Caminaré,
contigo entre mis brazos,
sobre los lodos de la amargura.
Sobre mis hombros
te llevaré, bajo las aguas tortuosas,
para que puedas seguir viendo la luz
del mediodía.
Te llevaré de la mano
por senderos llanos,
para que no desfallezcas.
Y si te cansas,
pararemos y descansaremos
cada vez que me lo pidas,
sentándonos junto a los hinojos,
para contemplar desde lejos
aquellas luces negras
que querían ensombrecer
nuestro camino.
.....ooOoo.....
Aunque haya luces negras que quieran ensombrecerte el camino, seguro que tú sabes iluminarlo mú rebien para que eso no ocurra. :)
ResponderEliminarBesos-besicos, Guillermo!!
Bueno, siempre están las linternas y velas... jeje
EliminarBesicos Muchossssssss
este poema me parece precioso, Guiller, de lo más bonito que te he leído últimamente... ojo, y no digo que lo demás que te leí no sea bonito... pero es que este me gusta especialmente, de verdad, desde el corazón te lo digo.
ResponderEliminarsentándonos junto a los hinojos... con ese olor a anís tan agradable y tan dulce.
biquiños,.
Gracias, Aldi.
EliminarEs un placer sentarte junto al camino y descansar con una ramita de hinojo en la boca.
Besicossssssss Grandessssssssss
Un amoroso y cuidadoso amor lleno de ternura en tus letras.
ResponderEliminarMe gusta esa delicadeza en tus versos.
Un fuerte abrazo paisanico
El mismo abrazo de cariño, Marian, que yo te mando a tí, junto con mis
EliminarBesibrazossssssssssss
Sencillamente bello de principio a fin!
ResponderEliminarUn placer leerte, te dejo un fuerte abrazo!
Gracias, Cristina... Para mí, el placer en tenerte por aquí.
EliminarGracias por tu tiempo.
Besibrazos.
Que camino tan dulce y lleno de ternura....abcts. Coral...
ResponderEliminarUn Camino para andar dos.
EliminarGracias, Coral
Besibrazosssssss