(Él)--Un mal vivir a tu lado
me produjo el arrebato
de ir a comprar tabaco
y no volver más junto a ti.
Han pasado ya unos años
y estoy más solo que un gato.
¿Podemos hablar un rato
y quedarme por aquí?
(Ella)--¡Mira el “pendón” de Castilla!
Aquel, que ufano se fue
con puntiagudas orejas,
ahora suplica volver
pidiendo árnica en sus heridas.
(Él)—Mujer…
hazme un poquito de caso,
no ves que vengo manso,
arrepentido y cabizbajo,
sin saber dónde encontrar remanso
y ni siquiera dónde ir.
(Ella)--Pues bien que supiste antes,
cuando sola me dejaste,
a dónde dirigir tus pasos.
¿Y ahora, qué es lo que pasa?
¿Es que nadie te aguanta
ni soporta tu forma de ser,
o es que el mundo ahora es grande
y te asusta el distanciarte?
¿Dónde no encontraste aquel querer
que abandonaste?
(Él)—Que no puedo vivir sin ti
y las noches se hacen largas.
Que no encuentro vida
que en justa medida
se adapte a mi alma.
Que perdones, si es que puedes,
mi vieja arrogancia,
mis malhumores y desmanes,
mi desamor hacia tí, mi huída.
Y si es posible,
Y si es posible,
que me des un rincón
donde pueda lamer las punzadas
que en este tiempo me ha dado
el día a día, por no vivir a tu lado.
el día a día, por no vivir a tu lado.
(Ella)—Pasa.
Y es que, hay tanto rencor hoy en día que cada vez exigimos más a los demás, pero menos a nosotros mismos. La palabra "perdonar" va poco a poco perdiéndose en el olvido. Cada vez más va difuminándose en las páginas de los diccionarios. En el "muro" de nuestros corazones.
¿Qué razones tiene uno para huir y otro para quedarse? ¿Qué impulsó a uno aquedarse y no ser quien se marchara? ¿Acaso es que no existen las patadas que se dan con la palabra, obligando al otro a marchar? ¿Acaso, perdonar, no ensalza la dignidad de la persona? Hay quienes no lo creen, porque su dolor es tan grande, que ese sufrimiento lo convierte aún más, en persona.
((ya, tal vez falten contenidos para hacer un juicio más o menos válido, pero no pretendo subirme a las ramas con esta historia... Es, simplemente, una historia sin muchos rodeos. Interpretarla como querais, que para eso sois vosotros los que mandais en la interpretación))
Jodiíllo el tema de perdonar. Y olvidar ya pa qué contarte... Yo es que tengo mú buena memoria, así que... :)
ResponderEliminarDe todas formas, considero más complicado pedir perdón.
Y el poema me ha encantado, vaya.
Besos-Besicos, Guillermo!
Lourdikas...Lo que es jodidillo, en algunos casos, en algunos momentos, es vivir.
ResponderEliminarBesibrazos.
Si es que en esta vida, da igual el que se va o el que se queda, el caso es que (en mi modesta opinión y experiencia) no el que se va sufre más que el que se queda ni a la inversa… todo son circunstancias y a veces el amor se convierte en dolor (además, la línea que los separa es a menudo demasiado fina como para percibirla hasta que ya es demasiado tarde!).
ResponderEliminar¿Perdón?... temita delicado en dependiendo que situaciones, pero, todo es posible ¿no?
Me gusta mucho el poema Guille.
Un abrazo.
Una buena reflexión, amigo... a veces los dos pierden, el que se va y el que se queda... y no siempre es posible volver... un abrazo.
ResponderEliminares una buena historia fiel reflejo de muchas que se dan en la vida real.
ResponderEliminarni el que se va, ni el que se queda, están libres de culpa, en una pareja siempre son los dos los que han de autoanalizarse y cargar con la parte de responsabilidad que le corresponde.
por eso es difícil expresar un juicio sin ponerse en la piel de cada uno.
biquiños.
Aldabra
Amigo Guillermo: evas razón cada día se nos hace más dificil perdonar y pedir perdón, con lo bonitas que son las dos cosas.
ResponderEliminarYo tengo ciertos problemillas que me tienen muy ocupado.
Desde Colmenar del Arroyo donde me encuentro un fuerte abrazo
Es dificil..a veces la vida te pone en una situacion tan triste que se te hace dificil perdonar...Que no somos santos para poner la otra mejilla..y no es por rencor, es que hay casos y casos..el corazón funciona de mil maneras..cuando ama se entrega totalmente pero cuanto lo dañan..ay bendito!!
ResponderEliminarYo pienso que quien te daña una vez no dudara en hacerlo nuevamente, pero ya sabemos que las personas somos los únicos animales que tropezamos dos o mas veces con la misma piedra, y me incluyo..nadie sabe como reacciona el corazón...
Creo que ya me extendí de mis dos minutos de comentario...
Un beso muy afectuoso...gusto en leerte nuevamente
Se le puede perdonar, pero si es reincidente no, entonces yo votaría porque se buscase la vida en otros lares :)
ResponderEliminarAbrazos
Bien dicen que "el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen"
ResponderEliminarTienes razón, Guille : la comunicación en la pareja es una de las cosas más complicadas cuando tendría que ser lo contrario. En lugar de charlas abiertamente sobre lo que le pasa hay quien se aleja. Y hay quien sin quererlo o darse cuenta, aleja al otro con las palabras.
Besos y felices Pascuas.
Uno puede perdonar, claro que sí ¿pero olvidar? Jamás... entonces ¿de qué sirve volver al lado de alguien que nos perdió la confianza?
ResponderEliminarPor eso es mejor, razonar antes de actuar, cuando se rompe el fino hilo del equilibrio ya no hay nada que lo anude...
Aaaaaaaaay Guille, es que me parece que es así. Perdonar es loable, pero en esas circunstancias, convivir puede convertirse en un infierno, creo...
El poema está genial ;)
Besibrazos, muchísimos.
Hola, Guillermo:
ResponderEliminarAprovechando un descanso en el trabajo vengo a saludarte y a desearte feliz Pascua de Resurrección.
Gracias por tu amistad.
Abrazos.
Se puede perdonar, pero eso no significa que se quiera volver. Quizá durante la ausencia del hombre, el amor que la mujer podía sentir hacia él se diluyó en la nada, y la mujer encontró otro camino en el que él ya no cabe.
ResponderEliminarUn abrazo
Mercedes