Cuando tu boca
a mi boca
la comes
a besos,
tus labios
como címbalos
resuenan en mi alma,
como catarata
de campanitas de plata.
Y el tiempo,
despavorido,
de a poquitos
huye y se desparrama.
El hoy no existe,
ni el ayer
ni el mañana,
tan solo el ahora
ajeno a la realidad
de un después,
de hace un instante.
El propio universo
cesa en el empeño
de equilibrar sus fuerzas.
El mundo cesa en su girar.
Aquello por lo que se llora,
se consuela.
La propia alegría
silencia su algarabía
reposando un instante.
Solos
tú, yo
y éste pequeño espacio
que nos circunda y abraza
a los dos.
A Cronos lo matamos
nosotros.
A Cronos,
lo mató nuestro Amor.
…..ooOoo…..
¡y arde la pasión!
ResponderEliminarAbrazos, Guille, ¡parece que el verano viene calentito!
Bueno, no exactamente. La inmensa mayoría de las veces, es más el cariño que otra cosa, el saber que ahí, somos el uno para el otro. Se para el tiempo, si hay enfado, stop, si alegría, stop... jeje... Vaya sitio ese, eh!... Pero existe ese sitio?... Seeeeeee, es tan real como la vida misma y menos de 1 m2.
EliminarBesicosssssss
:-))
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