21 DE MARZO DE 2012, DÍA MUNDIAL DEL SINDROME DE DOWN ... Entre otros eventos

Viniste distinto y me dijeron: “ha sido un ángel”


Sí, un angelito caído del cielo, y digo caído, porque llegaste sin alas.


Sin alas llegaste pero con unas ansias de vida, que aunque te faltaban las fuerzas para mamar de mis pecho, aquel algodón por el cual manaban pequeñas gotas de mi leche sustraída, te alimentó los primeros días.


Un ángel sin alas, sí, así llegaste a mi vida queriendo yo ser madre soltera y, mira tú por donde, mejor premio no pude recibir: medalla de oro y pódium.


La medalla me la fui ganando poco a poco y no sin esfuerzo y trabajo. Es que antiguamente, no existían los adelantos que hay hoy en día. El pódium me lo regalaste tú cuando año a año me obsequiabas con un año más en tu vida y tus nuevos aprendizajes, hasta que ya no pudiste aprender más.


Nunca he querido alardear de ser tu madre ni he pretendido reconocimientos ajenos porque tú me has hecho la vida menos aburrida, pero más dura, lo que significa que me has educado en el amor hacia los diferentes, hacia los que la gente, por no ser iguales a ellos, no desprecian, pero sí discrimina pensando que alguien no normal, es imposible que se pueda reinsertar en la sociedad. Ya ves qué tontería… Sí, estamos de acuerdo que hay un cierto número que tal vez no puedan, pero no menos cierto que tb los hay que se integran perfectamente y tienen hasta sus trabajos de acuerdo a sus posibilidades.


Tú, mi angelito chico, hoy cumples veinticinco años… Veinticinco años de cuerpo, cinco de razonamiento. Todo un personaje lleno de amor y de cariño.


No quiero perderte por nada del mundo. Si me faltaras, me faltaría la vida, moriría por irme contigo allá donde vais los angelitos sin alas, porque, digo yo que, por ser tu madre, me reservarán un lugar cerca de ti, y si no, ya buscaría yo las mañas por estar cerca de ti. Ya conoces a tu madre… cuando me empeño…


¿Sabes? Hoy es tu día. No, no me gustan a mí los días de tal o cual… porque si lo miras bien, es un recordatorio para los “normales” de que existen personas diferentes a ellos… Eso no me gusta. ¿Acaso las mujeres somos diferentes al resto del mundo, para que exista el "día de la mujer"?


Con todo esto, se me olvidó que tenemos que pasear. Ven que te ponga el abrigo, que hace frío. Sí, te pasearé en el columpio del parque… si, en tu columpio rojo; pero despacito, no te vayas a caer como la última vez, que te tuve que llevar a la Casa de Socorro a ponerte puntos en la frente. ¿Recuerdas cómo lloraste? “venga, no me llores, que no es nada” te dije besándote en la mejilla y taponando la herida con un pañuelo. Y como no notaste mi preocupación, dejaste de llorar, así, de la mano, te llevé a que te curaran.


Venga, no tardemos más y vayamos al parque… ah, y no te sueltes de la mano hasta que lleguemos. ¿eh?