazón, arrepretujado en su caja de costillas, quería salir disparado, mas no encontraba la salida entre aquellos barrotes de huesos que lo aprisionaban. “!Otra vez!”, me decía. ”Espera, paciencia... ¡pero no esperes todo el día!”, me volvía a decir para mis adentros... Y de nuevo el propósito. Y otra vez el tiempo corría en mi contra, que no en contra mía... o sí, que yo ya no sabía ni dónde ni qué hacer... bueno, qué hacer, sí, ¿pero cuándo? ¿y por qué no, en el preciso instante que yo quería?
De vez en cuando, dejábamos de mirar al infinito y nuestras miradas se cruzaban, ¡se chocaban! como trenes en loca carrera, y una leve y mutua sonrisa esparcía pequeñas mariposillas de colores a todo nuestro alrededor. ¡Qué momento! Los bienestares del cielo bajaban entonces para confundirnos la realidad, nuestra realidad o, por lo menos, la mía, sí. Supongo que también la tuya.
Yo ya no sabía ni el tiempo que pasó estando sentados contemplándonos y contemplando la mar, el infinito, las gaviotas. Alguna pequeña conversación tuvimos, que no recuerdo ahora de qué, porque yo no escuchaba tus palabras. Me limitaba a atraparlas con mis labios camino de mis oídos, y las saboreaba y degustaba y hasta podía sentir el suave perfume que destilaban en el aire. Que sí, que me olían a ti.
Yo, extasiado, todo el rato estuve atontado sin atender nada de nada. ¡Claro!, con razón no atinaba a mis propósitos. Fue entonces, en una de aquellas ocasiones en las que tú, seguramente te percataste de mi tontuna, posaste tu mano furtiva sobre mi mano firme, aquella tarde gris de primavera. Que ahora, en el recuerdo, y en honor a la verdad -permíteme una sonrisa- yo habría querido que fuese mi mano la que hubiera estado firme, pero firme fue la tuya; furtiva y firme, y segura de lo que en aquellos momentos deseaba. Del resto, de lo que sucedió después, no hay belleza en todo el firmamento ni poeta que pueda expresar aquel encuentro: nuestra primera cita, nuestro primer beso.
Tu cara, entre mis manos. Nuestro primer abrazo. Sentir tu cuerpo junto al mío. Tus pequeños hombros...
Aquella tarde gris de primavera, anochecía lentamente. Comenzó a lloviznar y abandonamos el paseo marítimo sin importar que nuestros cuerpos mojados reclamasen un cobijo, un resguardo de aquella bendita lluvia del cielo que empapaba nuestros cuerpos y languidecía nuestros cabellos sobre nuestras mejillas.
Despacio, despacito, como se suele decir, "con buena letra", bajo aquel primaveral manto mojado y cálido, fuimos caminando hasta el portal de tu casa, despacio, despacito, saboreando cada paso agarrados de la mano. Y al despedirnos me miraste y preguntaste, "si es que no te iba a dar el beso de despedida". Recuerdo que te respondí. "no hay beso de despedida, me quedo contigo para siempre"
Ay, qué bonito, Guillermo!
ResponderEliminarEsa primera cita, los nervios, el no saber cuándo dar el paso para acercarse algo más...
Y entonces, la otra persona lo da porque se da cuenta de que si no lo da ella...
jaja
Me ha encantado.
Besos-Besicos.
:)
Como hace temblar la primer cita!
ResponderEliminarY mas en primavera!!!!
Abrazos
La primera cita y el primer beso no se olvidan nunca y salvo raras excepciones, se recuerdan con muchísima ternura.
ResponderEliminarQue momentos!!!.
Besiabrazos, como dice uno que yo me se.
Momentos inolvidables, querido Guille, ellos quedan enquistados en el corazón y en la memoria...
ResponderEliminarBesos, me dio gusto venir a verte.
Mmmm.... LLego y me encuentro con la ternura, la emoción, el romanticismo a flor de piel.... Ainsss.. guille que de emociones!!
ResponderEliminarDe momento todo bien, estoy muy contenta con mi nuevo currelo, por eso no puedo visitaros a menudo, trabajo fuera de Villar..
A ver si gano para un portatil...jajaja..
Besinessssss locuelos.
Como le digo abajo a Marysol... y después de haber leido cada uno de vuestros comentarios, de lo que me he dado cuenta es que, mi primera cita... la primera, primera de las primeras... como que no la recuerdo... Tengo un batiburrillo que... En cambio, hay una que, no siendo la primera, la recuerdo como si lo fuera. :)))
ResponderEliminarPues eso. -no serían importantes las otras, que digo yo-
:::::::::::::::::::::::::::::::::::
Lourdes... Si no lo da ella... el tonto del coleguilla, no espabila... jajajaja.
Besicos.
Myr... Pues la verdad es que, ni recuerdo mi primera cita... Sí, en serio. :)... Pero recuerdo otrasss... jeje.
Besicos.
LoyLo... Pues como le decía a Myr, mi primera cita... ???!... Tal vez, porque no estaba yo por la labor para recordarla... Que digo yo. Otra primera cita, sí la recuerdo... ;)
Besibrazos.
Marysol... De lo que me estoy dando cuenta es de que, o soy un perfecto idiota, o Qué narices hacía yo en mi primera cita... Ya digo que, recuerdo una primera cita que, no fue... jeje... la primera, pero como si lo "seriese"... Pero sí, antes de esa hubo, seguro, por lo menos, una. Ah!, ya... es que los genios, somos muy, pero que muy despistados... jajajaja... No, no... vamos a dejarlo en idiota. :)))))
Besicos.
Mariposa... Sí, has visto qué romantiqueo... jejeje.
me alegro un montón que estés bien en el nuevo "curro"... ;)
Besicos.
qué bonito, Guille... me has hecho desempolvar recuerdos.
ResponderEliminarBesucos
El primer beso...siempre es un nostalgico recuerdo aun cuando uno siguiera dandose muchos mas con la misma persona...la magia que se genera, el tiempo que se detiene fue perfectamente relatado en tu cuento
ResponderEliminarSaludos
=)
MªÁngeles... Ten cuidado con los desempolvados de la primavera, que pueden provocar estornudos... de nostalgia.
ResponderEliminarBesicos.
Brio... Mi primer beso???... recuerdo varios primeros, pero, ya digo que no sé distinguir el primero.
Abrazos.
Desenrosco la corona. Tiro de la corona hacia afuera. Doy vueltas a la corona hacia adelante hasta hacer girar 360º la aguja grande. Impulso la corona hacia adentro. Enrosco la corona apretándola. Una hora más.
ResponderEliminarBuenas noxes a todos.
hay momentos imborrables e impagables.
ResponderEliminarbiquiños,
El primer amor, la primera cita y el primer beso siempre estarán en tu memoria, imposible de olvidar.
ResponderEliminarNingún momento así, debería tener precio.
ResponderEliminarBesicos.
Cathy... repito que yo, sí... lo olvidé, pero... supongo que ese primero... del primero de todos, todos... no sería el priero en importancia, el verdadero primero... :))
Besicos.
::::::::::::::::::::::::::::::::
Buenas noxes.
No te guardes estos recuerdos si no quieres, me has hecho rememorar algunas cosas que tenía olvidadas, o ensombrecidas.
ResponderEliminarAbrazos