Dicen que las guerras no traen nada bueno... bueno, hay quienes dicen que son buenas, que ayudan a descongestionar el planeta... Supongo que esos que piensan así... jeje... iba a decir algo no muy bueno, pero dejémoslo diciendo que, seguramente, estas gentes, al decir lo que dicen, no se verán ni ellos ni a sus familiares, en el lado de los elegidos para morir. ¡Qué tontería! ... ¡decir que las guerras son buenas!
Dicen, que las peores guerras son las civiles, porque se matan entre miembros de la propia familia. Dicen que en la guerra civil española, por el mero hecho de querer poseer tierras ajenas, se acusaba al vecino de “rojo” o de “fascista”, según el bando donde se estuviera... y otras muchas más atrocidades.
Dicen que en las guerras no hay vencedores ni vencidos. Y soy de esa opinión porque, lo que verdaderamente pienso es, que lo único que hay son, por un lado, las víctimas de sus propias malas conciencias… por el otro, las víctimas de las malas conciencias de los demás. Y el que se crea vencedor… jeje… bueno, pobre del que se vanaglorie de someter a otro a fuerza de “los gritos” de las pistolas; o es un estúpido, o no tiene corazón.
Dicen que hubo una vez un hombre que se llamaba José y... no, joé... no era San José... jejeje... Bueno, pues este buen hombre, empezó a trabajar en las minas de La Unión a corta edad... no sé, tal vez... sobre los 10 ó 12 años o menos... Dicen, que José recorría todos los días más de 10 km de ida y otros tantos de vuelta, andando, desde Cartagena a la mina y de la mina a Cartagena. Que pasados unos años, dejó la mina y acompañaba a un quincallero por los pueblos y que, pasados otros tantos años más, aprendido el oficio y se montó un negocio de quincalla por su cuenta. Que tan trabajador y buen comerciante era, que llegó a ganar bastante dinero, tanto, que montó un negocio de electricidad y, cuentan que, parece ser, que pasado el primer año de montar el negocio, ganó, libre de polvo y paja, 1.000.000 de ptas. de las de aquella época, (según ha llegado a mis oídos)... y de las de antes de la guerra, así como entre 15 y 20 años antes. De José, tb. cuentan que se enamoró de una muchacha de clase superior a la suya, y que como no sabía leer ni escribir, ella le exigió que por lo menos aprendiera las 4 reglas y aprendiera a leer. Y así lo hizo en un par de meses, y se casaron los dos.
José y ""C"", gracias al negocio, vivieron espléndidamente durante bastantes años, y digo “durante”, porque hubo un año en el que perdieron el negocio. Pero mientras el negocio existió, cuentan que en casa de José había personal de cocina, chofer con librea y hasta personal para cuidar a los niños. Cuentan de José, que cuando iba en su coche por la carretera de La Unión, y veía a algún minero andando, camino a la mina o de vuelta, le decía al chofer que parara y lo subía, acción que su mujer, ""C"", no veía con buenos ojos porque ponía los asientos perdidos de suciedad, a lo que José respondía que, "como él había pasado tanto en la mina y había hecho tantas veces el camino andando de pequeño, era lo menos que él podía hacer, ahora que la vida le sonreía....”
Dicen que José era un hombretón tan corpulento y alto, que no cabía por las puertas y que, igual de grandote que era, pues igual era su corazón de grande y bueno.
Y llegó la Guerra Civil Española, y le hundieron el negocio. De José y ""C"" nacieron 4 hijos (2 chicas y 2 chicos) todos ya mozos antes del 36, de hecho, el pequeño se caso en el mismo año 36... aunque, casarse, lo que se dice casarse... Bueno, esto... esto es otra historia que tal vez, solo tal vez, me decida a continuar.
Dicen, que las peores guerras son las civiles, porque se matan entre miembros de la propia familia. Dicen que en la guerra civil española, por el mero hecho de querer poseer tierras ajenas, se acusaba al vecino de “rojo” o de “fascista”, según el bando donde se estuviera... y otras muchas más atrocidades.
Dicen que en las guerras no hay vencedores ni vencidos. Y soy de esa opinión porque, lo que verdaderamente pienso es, que lo único que hay son, por un lado, las víctimas de sus propias malas conciencias… por el otro, las víctimas de las malas conciencias de los demás. Y el que se crea vencedor… jeje… bueno, pobre del que se vanaglorie de someter a otro a fuerza de “los gritos” de las pistolas; o es un estúpido, o no tiene corazón.
