El Caballero, harto de estar encerrado sin aparecer tiempo, habla a don Guillermo.
Dejadme, señor don Guillermo,
que en este nuevo terreno,
de avatares literarios,
saque a airear mis narices,
y me presente a los blogueros.
Que harto estaba yo encerrado,
maniatado y secuestrado por sus musas;
que las muy... bruxas, hasta hoy,
día a día andaban dilatando mi salida
con carcajadas y risas,
y hasta me decían:
“No desesperes, caballero,
que pronto Guillermo,
te desempolvará el plumero”
Y menos mal,
al final, heme allí,
ya casi moribundo;
que a mamporros y espadazos
conseguí salir del calabozo.
Bueno, que en honor a la verdad,
poco trabajo me ha costado:
Algún puntapié que otro.
Y vuelvo a repetir,
que aquí me hallo.
Que aquí me encuentro.
Y si es de merecer
que se le otorgue a mi persona,
paseíllos por el foro,
yo, con sumo decoro, honor y valentía,
haré presencia;
y ante tanta cortesía
y por vuestra benevolencia
en concederme tal distinción,
sabré honraros.
--No es necesario, Caballero, ni merecimiento para mí, tanto agradecimiento--
¡Sí que lo es y quiero!, don Guillermo;
o por lo menos,
el agradeceros que,
aun sabiendo mi parca cultura,
(pues bien sabéis
que he sido educado en armas
y no en el arte de la literatura)
y a pesar de lo que por mi,
vos, habéis peleado,
tengáis aun la osadía
de atreveros a presentaros
con este humilde personaje que,
por poesía solo acierta en fabricar,
ripias, ripias, ripias... y más ripias.
como... como si fueran churros.
--No te devanees la cabeza, y tú a lo tuyo, que aquí, el que se preocupa... si es que se preocupa, que va a ser que no…, soy yo. Tú, a enamorar a tu señora--.
Decís bien, don Guillermo,
que por ella vivo
y no entiendo otro vivir sin ella.
Seguiré defendiendo a mi señora,
y enredado en mis cuitas por ella.
Y si se tercia,
dispuesto me hallo
a combatir en los campos de batalla,
lanza en ristre o a espada,
y hasta pie en tierra
con mandoble,
si hace falta.
Que puesto en otras lides
y en faenas...
bien me conocéis.
--Ya, de sobra, Caballero—
Y hasta pudieran,
si falta hiciera,
rodar cabezas.
--Por favor Caballero, guarde las formas.--
Perdón, don Guillermo,
pero mi corazón guerrero,
a veces me traiciona.
que en este nuevo terreno,
de avatares literarios,
saque a airear mis narices,
y me presente a los blogueros.
Que harto estaba yo encerrado,
maniatado y secuestrado por sus musas;
que las muy... bruxas, hasta hoy,
día a día andaban dilatando mi salida
con carcajadas y risas,
y hasta me decían:
“No desesperes, caballero,
que pronto Guillermo,
te desempolvará el plumero”
Y menos mal,
al final, heme allí,
ya casi moribundo;
que a mamporros y espadazos
conseguí salir del calabozo.
Bueno, que en honor a la verdad,
poco trabajo me ha costado:
Algún puntapié que otro.
Y vuelvo a repetir,
que aquí me hallo.
Que aquí me encuentro.
Y si es de merecer
que se le otorgue a mi persona,
paseíllos por el foro,
yo, con sumo decoro, honor y valentía,
haré presencia;
y ante tanta cortesía
y por vuestra benevolencia
en concederme tal distinción,
sabré honraros.
--No es necesario, Caballero, ni merecimiento para mí, tanto agradecimiento--
¡Sí que lo es y quiero!, don Guillermo;
o por lo menos,
el agradeceros que,
aun sabiendo mi parca cultura,
(pues bien sabéis
que he sido educado en armas
y no en el arte de la literatura)
y a pesar de lo que por mi,
vos, habéis peleado,
tengáis aun la osadía
de atreveros a presentaros
con este humilde personaje que,
por poesía solo acierta en fabricar,
ripias, ripias, ripias... y más ripias.
como... como si fueran churros.
