Suenan las horas
en el campanario de la iglesia.
El día cierra sus puertas
y las estrellas visten a la noche
con cintas de seda negra
y lunaricos de ascuas.
Por la calleja,
entre paredes descarnadas
y farolas muertas,
asoma soñolienta
una vieja y pequeña ventana,
exhalando, fatigada,
la vida que hay en su interior.
Una cocina, hay,
y un retrete.
Y una mesa con mantel de hule.
También una alacena
haciendo esquina.
Hay una silla de anea,
desvencijada.
Hay también una cama,
con mesilla...
Todo unido hasta la muerte,
bajo la luz tenue
de una bombilla casi ausente.
Reposada,
echada en su cama
bajo las sábanas perfumadas
de maderas de oriente,
un cuerpo viejo, cansado,
musita una oración ferviente.
Su mirada está clavada
en una pequeña estampa
de la Virgen de los Desamparados.
Hay un centelleante y pequeño
pábilo de aceite
como único presente.
Una plegaria cansada,
envuelve a la virgen de la estampa.
La viejecita,
mi viejecica,
reza que reza
en oración muy callada.
Mas ese pábilo incesante
muestra su brillo arrogante
sin desearse la muerte,
sin querer agotarse.
Y mi viejecica
le habla.
Mi viejecica,
le increpa:
“¡Ay! pábilo pérfido y elocuente,
que por mis ojos a mi mente
tú te me entras y aposentas,
robando, de mis pensamientos,
mis enamorados rezos
que a esta virgencica le ofrezco.
Pábilo danzarín e impertinente,
que a la negrura inquietas,
¿por qué no te detienes?
¿No ves cómo tu llama
poco a poco muere,
y que es la misma muerte
quien te llama?...
No me mires.
¡No me inquietes!
No me des pasitos de muerte.
¡No me asustes!
No me agarres. ¡Suéltame!...
No me sueltes,
llévame.
……….ooOoo……….
A esas viejecicas que mueren solas, sin nadie, y que cuando entras a la casa, aparte del olor a carne muerta, solo ves estampas de santos y de vírgenes.
A ellas, y a sus familias que consienten esa soledad.
en el campanario de la iglesia.
El día cierra sus puertas
y las estrellas visten a la noche
con cintas de seda negra
y lunaricos de ascuas.
Por la calleja,
entre paredes descarnadas
y farolas muertas,
asoma soñolienta
una vieja y pequeña ventana,
exhalando, fatigada,
la vida que hay en su interior.
Una cocina, hay,
y un retrete.
Y una mesa con mantel de hule.
También una alacena
haciendo esquina.
Hay una silla de anea,
desvencijada.
Hay también una cama,
con mesilla...
Todo unido hasta la muerte,
bajo la luz tenue
de una bombilla casi ausente.
Reposada,
echada en su cama
bajo las sábanas perfumadas
de maderas de oriente,
un cuerpo viejo, cansado,
musita una oración ferviente.
Su mirada está clavada
en una pequeña estampa
de la Virgen de los Desamparados.
Hay un centelleante y pequeño
pábilo de aceite
como único presente.
Una plegaria cansada,
envuelve a la virgen de la estampa.
La viejecita,
mi viejecica,
reza que reza
en oración muy callada.
Mas ese pábilo incesante
muestra su brillo arrogante
sin desearse la muerte,
sin querer agotarse.
Y mi viejecica
le habla.
Mi viejecica,
le increpa:
“¡Ay! pábilo pérfido y elocuente,
que por mis ojos a mi mente
tú te me entras y aposentas,
robando, de mis pensamientos,
mis enamorados rezos
que a esta virgencica le ofrezco.
Pábilo danzarín e impertinente,
que a la negrura inquietas,
¿por qué no te detienes?
¿No ves cómo tu llama
poco a poco muere,
y que es la misma muerte
quien te llama?...
No me mires.
¡No me inquietes!
No me des pasitos de muerte.
¡No me asustes!
No me agarres. ¡Suéltame!...
No me sueltes,
llévame.
……….ooOoo……….