Dicen que hubo una vez un hombre que se llamaba José y... no, joé... no era San José... jejeje... Bueno, pues este buen hombre, empezó a trabajar en las minas de La Unión a corta edad... no sé, tal vez... sobre los 10 ó 12 años o menos... Dicen, que José recorría todos los días más de 10 km de ida y otros tantos de vuelta, andando, desde Cartagena a la mina y de la mina a Cartagena. Que pasados unos años, dejó la mina y acompañaba a un quincallero por los pueblos y que, pasados otros tantos años más, aprendido el oficio y se montó un negocio de quincalla por su cuenta. Que tan trabajador y buen comerciante era, que llegó a ganar bastante dinero, tanto, que montó un negocio de electricidad y, cuentan que, parece ser, que pasado el primer año de montar el negocio, ganó, libre de polvo y paja, 1.000.000 de ptas. de las de aquella época, (según ha llegado a mis oídos)... y de las de antes de la guerra, así como entre 15 y 20 años antes. De José, tb. cuentan que se enamoró de una muchacha de clase superior a la suya, y que como no sabía leer ni escribir, ella le exigió que por lo menos aprendiera las 4 reglas y aprendiera a leer. Y así lo hizo en un par de meses, y se casaron los dos.
José y ""C"", gracias al negocio, vivieron espléndidamente durante bastantes años, y digo “durante”, porque hubo un año en el que perdieron el negocio. Pero mientras el negocio existió, cuentan que en casa de José había personal de cocina, chofer con librea y hasta personal para cuidar a los niños. Cuentan de José, que cuando iba en su coche por la carretera de La Unión, y veía a algún minero andando, camino a la mina o de vuelta, le decía al chofer que parara y lo subía, acción que su mujer, ""C"", no veía con buenos ojos porque ponía los asientos perdidos de suciedad, a lo que José respondía que, "como él había pasado tanto en la mina y había hecho tantas veces el camino andando de pequeño, era lo menos que él podía hacer, ahora que la vida le sonreía....”
Dicen que José era un hombretón tan corpulento y alto, que no cabía por las puertas y que, igual de grandote que era, pues igual era su corazón de grande y bueno.
Y llegó la Guerra Civil Española, y le hundieron el negocio. De José y ""C"" nacieron 4 hijos (2 chicas y 2 chicos) todos ya mozos antes del 36, de hecho, el pequeño se caso en el mismo año 36... aunque, casarse, lo que se dice casarse... Bueno, esto... esto es otra historia que tal vez, solo tal vez, me decida a continuar.
Pues sí, sí, anda... Decídete a seguir con la historia, porfa. Eso sí, cuando tú quieras... jeje
ResponderEliminarY tienes razón: Las guerras no son buenas de ninguna de las maneras.
Y al pobre José le tocó vivirla y perder su negocio que tan bien supo llevar...
Pero qué bien cuentas las historias, niño!
Uy, que te acabo de ver llegar a mi blog! Voy pa'llá! jajajajjaa
Muchos besos-besicos, apañao!
:)
Lourdes...Apañaika tú... Gracias
ResponderEliminarYa veremos si seguimos la historia... necesito recabar info.
Besicos.
seguro que sí que continuará, tengo el presentimiento.
ResponderEliminarbiquiños,
De las guerras jamás podrá quitarse nada bueno, salvo miseria, vidas rotas y el rencor que queda entre vencedores y vencidos. De las guerras solo son capaces de encontrar algo bueno, los que negocian con ella.
ResponderEliminarCada guerra tiene miles de historias, tantas como protagonistas y es bueno recordar los hechos, para que no vuelvan a repetirse y para que el bando de los vencedores no nos cuente su versión, porque nunca será la auténtica si no se contrasta con la de los vencidos.
La fotografía nos parece preciosa.
Un abrazo.
Aldi...Bueno, probablemente, pero dejémos tiempo al tiempo.
ResponderEliminar:)
Besicos.
LoyLo...Miserias, sí... Para unos, miserias en los bolsillos... para otros, miserias en el alma... Para todos, miserias alrededor de nuestras vidas, en el respirar diario... en un hola, en un adiós.
Besibrazos.
Si deseas continuarla, mas alla d ela informcion, me encanto tu redactar amigo! y espero la segunda parte!!! un fuerte abrazo!
ResponderEliminarMuy bueno Guillermo, una narración excelente...
ResponderEliminarEs tu elección, creo.
Cariños!!!
Me encanta tu historia, tiene el sabor de las cosas hermosamente humanas, el sabor de la vida, a pesar de las desventuras. Me encantaría que la continuaras, Guille, quiero saber cómo sigue...
ResponderEliminarMe duelen las guerras, su absurdo y sus mártires.