--No te devanees la cabeza, y tú a lo tuyo, que aquí, el que se preocupa... si es que se preocupa, que va a ser que no…, soy yo. Tú, a enamorar a tu señora--.
Decís bien, don Guillermo,
que por ella vivo
y no entiendo otro vivir sin ella.
Seguiré defendiendo a mi señora,
y enredado en mis cuitas por ella.
Y si se tercia,
dispuesto me hallo
a combatir en los campos de batalla,
lanza en ristre o a espada,
y hasta pie en tierra
con mandoble,
si hace falta.
Que puesto en otras lides
y en faenas...
bien me conocéis.
--Ya, de sobra, Caballero—
Y hasta pudieran,
si falta hiciera,
rodar cabezas.
--Por favor Caballero, guarde las formas.--
Perdón, don Guillermo,
pero mi corazón guerrero,
a veces me traiciona.
--Y su amor por ella?
Es lo que me da la vida,
lo que me llena.
.....ooOoo.....
Oh que bonito este medio romance que has escrito...
ResponderEliminarY siempre sale el amor, si es que eres un sol!
Besicos
Sepan vuestras mercedes,
ResponderEliminaraquellos y aquellas
interesados en responderles,
que me place el informarles,
que no será don Guillermo
quien por su mano,
responda a sus opiniones.
Que será este Caballero quien,
con mas o menos arte,
exprese el agradecimiento
de vuestras emociones.
Y suelto el bando,
me retiro a mis aposentos,
no sin antes despedirme
con el corazón harto contento,
por estar de nuevo cabalgando,
con mis ripias,
entre tan admirables damas
y portentosos caballeros,
de esta corte de blogueros.
Os saluda, El Caballero.
A vuesa merced saludo, caballero;
ResponderEliminarme inclino en humilde reverencia
y os doy cordial bienvenida, aquesta que el recato permita.
No me tome yo licencias que el decoro no asista. Y a vuestros pies me declaro fiel seguidora de vuestras lides literarias en las que a buen seguro tendréis como espada.. la palabra.
Besines alados.
Que bueno, primo....
ResponderEliminar¡Ves!....yo me veo como el caballero...."educado en armas
y no en el arte de la literatura"...
Aunque tu creas...(y yo te lo agradezco)...que mis palabras expresan bien los sentimientos...sigo pensando que lo mio son las imagenes, mas que las palabras....
Para enamorar a la doncella, tendría que recurrir a tus palabras...para eso estan los primos ¿no?...
No te preocupes.....que del Dragón, me encargo yo....jajajaja...para eso estan los caballeros....¿no?...
Brindemos pues, por esta alianza, Primo Guille....y que los dioses te acompañen.
(El brindis, tiene que ser con sidra, no tengo otra cosa...jajaja)
Un abrazo.
Hola que tal?
ResponderEliminarMucho gusto caballero, que alegria que guillermo le diera a conocer!
Saludos guillermo!!!
Guillermo, por tus letras sale el caballero, para contar su vida, su amor y su pasar...por tus letras sale Guillermo, ser tierno y lleno de mágia... mi Tío en la distancia, mi amigo en el corazón y una compañía en el alma...
ResponderEliminarte quieroooooooooooooooooooooo
Rox
Os recibo atentamente,
ResponderEliminarcaballero don Alex,
y damas de la corte:
Belenuca, Mariposa,
Wychy y Enre.
Y sepan, vuestras mercedes,
el honor tan enorme,
que en acabando de llegar,
recibo de todos ustedes.
Y es que,
el aquí tenerles,
ensancha pecho y alma,
y has ta mi coraza
se ablanda
por oir sus comentarios.
Sepa mi dama Belén,
que más que medio romance,
estos versos?, parecen,
lo que son pues,
a la sazón, ripias son.
