Adios, tristeza... Hola, Alegría!
Adios, oscuridad... Hola, Luz!
Adios, noche... Hola, Día!
Adios, amargura... Hola, Dulzura!
Adios, mentira... Hola, Verdad!
Adios, enfermedad... Hola Salud!
Adios, mal humor... Hola, Buen Humor!
Adios, falsedad... Hola, Verdad!
Adios, duda... Hola, Discernimiento!
Adios, maldad... Hola Bondad!
Adios, egoista... Hola, Generoso!
Adios, cadenas... Hola, Libertad!
Adios, abismo... Hola, Llanura!
Adios, gusanos... Hola, Pájaros!
Adios, juicio... Hola, Justificación!
Adios, negro... Hola, Arcoiris!
Adios, necio... Hola, Sensato!
Adios, muerte... Hola, Vida!
Adios, amor... Hola, Amor!
Adios, año viejo... Hola, Año Nuevo!
. . .
(y si lo deseas, puedes, en tu comentario, decir un Adios y un Hola.








Hace algún tiempo, caminando por una sinuosa carretera de una abrupta costa castigada por los incesantes vientos y el arremeter monótono de las olas, llegué a divisar, ya casi anocheciendo, una pequeña aldea. Aldea de aspecto siniestro, de casas cerradas a cal y canto, ermitañas, cómplices de las grises sombras furtivas del anochecer. Casi daba miedo, pero a su vez, irradiaba un encanto mágico, sobrecogedor.
Más allá, el acantilado y detrás, el mar. 