Besotes.
buena historia, excelentes reflexiones
ResponderEliminarbuen día amigo
Pues si, la verdad es que hemos mejorado mucho... a ver cómo nos quedamos después de la crisis :)
ResponderEliminarBesicos
Joé Guillermico, ya que has empezado, deberías continuar, no nos dejes a medias por Dioooooooooos. Un beso
ResponderEliminarJustamente estoy leyendo un libro que habla de la Guerra civil española, "Soldados de Salamina" y si, es cierto, de la guerra nadie sale victorioso.
ResponderEliminarEsperamos continuación del relato.
Un abrazo.
Las guerras no son buenas,buscan el odio y el terror entre hermanos de sangre o de patria,entre seres humanos al fin y al cabo que luchan enmascarando intereses de otros.Fijate si son malas que con el tiempo que hace de la nuestra ,todavia despierta odio y rencores.Si a la paz y al amor.Enorme, Guillermo.
ResponderEliminarGuille, no seas así hijo por dios ¿como que es otra historia que tal vez decida contarla?, cuentala hombre, no nos dejes ahora con la intriga.
ResponderEliminarA mí, me ha encantado la historia de Jose y C... muchas historias se truncaron de una manera u otra por la guerra civil, en donde -y en esto discrepo- sí hubo vencedores y vencidos !años y años hubo vencedores y hubo vencidos!, lamentablemente, incluso ahora, setenta años después, hay gente buscando a sus muertos, pidiendo la dignidad que durante tanto tiempo le habían negado las instituciones, y siento -y humildemente así lo pongo en este comentario- que no debe zanjarse este episodio (nuestra guerra civil) tapando la realidad, echando tierra encima y pasando página, pienso que debe potenciarse la búsqueda de la verdad, aún cuando sea o pueda ser dolorosa, ya que quien no conoce su historia está condenado a repetirla.
Tu historia es muchas cosas Guille: real, dura, bonita, injusta... pienso que debe seguir contandose
Un besote, ya sabes, uno de los supergordísimos
Espero que continúe. Es muy interesante la historia de Don José y "C".
ResponderEliminarCuántas vidas destrozadas en las guerras, sean civiles o inciviles. Gracias Guillermo por la entrada.
Un beso.
noche
Lisandro...Gracias por tu visita.
ResponderEliminarVeremos la posibilidad de continuarla.
Abrazos.
Sol...Cariños para tí. Grcias.
Sí, es mi elección, pero no descarto si sí o si no habra continuación.
:)
Besicos.
Liliana...Creo que a quién no le dula una guerra, es porque tiene el alma muerta. Y tú la tienes muy viva.
Gracias
Besicos.
MÁngeles...Tal cual la vida misma que fue, que no es un relato de ficción
:)
Gracias
Besicos.
Belén...Calla, calla eso de crisis no se dice... se dice: "desaceleración económica"
:)
Besicos
Isabel...jeje... Ya veremos, ya veremossss
Besicos. :)
Carlos...Hace tiempo que dejaron de interesarme las pelis y literatura sobre nuestra guerra civil... Es que no sabes el "bombardeo" que tuvimos en una época... y a veces, continuamos... bueno, continúan... jeje
Abrazos.
JuanA...Sí, estoy de acuerdo contigo... Y dale Perico al torno... más vuelta de "garrote"
Gracias
Abrazos
apm...Niña... vamos a ver... jeje... Pero es que vamos a estar toda la vida buscando aplacar la ira interior???... No te das cuenta que no hay peor enemigo que el odio, el rencor... que no nos dejan tener paz en nuestro interior.
Te invito a que leas mi poema "Memoria Histórica"... Esa es la única M.H. en la que yo creo... La memoria de los huérfanos, la de los viudos, las viudas en cuestión (por el poema) pero no Memoria buscando el odio y el rencor o incluso saber dónde está la tumba, sino la Memoria del Amor. El recuerdo de los abrazos y besos perdidos... En fin, ya digo la Memoria del Amor... que por cierto, mi "Memoria Histórica" no la encuentro por aquí... Sé que la publiqué en el 2008 en el blog de Aldabra Congoyyo.blogspot.com, pero aquí, no lo encuentro... Bueno, pero si quieres ver el otro poema que hice, "Memoria Histórica II", está publicado en el apartado de El Estrado Azul Lunes, 02/02/09.
Bueno, de todas formas, es mi opinión y no quiero interferir en quienes quieran seguir con ello hasta que todo se esclarezca. Pero... algún día se esclarecerá???
Besicos. ;)
nocheinfinita...Gracias a tí por la visita.
Ya digo que, veremos... No digo que no, pero veremos.
:)
Besicos.
Las guerras sólo traen muertos, hambre y desesperación, amigo mío, ¿seguirás escribiendo sobre ello?
ResponderEliminarUn besito.
