Yo no quiero
tu perdón
ni tus palabras
de lástima.
No quiero, ni mucho menos,
que me alces, de bandera,
a tu propio
beneficio.
Que son tus ojos
a mis ojos
lo que
quiero,
y no te enteras.
Solo eso:
Que en mi te vieras.
Y en esas noches sufrieras
desdichas
entre tus piernas.
Y que por mis venas corrieras
hasta nunca parar.
Y que tus penas
ahogaras en mi botella.
Y que sintieras
cómo explota tu pecho
sin monedas.
Sólo eso,
tan solo te deseo.
Pero, ¿sabes?,
en el fondo de mi alma
no es eso
lo que realmente
te deseo.
Mírame
a los ojos,
anda,
que te los regalo.
Mis ojos
tristes
te los regalo.
Toma
mi cuerpo
desmadejado,
Que también te lo regalo.
Haz tuya mi alma,
mis desdichas
y
mi historia,
mi desgraciada historia,
que también, todo esto
te lo regalo.
Te regalo, todo mi yo.
Todo mi ser
te lo
regalo.
Y ahora que ya eres yo,
¿sabrías vivir mejor?
Aunque no queramos,
somos como dos gotas de agua
a uno y otro lado del espejo.
....ooOoo...
Jamás he pretendido con estos versos dar "penita", culpar o exculpara a nadie, ni mucho menos sentenciar. Simplemente dar una visión muy particular desde el cariño y el respeto, y tratando de meterme en la piel de cada uno de los personajes. Pero una cosa sí que quiero dejar bien clara: que las vidas de los demás a veces, solo a veces, no tienen una solución tan drástica como algunos piensan... o hemos pensado. Que la vida da muchas vueltas y... arrieritos somos y en el camino nos encontraremos...o vaya usted a saber... En un bareto con unas birritas, tal vez??? :)