(Buen vino o vino agrio somos, y en cualquier caso, para ser bebidos por la muerte.
Elixir, manjar somos de dioses, o veneno. ¿Y qué más le da a la muerte?
Brebaje amargo, agua cristalina y clara de la fuete. Y la muerte va y te bebe.
Agua helada o caliente. ¡Aguarrás!. Que más da, al final nos bebe la muerte.
Si rocío, escarcha o nieve... Lluvia... Llega la muerte y nos bebe. Qué más da.
Paciente es la muerte por bebernos.
¿Qué más le da a la muerte, seas lo que seas?. Si grande o pequeño, si roca o baba, si bueno o si malo, igualmente ella te bebe.
La muerte te bebe, pero de ti depende por dónde y a dónde te eche. Piénsalo. ¿Crees que nos vamos a ir de este mundo de rositas? No seas estúpido ni infantil.
Y en el fondo qué somos, sino recipientes de vida, para ser vaciados por la muerte)
...
Perdonadme, creo que voy a apartarme de la ventana porque, lo mismo, la muerte me está viendo y viene a beberme.
Y es que, la muerte no está ni lejos ni cerca. La muerte, tan sólo está a la espera, simplemente paciente, sí, para beberte.
Y cuando te toca, te toca. Y no deja ni una gotica de ti.
ResponderEliminarBesos-besicos, Guillermo.
Hola, One... me alegro verte leerte por aquí. Pues sí, ni gota, sequicos que nos deja. ;)
ResponderEliminarBesicos.