Y el alma
se le escondió
tras el brillo
de aquella navaja.
Fulminada cayó
cual muñeca de trapo.
(Ella, en su infancia, tuvo
una muñeca:
Heroína de ojitos de botón,
que de mil miedos la libró
cuando a ella se abrazaba)
Dormir…
Ella,
ahora convertida
en su propia muñeca de trapo,
quedó profundamente dormida
sobre sus sábanas ensangrentadas,
quién sabe si soñando
con su príncipe azul atrapado
en su pensamiento.
Príncipe Azul qué nunca llegó.
Príncipe oscuro:
cruel verdugo
que sí llegó.
Y es que, ella,
majestuoso y bello
lo vio llegar
a su vida.
Aquel príncipe llegó en su blanco corcel
repartiendo besos de miel,
pero sin amor
en las yemas de sus dedos.
Él se presentó
como el hombre de su vida,
como la viva estampa
de ese amor que ella,
en sus sueños, siempre anheló.
Ella,
de nuevo en él,
volvió a encontrar la paz
que aquella muñeca de trapo
y ojitos de botón,
de pequeña le ofrecía.
Y príncipe y Princesa
fueron felices
y comieron perdices,
hasta que él...
Ella,
o no quiso
o no supo darse cuenta
y entender,
que aquel príncipe azul,
héroe en sus noches de amor,
pero sin amor,
en un monstruo malo se convertiría:
el ogro de su cuento de horror,
que tantas noches
en su infancia
la aterró.
Él, llegó un día
y le robó la luz,
como roba la mariposa negra
el resplandor de la nieve blanca
y huye.
Besos de miel, besos de hiel.
Y ella,
de la mano de Peter Pan,
hacia la tierra
de “Nunca Jamás” voló,
escondiéndosele el alma
tras el brillo
de una navaja
que, su príncipe azul,
en su cándido corazón
le hundió
…..ooOoo…..
se le escondió
tras el brillo
de aquella navaja.
cual muñeca de trapo.
una muñeca:
Heroína de ojitos de botón,
que de mil miedos la libró
cuando a ella se abrazaba)
ahora convertida
en su propia muñeca de trapo,
quedó profundamente dormida
sobre sus sábanas ensangrentadas,
quién sabe si soñando
con su príncipe azul atrapado
en su pensamiento.
Príncipe Azul qué nunca llegó.
cruel verdugo
que sí llegó.
majestuoso y bello
lo vio llegar
a su vida.
repartiendo besos de miel,
pero sin amor
en las yemas de sus dedos.
como el hombre de su vida,
como la viva estampa
de ese amor que ella,
en sus sueños, siempre anheló.
de nuevo en él,
volvió a encontrar la paz
que aquella muñeca de trapo
y ojitos de botón,
de pequeña le ofrecía.
fueron felices
y comieron perdices,
hasta que él...
o no quiso
o no supo darse cuenta
y entender,
que aquel príncipe azul,
héroe en sus noches de amor,
pero sin amor,
en un monstruo malo se convertiría:
el ogro de su cuento de horror,
que tantas noches
en su infancia
la aterró.
y le robó la luz,
como roba la mariposa negra
el resplandor de la nieve blanca
y huye.
de la mano de Peter Pan,
hacia la tierra
de “Nunca Jamás” voló,
escondiéndosele el alma
tras el brillo
de una navaja
que, su príncipe azul,
en su cándido corazón
le hundió
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