Queridos padres:
Una vez más, desde este rincón de soledad, os escribo unas letras para que sepáis de mí.
Dentro de poco, unos cuantos de aquí, cuando cumplamos la edad necesaria, saldremos de este recinto para irnos a vivir con los monitores a pisos en la calle. Aun no sé, de los siete que saldremos, con quién me tocará o si me incorporaré yo solo en un piso con los que llevan ya un tiempo.
Los otros días después de cenar me fui, como uno de tantos días, al salón de la tele y qué sorpresa me llevé, cuando vi que estaban poniendo en el telediario un documental de un zoo. No sé de donde era, pero me fascino. Os cuento:
Resulta, que había un mono enjaulado... bueno, no exactamente enjaulado, más bien, acristalado por todos lados. A mí me sorprendió que ese mono no tuviera pelo, ya que relucía una brillante calvorota. Era ya mayor, pero no anciano, y parecía cabreado, muy cabreado, puesto que empezó a pegar patadas al cristal de su jaula que lo separaba del resto de personas que allí estaban y que lo contemplaban. Además, empezó a proferir chillidos y gruñidos diversos con cara de no muy buenos amigos, y a señalar inquisitoriamente a uno de los que le observaban... que si no fuera porque los monos son irracionales y no entienden de armas, yo diría que con sus dedos asemejaba una pistola y amenazaba a algunos de los que allí estaban, especialmente a uno enfrente de él, que llevaba una vestimenta negra... Bueno, pero ya digo, los monos no saben de estas cosas. Imaginaciones mías.
Aquellos gruñidos y sonidos que salían por aquella garganta, parecían casi humanos. Tan enfadado y cabreado estaba, que tuvieron que entrar en el habitáculo dos cuidadores, y maniatarlo... que digo yo, que para que él mismo no se hiciera daño... Digo.
Yo no se donde vamos a parar. La maldad pasea por nuestras calles inmisericorde, y nosotros apartamos nuestra vista hacia otro lado, como no queriendo ver la realidad de las cosas. Tristemente, las cosas están ahí, por mucho que no queramos darnos cuenta, por mucho que cerremos los ojos, por mucho que taponemos nuestros oídos. En el País de las Maravillas, solo vive Alicia y... fijaros, querían cortarle la cabeza.
¿Os acordáis de Manolo, aquel que os contaba que había sido devuelto cinco o seis veces de las adopciones? Pues se ha suicidado. Se suicidó hace una semana. Me acuerdo cuando éramos pequeños que una vez, después de haber sido devuelto, me dijo: “Fernando, ¿tú crees que soy malo?” Yo no supe que contestarle. La verdad que, trastadas sí hacía, pero ahora, con los años que han pasado y viendo la trayectoria de Manolo, entiendes ciertas cosas. No, no me refiero a él y su suicidio en particular. Me refiero a aquellas personas que vulneran la sensibilidad de los débiles, que empujan a los indefensos hacia las acciones más crueles y vejatorias para el ser humano: Delincuencia en todas sus facetas, prostitución, drogas... suicidio... ¿Son los fuertes tan fuertes como aparentan, o su fortaleza está basada en el gremio? ¿Tal vez en su propio miedo? ¿A qué tienen miedo?... (Sí, ya lo sé) Por otro lado también pienso, que si Manolo hubiera tenido un poco de suerte, quizás le habría tocado una familia de esas que saben luchar por los demás. De esas familias que adoptan a ”niños problema” y a niños con problemas, como la familia que se llevo a Jacinta, una niña con el síndrome de “Naturé” (no se como se escribe), que se pasaba todo el día guiñando los ojos y dando gritos, entre otras cosas. Hace unos meses vino a visitarnos. Estaba estupenda, y guapa, guapa.
Aun no me he decidido que carrera voy a estudiar. Encarna, una de las señoras de la limpieza me dijo un día que estudiara leyes, porque de eso no me faltaba. Me dijo: “Nandito, tienes muchas leyes, deberías de estudiar pa abogao”. Y todo porque me mandó a que le cambiara el agua al cubo de la fregona, y me negué, alegando que ese cometido no era el mío.
Bueno, os mando un beso a cada uno. Me marcho a la cama.
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Una de las cartas que Fernando nunca envió a sus padres, porque no tenía, aunque tener, lo que se dice tener, tendría que tener.
A Fernando se lo encontraron con el cordón umbilical cortado y hecho un nudo con cinta aislante y liado entre ropa vieja dentro de un capazo, a la puerta de una casa cualquiera, de una calle cualquiera, de una ciudad cualquiera de España. El hallazgo de Fernando salió en la prensa y en la televisión. Al principio hubieron muchas y buenas intenciones de adoptarlo, pero solo se quedaron en buenas intenciones. Fernando tenía algo en su físico que no gustaba.
Cuánta tristeza y sufrimiento hay en el mundo; para verlo no hay más que dar la vuelta a la cabeza y ahi mismo, cerquita, alguien necesita de ti.Triste historia que me ha emocionado, pero comprendo que hay muchas historias iguales y peores por todos lados. Por eso, no debemos quedarnos inpávidos ante esta realidad, debemos aportar desde nuestras posibilidades, aunque sea un poco en pro de un mundo más solidario.
ResponderEliminarUn abrazo
Que triste debe ser el sentirse menospreciado por sus padres, hasta tan punto de abandonarlo por las calles nada mas nacer...
ResponderEliminarQue triste inventarse unos padres para mandar cartas y luego ver que nadie lo quiere por algo del físico,pero qué es esto?
Precioso, como siempre...
Besicos
me mataste....
ResponderEliminarlo triste y cierto....
besos
Me has puesto la piel de gallina. Es un relato muy triste. Es el segundo blog que visito hoy en el que se habla del suicidio infantil (visita Vagón Bar – dentro de Blogs periodísticos, sale un artículo muy interesante, te gustará). Pero lo has contado muy bien y de forma efectiva. Me ha llegado adentro.
ResponderEliminarBicos,
Marysol...Cierto, mires al lado que mires, encontramos penas y sufrimientos, y en este tiempo donde se huye del sufrimiento, más, ya que éste jamás se apartará de nosotros, por eso no debemos huir... hay que hacerle frente de la mejor forma para nosotros y para los demás.
ResponderEliminarBesicos
Belenika... ésto es una historia inventada que, como pasa a veces, solo a veces, la realidad supera con creces a la ficción.
Besicos.
Enre... pero yastás viva de nuevo, verdad... Bueno, son historias, como en las películas... basadas en la realidad.
Besicos.
Aldi... En el suicidio infantíl, como espíritu delator, debería aprecer en holografía el/los causantes... De todas formas, no todos los que podemos provocar el mal a otro, somos conscientes de ello.
Besicos.
Escabroso tema.
ResponderEliminarQue pases excelente fin!!!!!!