A esas viejecicas que mueren solas, sin nadie, y que cuando entras a la casa, aparte del olor a carne muerta, solo ves estampas de santos y de vírgenes.
A ellas, y a sus familias que consienten esa soledad.
Pues para todas ellas. Como siempre, emocionante..Besos
ResponderEliminarSolete... eres, de unos días a esta parte... la primericaaaaa!!!
ResponderEliminarPremio para la primera...Hoy te llevas un besazo y un abrazazo....
aparte, claro del Besico... que si no, no tiene gracia.
Pues eso, besicosss
O_0 0_0
ResponderEliminarUHM SI...
ABRAZO!
Bueno, la verdad es que al morir solos es bastante triste, pero es la vida, solo eso, soledad...
ResponderEliminarBesicos
Wychyyy...:):):) ;)
ResponderEliminarBesicosss
Belenuka... tb. la vida es compartir, salvar vidas, querer... en todos los sentidos, mirar, no cerrar los ojos, reir, sentir.
Solo eso, soledad???... y te parece poco???
No quiero polemizar, pero... maldita soledad que provoca el maldito y jodido ti@ que la provoca... Así, sin anestesia.
Y yo soy de los que podrían vivir en soledad, la conozco, por eso sé el daño que puede hacer.
Besicossss
Precioso homenaje a esos abuelitos, Guillermo.
ResponderEliminarUn beso.
como siempre Guille, tu arte hace que se escapen lágrimas....
ResponderEliminarasí es la vida...
te quiero
pero Guiller... ¡que cositas tristes escribes y al mismo tiempo que gesto tan honros el tuyo!
ResponderEliminar¡¡vaya por ellas, pobres!!
a mí me da mucho miedo la soledad... y la vejez porque también es un poco lo mismo
buen finde... no me seas muy gamberro.
bicos,
Aldabra
Ainsss guille.... la soledad maldita y tan querida algunas veces.
ResponderEliminarConozco casos de güelis que no quieren vivir con sus familias y hacen de la vida de sus seres queridos un tormento contínuo, y viceversa.Hay quienes eligen la soledad y quienes la tienen impuesta.
En todo caso, tu homenaje hacia todas ellas, es hermoso. Solemos ensalzar muchos amores, pero el amor a la sabiduría, a la experiencia... no es habitual que ocupe parte de nuestros pensamientos.
Besines alados.
Lula...Sí... bueno, no por lo de precioso, sino por lo de homenaje.
ResponderEliminarDe pequeño yo vivía en una casa que tenía cuartos trasteros en una especie de ático. Y recuerdo que me madre, a veces, me daba... supongo que... no sé, comida?... algo para llevarle. A mi me impresionaba mucho su soledad, sus únicas 4 paredes y cree ésto pensando en ella.
Besicos.
Enre... bonica, si se te escapan lágrimas, seguro que no es por mi forma de escribir, sino por tu gran corazón.
ResponderEliminarTe quiero preciosa.
Aldi...Ya le digo a Lula lo que me inspiró... Triste... pues sí, por desgracia cuando no se quiere esa soledad.
ResponderEliminarGamberro yo???... Vale, te doy mi palabra que procuraré hacerlo lo mejor que sepa y pueda, con permiso de mi espalda... jejejeje
Amí, me dan miedo las enfermedades de la vejez... soy muy miedoso para eso... en cambio, mira, no me cuido lo que debería de la espalda, que es un seguro... Dicen por ahí que, espalda joven, cuerpo joven... Después te sale un cancer de colon, y te jode el pronóstico... jejeje
Besicossssss.. buen finde.
Mariposa...Sí, en todo de acuerdo, pero, ya digo, cuando la soledad es impuesta...
ResponderEliminarHay un refrán que dice: "siembra vientos, y recogerás tempestades", o lo que es lo mismo: "así te vean tus hijos cómo tratas a sus abuelos, así te tratarán a tí ellos"... o algo así.
De todas forma, repito que, hay de todo. Y yo hablo de las soledades impuestas.
Besicosss y, me alegro mucho que aletees por aquí.