Recostada sobre la acera
y apoyada la cabeza
en la pared,
yacía Elena
soñando su último sueño.
Quién sabe.
Ocurrió aquella noche,
mientras ella, ya en la calle,
reclamaba el pago de sus servicios
a un cliente.
a un cliente.
Y como único beneficio
recibió un traidor beso de muerte,
recibió un traidor beso de muerte,
con lengua asesina de acero
en su blanco vientre.
Miradas que huyen sin atender.
Presurosos pasos, ligeros,
de silencioso eco que se alejan
sin querer saber nada
sin querer saber nada
de aquel mal parto sangriento,
por causa de una puñalada
de brillo de luna llena.
por causa de una puñalada
de brillo de luna llena.
Un reguero de sangre
recorre caprichoso
los surcos de las baldosas
cayendo en catarata
a la alcantarilla.
Tal vez,
un alma caritativa
se apiade de ella,
-ella pensaba-
se apiade de ella,
-ella pensaba-
Tal vez,
las lágrimas de Elena,
laman su herida.
Y el alma de Elena,
sin saber que hacer,
si permanecer en ella
o quién sabe qué,
sin saber que hacer,
si permanecer en ella
o quién sabe qué,
subió a las azoteas
para otear curiosa
la indiferencia de las gentes
para otear curiosa
la indiferencia de las gentes
que junto a su cuerpo transitaban,
cabilando en sus problemas
y en nada ni nadie más.
y en nada ni nadie más.
Pareciera que aquella calle
vacía estuviera
de gentes y amor.
vacía estuviera
de gentes y amor.
Nadie se acerca a Elena
y ella, no sabe si marchará a los cielos
y ella, no sabe si marchará a los cielos
o seguirá en el infierno.
Lo único cierto es,
que la vida a Elena se le acaba,
se le escapa cuesta arriba
por la luz de la farola,
la misma luz
que disipa y difumina a las personas
se le escapa cuesta arriba
por la luz de la farola,
la misma luz
que disipa y difumina a las personas
hasta hacer desaparecer sus sombras.
Y ella, en su azotea,
espera incierta el momento
en el que su alma
emprenderá la marcha
en el que su alma
emprenderá la marcha
hacia el túnel del que tanto hablan,
y su luz, que tanto ilumina
pero que no daña.
Mientras, a Elena,
nadie se le acerca
y la vida se le acaba.
Mientras, Elena piensa
si existirá el cielo,
o seguirá viviendo
en este infierno.
.....ooOoo.....
nadie se le acerca
y la vida se le acaba.
Mientras, Elena piensa
si existirá el cielo,
o seguirá viviendo
en este infierno.
.....ooOoo.....
Qué triste Guillermo...Y lo más triste es saber que esta historia ocurre realmente en todos los lugares del mundo y que, como tú señalas, miramos hacia otro lado.
ResponderEliminarAbrazos
!Que tremendo poemazo, Guille!, y según lo iba leyendo me sonaba en la cabeza Ruben Blades cantando indolente su Pedro Navaja... pero tu poema es más, es mucho más, es la dejación de la gente ante el dolor de los demás, es la falta de caridad y de humanidad, es que todos nos hemos vuelto autistas, encerrados en nosotros mismos, incapaces de sentir nada por los demás, es como el Ensayo sobre la ceguera de Saramago... !a veces la raza humana provoca una tristeza!, y mientras, Elena perdiendo lentamente la vida ante la mirada ausente de los demás, en medio de la calle...
ResponderEliminarMillonazo de besotes gordotes
lastima de Elenas...
ResponderEliminar" Miradas que huyen sin querer saber ", qué triste, qué cierto...Tenemos realmente corazón?, a veces me lo pregunto...
ResponderEliminarCuando la amargura se convierte en belleza y mira que es difícil, pero lo has hecho en este poema.
Un beso, querido cuñado.
Elena...tan solo finge estar dormida mientras de sus venas la sangre escapa tratando de encontrar vida calle abajo...y sin trabajo, los clientes de otras noches hacen como que no la reconocen y apuran el coche mientras olvidan marcar el 912...
ResponderEliminarTriste relato del final de una mala noche..
Besos
Uff, qué triste el poema.
ResponderEliminarY sobrecoge, eh? Quizás porque sé a ciencia cierta que es verdad, que miramos sin ver, que no tenemos tiempo o que no queremos complicarnos.
Besos-Besicos, Guillermo!
LoyLo
ResponderEliminarapm
Noel
Viky
Doña
Lourdikas
Gracias por vuestros comentarios, vuestro tiempo...
Últimamente mestá dando por ser un pseudo camusiano... (pseudo) Bueno, pasaremos la etapa, seguro y entraremos en otra... jeje.
Repito las Gracias
Besibrazos y un Besibrazox2
Un poema crudo, realista como la vida misma, fuerte y conmovedor, Guille, y mucho.
ResponderEliminarYo creo que es un verdadero homenaje a la vida, al ser humano, sin diferencias de ningún tipo. Una vida es una vida, no importa de quién sea, siempre valdrá lo mismo.
Como dice apm... ¡un poemazo!
Besos, abrazos y cariños.
Lili... Sí, pero, desgraciadamente, hay vidas que la sociedad hace parecer que valen menos que nada.
ResponderEliminarBesibrazos.
Marcho a dormir, ques tarde ya (03,59h)
ResponderEliminarBuenas noxes
Pero todas las vidas son hermosas y valiosas, y todas las mujeres merecen ser amadas, incluso las que hacen la calle y se la juegan cada día con desconocidos... muy realista y justo, amigo. Un abrazo, y gracias por tu palabra, precisa y sincera...
ResponderEliminarLobo... Tú lo has dicho, todas las vidas son valiosas y todos los seres humanos debemos ser amados. Quien no conoce el amor es difícil que dé amor.
ResponderEliminarGracias
Abrazos.
Eso lo decidirán en la entrada del cielo, ¿no?
ResponderEliminarBesicos
Tan triste y real como la vida misma, como la muerte misma, como la discordancia de esta sociedad misma, como...misma...
ResponderEliminarUn abrazo
Belén... O los médicos si llegan a tiempo, porque la dejarán en el infierno.
ResponderEliminar;)
Besibrazos
Miguel... Bueno, tb hay gente buena que se preocupa por los demás. ¿Pasará alguien así por su lado???
Un Abrazo.
Impresionante este poema.
ResponderEliminarLa situación límite que plantea está descrita con crudas pero poéticas imágenes.
Me ha encantado.
Un abrazo
Mercedes
Mercedes... Gracias. Otro abrazo para tí.
ResponderEliminarBesibrazos.