Aquella luz difuminaba los objetos de la habitación. La pared gaseosa formaba cuadriláteros de ángulos caprichosos y los muebles se contorneaban al capricho de los volúmenes cambiantes.
Los colores se entremezclaban entre sí formando nuevos colores. Las pigmentaciones claras oscurecían y las oscuras se aclaraban. Un baile colorista se sucedía camaleonicamente anudándose unos a otros.
Un silencio atroz mataba la vida alrededor del centro ingrávido habitacional, expandiendo sus ondas insonoras por toda la estancia, entrechocándose entre sí en un melancólico grito ahogado.
Una extrema laxitud languidecía toda materia que allí se encontrara, serpenteando por rincones, techos y paredes… por entre los cojines del sofás y laterales interiores de los sillones, allá, donde se encuentra la perfección de todo aquello que se pierde y no se encuentra.
Un viento suave penetró en la estancia por entre las rendijas de las puertas ajadas de las ventanas, dominando el espacio con un perfume a pachulí que se pegaba como velcro a la atmósfera enrarecida que allí quería reinar. De repente, el negro del hueco de aquella puerta inexistente dio paso a un pequeño rayo de luz que iluminó dos pequeñas esferas de cristal anacaradas suspendidas en el vacío: Las lágrimas del cautivo.
Un viento suave penetró en la estancia por entre las rendijas de las puertas ajadas de las ventanas, dominando el espacio con un perfume a pachulí que se pegaba como velcro a la atmósfera enrarecida que allí quería reinar. De repente, el negro del hueco de aquella puerta inexistente dio paso a un pequeño rayo de luz que iluminó dos pequeñas esferas de cristal anacaradas suspendidas en el vacío: Las lágrimas del cautivo.
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Mañana negociamos nuevo rumbo en nueva nave. Espero que el pasaporte nos lo den pronto y en ... esa nueva nave, encuentren las cartas de navegación adecuadas para llegar a buen puerto. Gracias, sí. Agradecimiento a vosotros que seguís viniendo por aquí. Besibrazos.
Mañana negociamos nuevo rumbo en nueva nave. Espero que el pasaporte nos lo den pronto y en ... esa nueva nave, encuentren las cartas de navegación adecuadas para llegar a buen puerto. Gracias, sí. Agradecimiento a vosotros que seguís viniendo por aquí. Besibrazos.
Pues yo tb espero que la nueva nave sepa dónde tiene que ir, joé,
ResponderEliminarque ya está bien, no?
Que el pobrecico cautivo tb las está pasando canutas.
Besos-Besicos, Guillermo!
SECO LAS LAGRIMAS DEL CAUTIVO, SOLO ME SIENTO EN SILENCIO CERCA, SIN MOLESTAR... ACOMPAñANDO...
ResponderEliminarUN ABRAZO EXCELENTE POST!!!
Lourdes
ResponderEliminarKalista
:) ... Besicos.
suerte en el nuevo viaje... seguro que todo va a ir bien.
ResponderEliminarbiquiños,
Mucho ánimo, guapo!
ResponderEliminarBesicos
Aldi... Ojala. Besicos
ResponderEliminarBelén... Guapa tú, "presiosa"!. Besicos.
Pues además de reconocer la calidad del relato (como siempre), con lo de la nave y eso, me pierdo un poco. He debido de estar ausente demasiado tiempo en tu blog, y no cojo el sentido. Un beso
ResponderEliminarSeguro que esas cartas de navegación te llevarán a buen puerto, Guillermo, y los vientos te serán favorables porque así lo deseamos y lo pedimos.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y que sepas que estar aqui a tu lado, es la mejor de las formas de darte animos y todo nuestro cariño y apoyo.
Un abrazo.
Isabel
ResponderEliminarLoyLo
Graciassssssss