No quiero
guerras.
Me da igual
quien las comience.
No quiero
guerras.
Todos
pierden.
No quiero
guerras.
Todo es
tristeza,
No quiero
guerras.
No quiero
guerras.
Los niños
mueren.
No quiero
guerras.
Los viejos
mueren.
No quiero
guerras.
Mueren los
padres.
No quiero
guerras.
Las madres
mueren.
No quiero
guerras.
Siempre gana la Muerte.
No quiero
guerras.
No quiero
guerras.
Vengan de
donde vengan,
no quiero
guerras.
No quiero
guerras
ni días
oscuros.
No quiero
guerras.
Ni quiero
refugios.
No quiero
guerras.
Quiero la
Paz en nuestras vidas,
la Luz del
mediodía,
el calor de
tus labios,
el amor de
tu mirada,
la calidez
de tu abrazo.
Quiero el sosiego
del corazón
calmado,
la confianza
de tus ojos cerrados.
No quiero
guerras.
No quiero
guerras
vengan de donde
vengan.
No-quiero-guerras.
No quiero
guerras,
ni a quien
de ellas
se alimenta.
No quiero
guerras
ni a quien
las justifica.
No quiero
guerras,
que roban
vidas.
No-quiero-a-quien-quiera-las-guerras.
Gritaré ¡No
quiero guerras!,
vengan éstas
de donde vengan.
Y a quien
tenga la intención de hacerla
le diré:
No-quiero-guerras.
Y le diré:
¿Acaso no
ves
las lágrimas
del indefenso,
de los
niños, de los viejos?
No,
no-quiero-guerras.
¿Acaso no
oyes el lamento del Pueblo?
No quiero
guerras.
Pienso, que
tendría que haber una ley
que, a
quienes la guerra promovieran,
les obligara
a ir los primeros,
encabezando
a sus soldados,
y a pecho
descubierto
y con su
banderica en la mano.
Sí, los
primericos de todos,
los más
expuestos a los disparos,
y si así no
fuera,
murieran de
dolores
de entuerto
y diarrea,
y dolores
secos de parto.
… Y ahora,
hablando más
enserio:
No quiero
guerras.
No te quiero
a ti,
que de
muertes te alimentas,
que en el
sufrimiento ajeno
tu cuerpo revuelcas
como cerdo
en un charco
ahogado de
barro.
No te quiero
a ti,
que del
llanto ajeno
bebes
fortaleciendo
tu ansia de
maldad.
No te quiero
a ti,
sátrapa
adorador de la mentira,
de la falsa
bandera
ante la que
te arrodillas
y tu dios es un arma para matar.
No quiero a
quien quiera la guerra.
Y quisiera,
no tener que decir, nunca: ¡No a la Guerra!
(entre otras
maldades del ser humano)
…..ooOoo…..
Ni yo tampoco quiero
ResponderEliminarQuién las quiere? Sí, aquellos que se regocijan en el sufrimiento humano, claro y sacan beneficios.
ResponderEliminarBesazo.