Y es que, hacía tiempo que no salía El Caballero a pasear por los campos blogueros con sus ripias.
Consternado me hallo,
por las noticias
venidas
de allende las tierras de levante,
que unos malos humores
han venido a postraros
en el lecho ya hace más de un mes,
mi señora.
Y es que no me hago a pensaros
entre tormentos de dolores
ni aquejada de pesares.
No podía dar crédito a mis ojos
mientras leía aquellas malas letras
impresas en aquel mal pergamino,
mensajero que a mí venía
como pájaro agorero.
Y es que, esta distancia,
ahogar pretende
mis amores por vos,
mas fallida en la intención,
no hago otra cosa
más que acordarme
de allende las tierras de levante,
que unos malos humores
han venido a postraros
en el lecho ya hace más de un mes,
mi señora.
Y es que no me hago a pensaros
entre tormentos de dolores
ni aquejada de pesares.
No podía dar crédito a mis ojos
mientras leía aquellas malas letras
impresas en aquel mal pergamino,
mensajero que a mí venía
como pájaro agorero.
Y es que, esta distancia,
ahogar pretende
mis amores por vos,
mas fallida en la intención,
no hago otra cosa
más que acordarme
de vuestra persona,
de vuestro rostro inmaculado,
vuestros ojos, vuestra cabellera
hecha de rayos de sol.
Os tengo grabada en mi alma
a sangre y fuego.
Y es en esta situación,
clavaría por vos los fríos hielos,
como puntas de lanza en mis entrañas.
Candelas y brasas respiraría,
y tragaría espinas negras por mi garganta,
pues vuestro dolor es mi dolor
y así quisiera sufrirlo aún más que vos
y se me trasmitiera y marcara
como un tatuaje hasta dejarme
a mí postrado en el lecho
y vos pudierais volver
a vuestra vida cotidiana.
Así, pues, muero de dolor en el alma,
de desesperación por no teneros,
por no estar a vuestro lado,
para mimaros y cuidaros,
por no poder acariciar vuestro pelo,
vuestras manos, la piel suave
de vuestras mejillas.
Muero pues, que sepáis, por vos.
Por vos muero a causa de vuestro dolor
al no poder consolaros…
Que yo quisiera arrancar
y desterrar a los infiernos,
ese, vuestro dolor infame,
mas soy un humilde vasallo vuestro
y mis límites humanos me lo impiden
y aún más, por la distancia que nos separa
a causa de esta maldita guerra.
De esta maldita campaña
que me ocupa ya hace dos años.
Quisiera estar a vuestro lado
y mimar vuestro cuerpo delicado,
blanco y terso, grácil balanceo al viento
que, aun recuerdo nuestros paseos
por la playa aquel último verano.
No sé qué tiempo tardará esta misiva
en llegaros, mas, que sepáis, mi señora,
que este caballero no os olvida,
aunque tarden en llegar
vuestras noticias.
Y aunque tarden,
llegará el día en que volvamos a estar juntos…
algún día.
Por vos muero
en mi dolor del alma,
y mis entrañas, por vos,
arrojaría a las fieras y alimañas,
si con eso vuestra mejoría fuera inmediata.
En amor eterno me despido de vos.
Espero noticias de vuestro pronto restablecimiento.
.....ooOoo.....
de vuestro rostro inmaculado,
vuestros ojos, vuestra cabellera
hecha de rayos de sol.
Os tengo grabada en mi alma
a sangre y fuego.
Y es en esta situación,
clavaría por vos los fríos hielos,
como puntas de lanza en mis entrañas.
Candelas y brasas respiraría,
y tragaría espinas negras por mi garganta,
pues vuestro dolor es mi dolor
y así quisiera sufrirlo aún más que vos
y se me trasmitiera y marcara
como un tatuaje hasta dejarme
a mí postrado en el lecho
y vos pudierais volver
a vuestra vida cotidiana.
Así, pues, muero de dolor en el alma,
de desesperación por no teneros,
por no estar a vuestro lado,
para mimaros y cuidaros,
por no poder acariciar vuestro pelo,
vuestras manos, la piel suave
de vuestras mejillas.
Muero pues, que sepáis, por vos.
Por vos muero a causa de vuestro dolor
al no poder consolaros…
Que yo quisiera arrancar
y desterrar a los infiernos,
ese, vuestro dolor infame,
mas soy un humilde vasallo vuestro
y mis límites humanos me lo impiden
y aún más, por la distancia que nos separa
a causa de esta maldita guerra.
De esta maldita campaña
que me ocupa ya hace dos años.
Quisiera estar a vuestro lado
y mimar vuestro cuerpo delicado,
blanco y terso, grácil balanceo al viento
que, aun recuerdo nuestros paseos
por la playa aquel último verano.
No sé qué tiempo tardará esta misiva
en llegaros, mas, que sepáis, mi señora,
que este caballero no os olvida,
aunque tarden en llegar
vuestras noticias.
Y aunque tarden,
llegará el día en que volvamos a estar juntos…
algún día.
Por vos muero
en mi dolor del alma,
y mis entrañas, por vos,
arrojaría a las fieras y alimañas,
si con eso vuestra mejoría fuera inmediata.
En amor eterno me despido de vos.
Espero noticias de vuestro pronto restablecimiento.
.....ooOoo.....
Jopé, Guillermo...
ResponderEliminarEl caballero es todo un señor!
Me ha encantado el poema...
A eso normalmente yo lo llamo AMOR con mayúsculas, sí.
Y bueno, el caballero quiere que la señora se restablezca,
pero el resto de la cuadrilla, compañeros de viaje del caballero,
tb lo deseamos y lo esperamos pronto.
Besos-besicos por un tubo!!!
¡Ésos son Caballeros! ¡Me ha encantado! Suelo escribir de esta manera porque me parece estupendamente romántico.
ResponderEliminarLa carta del Caballero, presto llegará a su Dama, no lo dudéis, Señor. Que al amor no le hacen mella ni las distancias, ni los tiempos, ni el dolor...
Besos.
Ante tal demostración de amor afloran las sonrisas complices y vuelan los deseos con mensajes de esperanza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querido caballero, para vos y vuestra dama.
Bella carta de amor de un gran caballero amante a su dama desvalida.
ResponderEliminarSe siente gran impotencia en estas situaciones,pero tú le estás dando todo lo que tienes,TU AMOR Y TU PERSONA.
Un abrazo
ya no hay caballeros así... un gustazo leerte
ResponderEliminarAhhhh..(suspiro)..
ResponderEliminarMe quedo sin palabras, Guille..
Besitos
todos esperamos noticias de su pronto restablecimiento, claro que sí.
ResponderEliminarbiquiños y espero que esas noticias lleguen pronto.
Que envidia tener un caballero asi, toda una demostracion de AMOR si señor, si unimos todos nuestros deseos con el tuyo, tu dama pronto estara contigo.
ResponderEliminarMuchos besitos para los dos, muaaaaaakkkkkkssssssss
Ya no quedan de esos... o si?
ResponderEliminarBesicos
Maravillosa forma de decir a la dama de vuestros desvelos: "no temáis señora mia, que postrado sigo a vuestros pies, en plena adoración"
ResponderEliminarEres único, Guillermo.
Un abrazo enorme.
Lourdes
ResponderEliminarLiliana
Mariposa
Sauce
MÁngeles
Nidel
Aldi
Mar
Belén
LoyLo
Nada, que seguimos por la veredita, camino de las montañas, a ver si desde allí, divisamos el horizonte.
Besibrazos grandes. Gracias por estar ahí.