Y sepa también vos que,
vistos sus comentarios
en su bello blog,
paréceme su persona
algo entristecida,
algo baja de moral,
que digo yo,
que sea, y no que será pasajera
esta situación,
pues informado por Guillermo estoy que
dama sois vos
que en vuestro mirar
derretís a los hombres.
Vamos, señora Belén,
hagamos miguicas de penas
y se hagan lisonjeras.
No me traiga vuestra merced,
males a su persona.
No deje entrar al mal duende
y que en vos se aposente…
Mi mano amiga tenéis,
y mi escudo,
y si algún malaje se atreve
a provocarle tristeza…
endíñele en toda la cresta.
No es un consejo.
Es un mandato a vos impuesto…
si lo acepta, por este Caballero.
Cuidaos mi dama Belén.
Y cuidaos vuestras bellas manos que,
ya para mí las quisiera.
Pues heme aquí postrado
por lumbalgias traicioneras.
Cuidaos bella Belén.
Dama Mariposa
que si os conociera,
por hermosa me pareciera,
y vuestras alas
al mismo cielo iluminara.
Agradezco emocionado
vuestra versada escritura.
Y así, deleitado
y admirado por ella,
os saludo
en esta nueva andadura
que me concede Guillermo.
Sr. don Alex,
déjese de zarandajas
y para aquí traiga
esa sidriña asturiana,
que bien al cuerpo sienta
despues de una larga cabalgada.
Traiga, traiga
y déjese de monserga.
Escancie, y no se entretenga.
Apremie, parlanchín!
pues tengo la boca seca.
Bien, y una vez ya repostados,
su misiva a Guillermo pasaré,
mas, dese por enterado que,
ese, el Guille,
verdaderamente, un "primo" es.
je, y jé.
Wychy, Wychy,
de allá
ende los mares.
Wychy de ojitos estrellados
que navegan ilusionados
por mundos de pasión.
Wychy, damita encantada
de gran corazón.
Dulce, sensible.
A cualquiera harías
perder la razón.
Dama Enredada,
que enredas y enredas
como gata apasionada,
ovillos de pasión.
Hilillos finos
enredan tu sensible cuerpo
y, entre enredo y enredo,
la risa y el llanto
escapan de tus pensamientos
para incrustarse
en estos mundos blogueros.
Mi dulce y tierna Rox,
Teatrera, poetisa,
danzarina de sueños rotos,
creadora de sonrisas.
Loca soñadora empedernida.
Mi corazón y alma, sí,
un poquito de ellos,
son para tí.
Terminado mi saludo,
caballero y damas
en mi corazón os llevo y...
Y también a quien,
por otros menesteres... puñeteros,
no han entrado
a saludar a este Caballero.
Que, bueno,
ya digo que,
otros menesteres más...
importates habrán tenido
que acaecer para,
no aparecer
por estos derroteros.
Y así, con besos a las damas
y abrazos al caballero don Alex,
me retiro, pero
si es necesario,
doy un respingo
y otra vez salgo al ruedo.
Queda dicho
Saludos al Caballero que como bien decís,otros menesteres tuviéronme enredada y no pude responder a estas sus razones y las de su buen amigo y hacedor.Héme aquí junto a vos para ofreceros mis respetos y mi ayuda si fuera menester.
ResponderEliminarIsadora?!!!
ResponderEliminarNo sereis, Señora,
Isadora Ducan?
No, no creo
que os hayáis levantado
de vuestra tumba,
para hacerme un comentario.
Pero es que,
os busco y no os encuentro,
ni en el blog,
ni en mis pensamientos.
Tendréis acaso conocimiento
cercano de mí?
Me conocéis?
Yo os conozco y...
tal vez pueda presumir,
que sí???
Algo en mi cabeza vuela
por atinar en la diana,
mas...No seréis parentela???
Acaso llevais
las iniciales E.,
o M.P. ...
