(En ocasiones, no siempre sabemos utilizar los dones de una nariz roja)
Tú no tienes quién te quiera
ni a tu vera lloverán claveles.
Son carboncitos de negra hoguera
los que a tu alma ennegrecen,
apareciendo en tus espaldas
las palmaditas de la Muerte.
.....ooOoo.....
Huy qué triste, no? Muy muy triste. Que no es que no me haya gustado, pero eso, que es muy triste.
ResponderEliminarBesos-Besicos, Guillermo!!
Uno en realidad nunca sabrá quien irá a su velorio, no podrá comprobar cuánta lágrima derramarán por nuestra muerte.
ResponderEliminarQuizás lo mejor es hacer reír al otro, que nos recuerden riendo.
Es lo que intento. Aunque muchas veces, la nariz roja no corresponda con la tristeza en mi mirada.
Un abrazo.
Payasito triste..no necesitas claveles que caigan a tus pies...no necesitas palmadas que elogien tus muecas con que haces reír...debes tan solo sentir con placer los momentos alegres que das a los demás. Quizás tu oficio sea ingrato pero da mejores frutos...acaso no has visto mi sonrisa cada vez que te veo? Acaso no alegras mi día cada vez que veo tu nariz roja acercarse?...sonrìe para mi..besos
ResponderEliminaralegra esa cara, Guiller...
ResponderEliminarbiquiños,
Un triste poema, amigo.
ResponderEliminarMe alegró encontrarte en mi blog, pero dejaste una huella de tristeza, espero que la vida vaya mejorando. Los malos momentos son parte de esta vida y como todos, pasan.
Un abrazo.
Mercedes.
Hay mucha tristeza en esos versos, tanto como en la cara del payaso, peor éste volverá a sonreír, porque el sol siempre vuelve a salir, en cada amanecer.
ResponderEliminarBesos
Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón!!!
ResponderEliminarDetrás de la sonrisa de un payaso puede haber un corazón falto de calor,pero ahí sigue, sonriendo, haciendo feliz a los demás porque cuando se da, a final, siempre se recibe. Llegará un día que ese payaso tuyo lleve una sonrisa verdadera,no maquillada,ya lo verás.
Brindo porque así sea. Un besazo !
Tú sabes usar esa naríz y lo que haga falta. Pero además si lo que te falta son sonrisas...te cedo la mitad de las mías.
ResponderEliminarAunque el corazón no sonría siempre debemos una sonrisa a los demás, aunque no siempre se puede.
Y,para terminar..
Tú sí tienes quien te quiera y espero lo sepas. Un besín
Hola,
ResponderEliminarInmensamente triste y al mismo tiempo con una gran carga de veracidad.
Te visito desde Rep. Dom.
Salu2
One
ResponderEliminarAlicia
Mirella
Aldabra
Mercedes
Myriam
Vikinga
Princesa
Juana
Gracias por vuestros comentarios. A veces, esa nariz roja se cae y aunque uno busque bajo la alfombra o por los altillos, no la encuentra... o la encuentra rota, que apenas se sostiene en la nariz.
Besibrazos Grandes.