¡Por cierto! hoy hecho de menos un poema de los tuyos, amigo.
ResponderEliminar<María...No sé, no sé... Al final, entre todos, vais a hacer que sí... ;)
ResponderEliminarSi echas de mienos mis poemas, en la barra de la derecha, en la de color gris, abajo del todo tienes "Mis Rincones"... Ahí encontrarás todos los poemas que he publicado en el blog hasta ahora. Tal vez algunos no los conozcas, no?
:)
Besicos.
Guille, !pero si yo estoy completamente de acuerdo contigo en lo de la "Memoria del Amor"!, claro que sí, pero una cosa no quita la otra... para nada tiene que entrar aqui ni el odio ni el rencor, solo la dignidad y saber la verdad. Imagínate que a tu padre (es sólo un ejemplo) se lo hubiesen llevado de tu casa en plena guerra y no hubieseis sabido nada nunca más de él ¿no te gustaría encontrar su cuerpo y darle un entierro digno, aun setenta y tantos años después?, yo viví esta escena:
ResponderEliminarestaba yo en el rchivo General de Andalucía con Joaquín (Joaquín es el director del archivo y muy amigo mío), entonces lo llamó su secretaria y le dijo que bajáse, que por favor bajase al recibidor, más que nada intrigados bajamos y allí estaba una señora de 82 años (Juana Gainza se llamaba, no se me ha olvidado el nombre), le dijo con total humildad y una ternura que te traspasaba hasta el alma que a su padre se lo llevaron de su casa en la guerra y ya no supieron más, y que antes de morirse, le gustaria encontrarlo para poder enterrarlo con su madre, los dos juntos, le dijo a Joaquín que si por favor podía ayudarla, que con tantos papeles que había allí, si no se podía averiguar donde estaba. Ni que decir tiene que mi amigo la ayudó en todo lo que pudo, pero todavía no han encontrado el cuerpo de su padre, lo sé porque de cuando en cuando le pregunto por Juana. A ésto es a lo que yo me refería, a ésto... y ahora paso a leer tu poema, y dejo de enrollarme como una persiana...
Un besote, como siempre, de los gordos gordísimos
La verdad es que llegada a este punto la historia...queremos que continúe.
ResponderEliminarestá muy bien escrito.
Bss
Mónica
tu estilo único de letras me encanta hoy mas que nunca........porque es una historia que va al compas de tu musica
ResponderEliminarbesos
apm...Recuerdas la película "La Jauría"... jeje... no, no me voy a esos extremos, pero la "búsqueda" no es la misma uno solo que "acompañado"... y muchos menos cuando se institucionaliza... Bueno, de todas formas, vale. acepto... jajaja... no, el pulpo, no... acepto tu "alegato". En serio.
ResponderEliminarah... un día destos me tiras despaldas con tanto besote gordo de los gordos... pero no te preocupes, que me levanto, eh?
:))
Besicos
Mónica...:) ... Al final es que voy a tener que publicarla hoy mismo... :))
Bueno, ya digo que posiblemente... veremos.
Gracvias
Besicos.
Mucha...Gracias por quedarte encantada.
:)
Si te refieres a la música que se olle en el momento en el blog... es aleatoria... supongo que habrás "pillado" un momento en el que sonaba una de acuerdo al texto... No sé, digo yo.
:)
Besicos.
Me gusto este inicio mucho, pero me quede con ganas de leer toda la historia completa... Me dejaste a la mitad.
ResponderEliminarBueno, habra que esperar.
Un fuerte abrazo para ti.
Hola, Guillermo:
ResponderEliminarPara la gente del común como José, nada bueno pueden dejar las guerras, solamente muerte, destrucción, ruina y triste desolación. Aunque para los fabricantes de armas y mercaderes de la muerte sea un lucrativo negocio.
Una buena historia con mucha tela para cortar.
Saludos.
Salvador....Gracias. Posiblemente publique la 2ª parte.
ResponderEliminarAbrazos
RafaelL....Y maldito el hombre que se lucra con la muerte de sus semejantes.
Gracias
Abrazos
Pues continuala que me has dejado con la miel en los labios jajaja, como la vida misma...
ResponderEliminarBesitossssss
Mar...Os habéis puesto todos de acuerdo para qu econtinúe, o qué???... :))
ResponderEliminarBueno, tanto fue el cantaro a la fuente...
Besicos.
¿Así que de tan gordos te tiran de espaldas, eh?... ja,ja,ja, bueno, menos mal que te levantas, ja,ja,ja, anda que eres un caso !genio y figura!
ResponderEliminarOtro besote gordo, gordísimo... y nada, !a levantarse!
apm... vale... Gracias
ResponderEliminar:)
Besicos.