Sigilosamente
cerraste la puerta
sin hacer ruido,
y yo, vacío de tu nombre,
huérfano de tu cuerpo,
desperté empapado en tu aroma,
aún saboreando el recuerdo
de una noche apasionada.
Vacío de ti,
como gato abandonado
en la ensordecedora y sórdida nada,
tan sólo quedó entre mis
sábanas
el grito de tu ausencia.
.....ooOoo.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola y Gracias por tu comentario.