(Qué quimera!)
en el nombre que os llamáis?
Claro, qué desatino,
pues cualquiera podríais ser.
Y bien, por si errara,
perdonad mi osadía
en disparatar conjeturas.
Seais quien seais,
agradezco señora
vuestra entrada,
así como
vuestra versada escritura.
Sed, a esta humilde morada,
sinceramente bienvenida.
------------------------
(((Y el Caballero piensa...
Anda hija que,
con tanta intriga,
voy a tener que
prepararme una tila
para poderme dormir.
Donde vuestro perfíl?
Ay ayayaííí!!!
Dónde, dónde?!!!
Aunque, a buen decir,
lo que se dice, no dormir...
ja!,
que uno que está aquí,
cuando cae en el colchón...
vamos, como un lirón,
oiga.)))
el Caballero ha llegado ya a la "ciudad-...
ResponderEliminarbienvenido, caballero andante
bicos,
Aldabra
Ah!!! mi dama Aldabra.
ResponderEliminarYa ganas tenía
de que vos apareciera.
Ya mi corazón entristecía
y a los cielos clamaba
vuestra tardanza.
Pues yo bien me decía:
Será que mi primera dama,
estará tan atareada,
que ni un resquicio
en sus tareas
para que yo la vea...
digo... lea???
Y es que, ya sabéis,
mi dama que,
vuestra presencia,
es frescor en mis mañanas.
Esas mañanas de campo,
entre el fragos de la batalla.
Bueno, y con esto,
decir quiero que,
no se me ofendan
las otras damas,
que también ellas
dan vigor a mis alas,
a las de mi corazón,
pero mi dama Aldabra...
es mi dama Aldabra,
en la medida que,
el decoro y la situación
permiten tal distinción.
Nos veremos, bella dama,
en mas de una ocasión.
Sí, a la ciudad llegué
con ganas y con arte
de seguir enamorando a
mi primera dama,
a mi señora.
Que ya vos conocéis
de mis anteriores andanzas.
Quedo vuestro,
El Caballero.
Aplauso recatado para este osado e intrépido caballero, que Don Guillermo, aquí nos ha presentado.
ResponderEliminarMi corazón ha quedado embelesado, a causa de su donaire, al utilizar las palabras como si de un florete se tratara.
Regalando aquí y allá, piropos a todas las damas, elogios a los caballeros, luz al centro de esta gran casa.
Os presento mis respetos, mi admiración queda reflejada en mis palabras, y mis intenciones son las mejores que podéis aguardar de esta humilde y pequeña mujer, ahora cautivada.
:)))))
Dama donde las hubiere,
ResponderEliminarmi dama Elbereth!
Sepa, pues, señora que,
el más mínimo aplauso,recatado,
a mi persona,
son campanas de gloria
a mis viejos oidos de caballero.
Que el embeleso,
es el aprecio que yo siento
por dignarse,
vuestra merced,
a hacer su bello comentario.
Que el cautivo soy yo,
por vos,
y no al contrario.
Que no, por pequeña estatura,
cabría un corazón tan grande
como teneis,
y un alma pura.
Y que el respeto,
sabed dama mía,
es el que, a fe mía,
custodia, en obligado
cumplimiento,
este caballero hacia vos.
y hacia cualquier otra
dama u otro caballero.
Y ahora, dama Elbereth,
de vos me despido
besandoos la mano.
En mi corazón quedáis.
Espero volver a veros.
Caballero Gillermo, sí que me enrrollais un poco, aunque me suena bastante ese tipo de literatura. Ah y respecto a algunos comentarios leidos bastantes "flipás". La foto de Emimery preciosa
ResponderEliminarCaballero Gillermo, no me hace ninguna gracia que te pongas a coqueteaer con las blogeras , me parece patético porque se me asemeja que eres un hombre maduro y casado y si pretendes algo con esos devaneos pues , al menos para mí, pierdes un poco de tu seriedad y valor literario si es que lo tienes.
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